Ideas para el verano: “NEGOCIOS MULTIFACÉTICOS”. Un tipo de PYME al lado de la playa: restaurante, distribuidora refrescante y punto de recarga
Aun queda mucho para el verano, pero
en medio de la crisis económica aun podemos ejercitar la creatividad
y en especial para aquellas personas que aun tengan ahorros (o bien
para aquellos empresarios que sean capaces de emprender). La
contingencia dice que tras la pandemia y el Estallido Social (2019)
Chile está en momentos críticos. ¡Si! ¡Es cierto! Pero hay
localidades costeras, incluso cerca de Concepción, donde aun florece
el comercio turístico. Kioscos, restaurantes y pubs que aprovechan
clientela en tiempos de vacaciones.
Por
eso les contaremos sobre los denominados “negocios multifacéticos”.
Es
un tipo de negocio triple uso donde el consumidor puede degustar
gastronomía marina (pensando que podría instalar al frente de una
playa), donde además podrá capear el calor consumiendo los más
ricos productos refrescantes a precios económicos, y además podrá
mantenerse comunicado en caso que sea un turista proveniente de otra
zona o ciudad recargando dinero a un sin fin de servicios (pago de
cuentas tipo “Sencillito”, recarga de dinero a un número móvil,
deposito y giro a una cuenta rut tipo “Caja vecina”). Aunque ya
mencionada la última utilidad es preferible que el local se ubica
dentro de un radio urbano, ojalá con unidades de seguridad a la mano
(en caso de asaltos).
Es
una interesante manera de preservar la identidad gastronómica
costera (homenajeando el folklore turístico de la playa), de
satisfacer también a un público “popular” o “ahorrativo”
(de esos que prefieren entre $100 y $500 por un helado) y de
facilitarle la vida al afuerino para mantenerse comunicado con sus
seres queridos. -
Como
el restaurante sería la parte aplicada de este tipo de almacenes, se
recomienda ubicarlo en el segundo piso para que así el comensal
pueda degustar tranquilo de su plato. Habitualmente hablamos de un
amplio comedor, ojalá con vista al mar. Allí el cliente podría
degustar empanadas de mariscos, pescado frito (que sería la comida
chatarra del mar), sandwich de pescado, caldillo de congrio, mariscal
caliete, machas al pipil y machas a la parmesana. Para el caso del
pescado frito podría obviamente ponerle algun agregado (papas
fritas, arroz o papas mayo). Obviamente que también le pondremos
algo líquido para “hacer pasar” la comidita en el estómago,
desde una taza de café hasta un buen schop de cerveza.
Luego
en el primer piso tendríamos la “distribuidora refrescante”, que
siguiendo el modelo de la distribuidora de bebidas y licores se
enfocaría principalmente en aquellos productos que refrescan el
momento al veraneante. Ahora, si el almacenero quisiera agregar un
refrigedor o “freezer” con cervezas aumentaría más la cliente,
pero como una manera de no motivar el alcoholismo (ni la
contaminación de la playa) ofreceríamos otro tipo de productores en
especial a esas personas quienes por motivos de salud no puedan beber
y también a los niños, diciendo con eso: “NO SIEMPRE DEBEMOS
ACUDIR AL COPETE PARA SER FELIZ. ES EL HOMBRE QUIEN DEBE DOMINAR LOS
VICIOS, ¡Y NO AL REVÉS!”. Acá se ofrecerían helados (de todo
tipo: desde el simple “palito de agua” piña, naranja, chocolito,
hasta el vasito de tres sabores), agua mineral, bebidas de fantasía
(Coca Cola), jugos naturales preparados en el negocio, granizados y
mote con huesillo. ¿Ven? Hasta algo de folklore chileno le ponemos
en este surtido de productos refrescantes. Harto hielito vamos a
tener aquí. Ahora, en segunda prioridad se colocan “snacks”
(suflitos) o galletas, con la idea de que un grupo de amigos podría
comprar aquí sus paquetes y así compartir “pulentamente” en la
arena de la playa.
Y
finalmente habrá un kiosco en el mismo primer piso, al lado de la
“distribuidora refrescante”. Acá el turista podrá poner plata
para su número móvil, y así comunicarse con sus seres queridos
¿Cómo? Poniendo un punto de recarga para las compañías de
telecomunicaciones. Alguien quiera poner luca ($1000) o más a su
teléfono móvil y podría simplemente venir a este lugar. También
podría depositar plata a otra persona (en su cuenta rut), o
simplemente sacar un giro de lo que podrían depositar, con la idea
que si el turista anda perdido en la playa sus padres a 500
kilómetros de distancia le podrían depositar. Incluso si este
negocio multifacético se instalara en caletas típicas como Tumbes,
Lenga o Cocholgue, los mismos lugareños podrían pagar sus cuentas
aquí para evitarse así “el pique” a la comuna aledaña (En modo
“Sencillito”). Agregaríamos otras dos funciones, en el mismo
kiosco podría instalarse un “Living Wi Fi” donde con $500 la
hora el cliente podría sentarse en un sillón para navegar tranquilo
por Wi Fi, cada uno trae su celular y así se relaja whatsappeando
(Aunque como consejo deben cambiar la clave cada dos semanas, porque
si en un letrero escriben la clave que deben ingresar...no falta el
pillo quien afuera pasa el dato). Finalmente otra utilidad para este
“rincón tecnológico” sería cobrar $500 la hora (o $250 30’
minutos) por dejar instalado el dispositivo móvil en un enchufe USB,
sólo como a modo de detalle….en los terminales de buses muchos
pasajeros mientras esperan el bus buscan un lugar donde cargar la
batería, y allí algunos comerciantes sacan provecho de eso
($$)...¡negocio interesante! Lo ideal es instalar unos 15 enchufes,
pues no falta el vándalo quien lo adultere...pero como van a cobrar
por la carga, eso debería hacerse en espacios semi abiertos (ojalá
techados). ¿Qué se logra con eso? Atraer al cliente joven, ese mismo tipo de
público quien en vacaciones sale harto a la playa: con amigos, la
pareja o solo.
Con
esta idea, agregamos un atractivo más a la caleta o playa aunque
desde una perspectiva netamente comercial. Estos son los llamados
“negocios multifacéticos”: restaurante, productos refrescantes y
recarga a teléfonos móviles. Todo en uno, JUNTO AL MAR.
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