.

Blog Pasan Cosas. Concepción (Chile). Acabemos con el aburrimiento juntos, haciendo de éste TU VERANO MAS PRENDIDO.

miércoles, 26 de noviembre de 2025

El Último Viaje del Rodoviario de Chillancito: Una Derrota Silenciosa para la Conexión Urbana

Aunque siendo bien realistas, la gran mayoría de buses interprovinciales
que operan en Concepción salen desde el otro terminal en el sector de Collao
(Que siempre fue el principal). Desde sus primeros años, en 1993, 
sólo habían boleterías de tres líneas de buses (y con el correr del tiempo
se redujo solo a dos). Incluso se intentó potenciar el comercio en los locales
que estaban al lado de la puerta de entrada, como una forma de conservar los lazos
con el sector de Chillancito. 
La nublada mañana del Lunes 24 de Noviembre de 2025 marcó el final para un edificio con historia: el Terminal de Buses Camilo Henríquez de Concepción. 

Ubicado en el sector de Chillancito, este rodoviario interprovincial, que nunca gozó de la importancia del Terminal de Collao ni de la prominencia del terminal de Buses Bío Bío en Manuel Rodríguez, fue reducido a escombros. Inaugurado en 1993, su propósito inicial era loable: descolapsar el ya saturado Collao. Los vecinos de Chillancito se llenaron de expectativas, soñando con la comodidad de tener el bus al paso de su hogar. Al comienzo, empresas como Tur-Bus (sus propietarios), Línea Azul y Buses Bio Bío operaban allí. Arquitectónicamente era un buen exponente, de dos pisos y muros de ladrillo, con una cafetería que incluso proyectaba partidos importantes (¿quién podría olvidar la semifinal de la Copa Sudamericana 2006 entre Colo-Colo y Toluca de México?). En el primer piso, además de las boleterías, había baños, una confitería-tabaquería e incluso un kiosco de diarios y revistas, marcando una era donde la información se compraba en papel. Era, sin duda, un lugar más tranquilo para esperar, especialmente en sus andenes. Sin embargo, la poca oferta de destinos y líneas, insignificante comparada con Collao, se convirtió en su talón de Aquiles.     

La desvalorización y las pérdidas fueron paulatinamente sellando su destino. La escasa oferta de rutas lo condenó. Con el tiempo, Línea Azul se retiró, y para después de 2012, solo Tur Bus y Buses Bio Bío mantenían la operación. El cierre, seguido por la reciente demolición, no es solo la pérdida de un edificio; es una derrota monumental para el intento de recuperación y mejora del transporte intercomunal de Concepción.

La caída del terminal de Camilo Henríquez se siente aún más amarga al contrastarla con los planes futuros de la comuna. El proyecto de extender el Biotrén hasta Penco para el año 2030, pasando por Barrio Norte, exigía una visión de integración modal que este terminal, tristemente, ya no podrá ofrecer. Se desvanece así la posibilidad de implementar buses de acercamiento eficientes entre una potencial estación Biotrén y el rodoviario, una conexión colindante que nunca ha existido en Concepción. Bastaba una estación en Villa Cap para que un bus de acercamiento uniera a los pasajeros del tren con los viajes interprovinciales. Si bien la futura "Línea 3" del Biotrén contempla nuevas estaciones en la comuna de Concepción como "Rengo", "Tucapel/Paicaví", "Barrio Norte", "Salida del Puente Andalién" (cerca de la calle Andalién) y la "Villa Universitaria", la idea de una parada estratégica entre Avenida Alonso de Ribera y Villa Cap para servir a Camilo Henríquez nunca fue considerada por la autoridad. El problema de conexión se "solucionaría" en la Avenida Manuel Rodríguez, donde la estación Rengo sí podría vincularse con el Terminal Jota Ewert, pero esto deja al sector de Chillancito y sus vecinos sin una puerta de acceso multimodal.            

Finalmente, el vacío que deja el terminal de Camilo Henríquez será llenado por un nuevo edificio, un capítulo más en el constante crecimiento inmobiliario que domina las grandes urbes chilenas. Una vez más, un espacio de servicio público, con cierto "alma" de barrio, se privatiza y se enfoca en el comercio o la vivienda. En Chillancito, como en muchos "barrios dormitorio", la privatización de los espacios solo acentúa el individualismo. Si bien la gente vuelve a reponer energías, la falta de convivencia es palpable. Al desaparecer el terminal, se pierde el último gran punto de encuentro, pues fuera de algunas plazoletas en Baquedano, escasean los lugares donde los habitantes, especialmente los jóvenes y vulnerables, puedan realmente interactuar y forjar comunidad. El Terminal Camilo Henríquez ya es historia, y con él, se ha ido una oportunidad de tejer una red de transporte más conectada y un barrio menos ensimismado.

No hay comentarios: