CAPÍTULO: “Identidad robada” (El infierno de Santiago, el protagonista)
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En resumen, esta fue la historia de un joven mexicano quien con la intención de ayudar económicamente a su mamá emigró ilegalmente a Estados Unidos. Ya en suelo de la potencia norteamericana fue atrapado por los de la “migra” en Houston (Estado de Texas) cuando allí intentaba sobrevivir, y por el sólo hecho de no tener documentos la vida le cambió para siempre aunque acabando en el peor de los infiernos. Desde allí perdió su libertad para siempre, siendo apresado por la policía en una inicial etapa de investigación hasta que allí lo confunden con otro criminal coterráneo quien tiempo atrás había abusado sexualmente de una joven. Como estuvieron convencidos de que este desafortunado joven era el supuesto violador, lo mandaron a cumplir sus primeros meses de prisión en Estados Unidos donde además enfrentó sus primeras agresiones por parte de compañeros de celda.
Antes de seguir con la historia te contamos un paréntesis. La serie “Perdona nuestros pecados” se empezó a transmitir en el canal La Red (Acá en Chile), desde aproximadamente el año 2003 y durante las tardes (En el típico horario de telenovela). Consiste en la narración de varias historias cortas (no continuadas), basadas en hechos reales que le ocurre a mucha gente. Este capítulo que te estamos presentado a continuación habría sido realizado en el año 2002, y fue uno de los primeros que lo transmitieron en la TV. Se titula: “Identidad robada”, el protagonista era Santiago López Pérez y su madre de avanzada edad era Eva (Quien envió su testimonio a la presentadora de esta serie).
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Volvamos a la historia..
Un primer paso en su vulneración de derechos parte con los de la migra en USA, cuando el policía la consulta al joven si tenía antecedentes penales. Éste responde que no (y era verdad), pero el gringo lo humilla diciendo que es muy recurrente escuchar mentiras por parte de ilegales, es que también es cierto como muchos arrancan posiblemente porque en México tengan cosas pendientes con la ley. Esto nos recuerda al típico cuento infantil "El Pastor mentiroso", cuya moraleja es que mientras mas mentiras tú digas menos creíble serás (y menos te tomarán en cuenta).
Santiago fue llevado a su celda, donde allí lo esperaron dos compañeros de celda. Mientras el mexicano pedía a gratos que lo sacaran de prisión, el mas rudo de los rufianes le decía “Mexicano” (Palabra usada por los gringos en tono muy peyorativo, más cuando ese gentilicio lo pronuncian literalmente con la X y no con la J como habitualmente lo hacemos los latinos). Luego en inglés lo trata de “señorita”, y ese era un claro aviso de que lo violarían por primera vez. Es cierto que dentro del código carcelario los “violetas” son vengados por los otros presos, ya que estos últimos también tienen madre, esposa e hijas allá afuera. Pero Santiago era inocente.
AUNQUE PAREZCA INCREÍBLE, SÓLO POR SER HALLADO SIN DOCUMENTOS...LOS DE LA MIGRA ENVIARON A SANTIAGO A LA CÁRCEL DEL CONDADO EN HOUSTON MIENTRAS INVESTIGABAN SI TENÍA ASUNTOS PENDIENTES EN SU PAÍS. ESTO ANTES DE DEPORTARLO.
Con el correr de los días el protagonista fue deportado a México, aunque aun incomunicado de su familia, y evidentemente lo envían como preso a otra carcel.
Luego viene el momento en que la víctima de la violación va a la prisión para corroborar si el hombrecito tras las rejas era el culpable. De primera, aun temblando y confundida, dice que Santiago en frente sería el abusador aunque luego se percata de un detalle ya que el joven era zurdo (escribe con la mano izquierda) y eso gatillaría las primeras dudas de la señora, pero su timidez lejos de ayudar a Santiago sólo ha conseguido agudizarle la mala suerte. El jefe de la policía desacreditaba las dudas de la mujer, y respondía que por el hecho de escribir con la mano izquierda sería también una forma “pilla” de zafarse en algo del castigo recibido. Psicológicamente Santiago estaba desmoralizado, pues celda adentro era abusado por los compañeros de celda.
Finalmente la indecisión de la mujer (al decir por segunda vez, que si era él) motiva a que la policía lo traslade a otra carcel, aparentemente con peores condiciones ya que daban por hecho que Santiago sí era el abusador sexual. El pobre no se podía defender.
Luego ella, con todos sus nervios, caminaba un rato por la plaza y se encuentra de sorpresa con el hombre moreno y flaco que la violó días atrás. El detalle está en que el pervertido usaba bigote, mientras Santiago pasando su peor infierno siempre estuvo afeitado. El hombre perverso hasta se atrevió a insultar en su cara a la pobre dama incluso con gestos de manos que eran muy burlescos, allí se dio cuenta que minuto atrás con el policía había cometido un error capital.
