Como bien reza el dicho, alusivo a la Ley de la Gravedad: "Todo lo que sube tiene que caer".
Quién diría que el principal servicio de telecomunicaciones de décadas pasadas pasaría por momentos tan críticos y de incertidumbre. El reciente anuncio de la empresa española Telefónica (dueña de Movistar) de su posible retiro del mercado chileno, presumiblemente por fracasos comerciales y un aumento de reclamos en los últimos años, saca a la luz dos conclusiones evidentes. Por un lado, se asume que este declive es consecuencia directa de que el teléfono fijo hace mucho tiempo pasó de moda, siendo desplazado por las Redes Sociales y, en particular, por WhatsApp, que se ha convertido en la nueva herramienta de comunicación desde aproximadamente 2015. Por otro lado, la noticia afecta a una base de clientes que, si bien minoritaria, sigue suscrita a una marca que perdió prestigio frente a competidores como Wom, Entel y Claro. No podemos olvidar que la telefonía fija sigue siendo utilizada, sobre todo por los adultos mayores, a pesar de las campañas públicas para su digitalización, donde el internet y los dispositivos móviles se han vuelto una necesidad, aunque no sean servicios gratuitos.
El Interés de la Competencia y la Opción de la Fusión
Según diversas notas informativas de economía, el interés por adquirir los activos de la marca española ya es palpable, con Entel y Claro como los principales postores. Esto ofrece una respuesta a la incertidumbre de muchos clientes de Movistar, algunos de los cuales lo han sido desde los tiempos de la CTC en los 90's. Ante la inminente fusión o venta, surge la interrogante sobre el futuro de los planes. Sería deseable que, en caso de concretarse, se considerara un complemento de planes o suscripciones entre los servicios que coexisten en un mismo hogar. Por ejemplo, una dueña de casa con telefonía fija Movistar y un hijo con un plan de internet banda ancha Entel. Esta flexibilidad podría ser clave para mantener al cliente, especialmente ahora que la telefonía fija es cada vez más obsoleta.
La CTC, Telefónica y la Historia de Chile
La posible retirada de Telefónica-Movistar genera un sentimiento de nostalgia y tristeza, ya que la marca es parte de la historia de muchos chilenos durante los últimos 50 años. Si bien es una empresa privada, es la sucesora de la recordada Compañía de Telecomunicaciones de Chile (CTC). La telefonía fija comenzó a operar masivamente en Chile desde mediados del Siglo XX, pasando de ser una entidad pública antes de la dictadura a ser privatizada paulatinamente desde los 80's con el modelo económico neoliberal. La CTC fue un ícono de los 90's, con servicios omnipresentes como las "Cabinas de teléfonos fijo", las "Guías telefónicas" (Publiguías), los servicios de Cobro Revertido (Líneas 800), el cobro del IVA en algunas llamadas, los primeros planes de internet para tareas escolares y el "Carrier 188" para larga distancia. Era, hasta fines del siglo XX, la empresa más grande, abasteciendo a prácticamente todo el país.
El cambio se concretó alrededor del año 2000 con la llegada de la marca "Telefónica", que compró a la antigua CTC. Un hito de esa primera mitad de los 2000's fue la venta de tarjetas de prepago, las "Tarjeta Línea Propia" (TLP), con el recordado Álvaro Ballero como rostro, permitiendo llamar sin necesidad de un plan, práctica que luego se aplicaría a la telefonía móvil. Hacia fines de 2005, la compañía pasó a llamarse "Movistar", concentrando su esfuerzo en la telefonía móvil, el internet y, posteriormente, la televisión de pago.
De la Fija al WhatsApp: La Evolución de la Comunicación Chilena
La telefonía fija fue el servicio más usado en Chile desde mediados del Siglo XX hasta fines de los 90's. Sin embargo, en 1995 surge tímidamente la Telefonía Móvil (o Teléfonos Celulares), masificándose a usuarios populares recién desde 1999. Paralelamente, en 1997 nacen los primeros planes de internet, que se masificarían desde 2001, apoyados por el surgimiento de los cibercafés alrededor del año 2000. Este auge llevó a un hito en 2009, cuando hubo más suscriptores de celulares en Chile que de telefonía fija.
El golpe final para lo análogo llegó con los smartphones masificados desde 2012, que traspasaron las funciones del viejo PC a un dispositivo móvil. Esto llevó al cierre de los cibercafés hacia 2019, gracias al auge de las redes Wi-Fi. Pero el hito más reciente fue el nacimiento de WhatsApp en 2015, que, al permitir llamadas, mensajes, fotos y videos de forma más práctica, marcó la transición definitiva. Pasamos de la telefonía fija a la móvil (en los 2000's), y luego de la móvil a WhatsApp (en 2015).
Hoy, la telefonía fija no es parte del vocabulario de las nuevas generaciones, pero aún hay suscriptores, sobre todo adultos mayores, que la prefieren. Esta realidad recuerda al fenómeno "bajo alfombra" de 2024, cuando la Subtel dio un plazo ajustado para el cambio a la televisión digital, ignorando a la población más vulnerable y analógica, un hecho que incluso se denunció en TikTok. Objetos del siglo pasado como el radiorreceptor y el teléfono fijo siguen vigentes por distintas razones. Las empresas, y la élite, asumen que la telefonía fija es un servicio residual, que hoy se adjunta a planes de internet y TV para justificar mensualidades más altas, muy distinto a los 90's, donde la suscripción era única y la gente se abstenía de otros servicios para ahorrar.
La Nostalgia de un Icono
En definitiva, la venta de Telefónica a otra marca de la competencia genera un profundo sentimiento de nostalgia. Es el adiós, o al menos la transformación, del sucesor de la mítica CTC, una empresa que no solo fue proveedora de un servicio, sino una parte fundamental de la historia cotidiana de Chile durante más de cinco décadas. Es el fin de una era.


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