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miércoles, 12 de junio de 2013

Cine chileno y del vanguardista



REPORTAJE - Humillaciones de choferes a estudiantes 

DEBATE - ¿Qué están viendo los niños en la televisión abierta?

¿A quién no le ha pasado que después de ver la película Tony Manero terminamos con muchas interrogantes?

Pablo Larraín se destaca por ser un director cinematográfico diferente, que rompe el esquema tradicional de cómo se dirige un largometraje. Su sello característico es la de mostrar historias  de la forma más realista y cotidiana posible, lo que muchas veces no pasa en el más comercial cine americano. Sus películas no tienen música de fondo ni efectos especiales, solo muestra las acciones de las personas sin mostrar –o imponer- al publico la forma de cómo se debiera interpretar una secuencia, de qué tipo de percepción debiéramos tener sobre el personaje.

En la película "Tony Manero", su protagonista encarna a un
hombre cuarentón común y corriente del año 1978 (Uno más
del montón). Con aparentes trastornos de personalidad
(algo psicótico) se muestra siempre obsesivo a la hora de participar

en un programa de televisión (El Festival de la Una)
y conseguir el premio, imitando al actor John Travolta de la
película "Fiebre de Sábado por la Noche". 
Lo bueno es que Larraín no muestra buenos ni malos, solo personajes en su estado más natural, y es la gente la que debiera sacar sus propias conclusiones o sus propios juicios. No es como en Rápido Furioso, el cine gringo de moda, donde se identifica simbólica, y claramente, quienes son los reggaetoneros bacanes y quiénes son los rivales, eso pasa siempre cuando solo se consume cine comercial. Pero no ocurre siempre porque, como nada es exacto o perfecto, el cineasta se encarga de crear prejuicios de épocas o periodos histórico-políticos de un país, o sea donde si dice “Esto es bueno” y “Esto es malo” es cuando se refiere a algún sistema de gobierno u ideología.

Si bien viene de una familia políticamente de derecha el joven cineasta adoptó una clara tendencia de izquierda. Es necesario conocer el color político de algún director para entender el mensaje y la moraleja de una película, en Chile ya está muy de moda hacer cine político, y es lo más predominante en los últimos décadas, quizás por eso tardó en familiarizarse con la gente común y corriente.

OTRA ESCENA DE TONY MANERO -
Aquí el protagonista de la película socorre a una señora
(una adulto mayor) tras haber sido asaltada por algunos
"maleantes". La sorpresa ocurre cuando después de que la
abuelita lo agradece invitándolo a sentarse en el living de
su casa, segundos después "el loco" LA MATA.
Y ese choque escenográfico pone en pelos de punta a cualquiera.
Sorprendente ¿No? El protagonista sólo estaba interesado
en robarse el televisor de la casa. ¡Ay Dios mio!
La película "NO", curiosamente, está fuera de este ejemplo porque sí muestra un formato tradicional y entendible, sino que sus otras dos películas “Post Mortem” y “Tony Manero”.

Termina la película Tony Manero cuando el protagonista se va de un canal de televisión – El TVN del año 78´- frustrado por no ganar un concurso de “El Festival de la Una”, que por tratarse de cine es solo una simulación del popular espacio. 

Camina a un paradero y junto a otro grupo de gente espera el bus, posiblemente pensaba regresar a su casa. Algo aparentemente cotidiano. Viene el bus, y tanto este personaje como el resto de la gente del paradero se suben, y en pleno viaje todos estaban sentados y en silencio mirando por la ventana, descansando dentro del bus. Algo cotidiano también. Luego una señora se sube en el otro paradero, un par de kilómetros después, y el protagonista sentado la saluda con un gesto frío –deben ser conocidos distantes-, solamente moviendo su cabeza como diciendo –Hola buenas tardes- Sonríe tibiamente y sigue viajando. Algo cotidiano y fue el fin de la película. La escena se oscurece y se ven, subiendo de abajo para arriba, los créditos de la película. Para quienes preferimos ver “Rapido y Furioso” o Superman este final es muy poco común, ¿verdad?.

Otra escena de la película "Tony Manero"
Narra la historia de un hombre santiaguino, con 50 años y del estrato popular, una película ambientada en el año 1978 cuando Chile vivió tiempos de gobierno militar. Ahora, como queda señalado en los primeros párrafos, no crea prejuicios de quienes deben ser  indicados como los buenos y los malos, sino frente al tipo de autoridades, y aquí muestra un ambiente bastante oscuro y oprimido.
El protagonista de la película se ve callado, de bajo perfil, de apariencia abandonado y deprimido, solitario, “fome” y hasta enigmático, su misión es ganar un concurso de televisión y como el doble de John Travolta para sentirse que vale como persona, a ratos se le ve como un personaje común, como para que la gente por su cuenta se auto convenza que no es un mal tipo. Pero basta ver las escenas siguientes para que la gente cambie de impresión, por ejemplo cuando “defeca” en el suelo y con el papel de diario saca el “excremento”, para que la gente fácilmente cambie su visión sobre el protagonista, parte siendo un angelito pero en la mitad de la película se ve “raro”.

Otra escena de "TONY MANERO" -
Aquí el protagonista (Incitado por la envidia en contra de otro
par quien pareciera baila mejor que éste) se jode a su
"competencia", ¿creen (por la imágen que ven)....que "el loco"
va a orinar en el traje de participante? 
¡Pasó algo mucho peor
y mucho menos elegante!
Indirecta: ¿Cómo se llama la ciudad
donde los musulmanes se reúnen a orar una vez en su vida
en Arabia Saudita? ¡¡Con eso se dice todo!! 
 
¿Qué utilidad puede tener esta diferente forma de hacer cine? Mucha.  

En nuestra vida cotidiana, ya sea cuando nos relacionamos con nuestra pareja, nuestros amigos, nuestros compañeros, con el pastor de la iglesia, con el caballero o la señora del negocio, o con una autoridad, tanto cada uno de nosotros como el interlocutor tenemos doble cara, ante la sociedad queremos mostrarnos como personas perfectas y normales considerando que en cada uno de nuestros hogares tenemos algunos secretos o chascarros que no deben ser parte del conocimiento público. Si cada fin de semana vemos televisión desnudos en nuestro dormitorio no tiene porque saberlo las personas que caminen por la vereda de nuestra casa.

Y el protagonista de Tony Manero muestra una realidad, lo que queremos mostrar fuera de la calle y lo que espontáneamente somos.  

Otra de las escenas de la película
"Tony Manero" 
Pero lo que importa en el cine es que las historias sean coherentes, pero en estos casos es la gente quien debe crujir sus neuronas para poder entender el contenido, el trasfondo y para qué sirve esta narración. Ahí está la gracia de esta vanguardista director de cine nacional. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin ser una mala critica, te quedas solo en el contenido, en la trama. No es una crítica cinematográfica. Parece más un comentario de un estudiante de sicología o sociología, que intenta explicarle a una persona cómo ver en particular esta película. Pero te falta mucho para estimular su visión. Y ambos sabemos que la película es excelente.