De vuelta a prisión Santiago estaba siendo vulnerado de sus derechos. Mientras el policía le refregaba en cara que habían testigos que lo delataban, el joven hacía lo imposible para demostrar su inocencia, aun tenía claridad al decirle que provenía de tal zona (y no de Chiapas donde vivía el verdadero abusador), que aun con su ilegalidad en Estados Unidos nunca le hizo daño a nadie, además de no tener antecedentes y que varios conocidos ya le sabían su rutina. Peor aun, había terminado de escribirle una carta a su mamá para dar cuenta de su injusta situación, y aunque el policía le recibió el mensaje no le permitió jamás que lo iba a mandar, es más se fue de la celda humillándolo para decirle que la pobre madre no merece sufrir por culpa de una “escoria”, convencido tercamente de que Santiago era criminal. Además que la justicia allí lo estaba presionando para que reconociera la supuesta culpabilidad, a tal punto que tenía sesiones con psiquiatras. Era lógico que el joven allí encerrado, viviera con total angustia.
Al preso se le estaban vulnerando sus derechos, y el policía era prepotente.
Mientras la joven, aun confundida tras ver al abusador, va a la policía pensando poco menos que el pervertido había escapado de allí. En el cuartel da cuenta de la situación, cuando allí el funcionario queda algo más confundido. Las mismas escenas de esta serie muestran que Santiago está en estricto control, bastante blindado como para que de repente lograra escapar a la calle. Si la mujer asume que en un momento se equivocó eso dejaría perplejo al policía, aunque eso también le denota cierta mediocridad porque lo único que quiere es sacarse el “cacho” de encima. Con el correr del tiempo la mujer tiene pensado enviarle personalmente la carta (que Santiago había escrito) a la casa donde vive su anciana madre, pues el policía ya le dijo que no tenía ninguna intención de mandarla.
De hecho ya se le había oficializado la condena a Santiago, y en ese minuto estaba siendo trasladado a la cárcel.
Un detalle a tomar en cuenta, Santiago tenía domicilio en Chalco (Estado de México), mientras el abusador era de Chiapas. Claramente eran dos zonas diferentes de México. Es como que culpan de violación a un tipo de Santiago, en consecuencia que el degenerado es de Pichilemu (Una cosa así).
Finalmente la mujer llegó a la casa de la madre, y de primera no le fue fácil contarle desde el primer minuto como pasaron las cosas. Pero cuando le dice que un joven flaco y moreno traído desde Estados Unidos era acusado de violación, eso angustió mucho a la pobre anciana agudizando así el cargo de conciencia que tenía esta joven (En su interior ya se estaba convenciendo que las había “cagado” con Santiago, literalmente lo condenó de por vida).
Al final la madre se quedó sola, pero totalmente nerviosa leía la carta e inmediatamente le reconoció su letra. Para explicar las motivaciones que habría tenido Santiago en cruzar la frontera a USA, es que su madre estaba pasando por una situación económica bastante crítica y es que siendo arrendataria de una casa corría el riesgo de que la echaran ya que tenía deudas con la renta. Incluso estaba esperando que la llamaran de algunos trabajos a la que ella postuló, pasaba por un crudo período de Vacas Flacas.
Días después la anciana va a la carcel, para visitar a su hijo. Cuando Santiago ve que ella lo espera fue su primer momento de alegría tras largos meses de malos tratos, allí aprovechó el respiro para contarle a la mamá de todo lo ocurrido pues nadie se dio el tiempo de escucharlo. Aunque ella le preguntó si en realidad había cometido crimenes, siempre tuvo la esperanza de que Santiago era víctima de injusticia. Sin embargo las últimas escenas de este capítulo notan a un joven cada vez mas deteriorado, estaba flaco e incluso tosía. Eso no era nada, pues además el muchacho cuenta que producto de las constantes violaciones (por los compañeros de celda) TERMINÓ SIENDO CONTAGIADO DE SIDA.
Dado que esta fue una realización teatral y dramática del canal TELEVISA, terminado el capítulo la impunidad todavía seguía en la vida real. Quisimos ir a Google para saber que ha sido del pobre hombre (si acaso falleció por VIH o la justicia logró socorrerlo a tiempo), pero prácticamente no hay información.
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La injusticia surge porque sin una investigación rigurosa por parte de la policía mexicana se le terminó desacreditando e inhabilitando a Santiago, negándole todo derecho siquiera a contar con un abogado defensor. Curiosamente en Chile se realizan exámenes de ADN a los sospechosos de violación para comprobar de forma científica su responsabilidad, basta recordar al tío abuelo de Tomacito Bravo (del niñito quien en 2021 murió en las zonas rurales de Arauco) y quien pese a ser éste mismo el último adulto en verlo con vida hoy no es condenado precisamente por homicidio o abuso (claro, inicialmente pasó un tiempo corto en la cárcel pero luego fue absuelto tras algunas irregularidades en fiscalía), eso si fue reformalizado por abandono con resultado de muerte. No se olviden que al momento de aplicar condenas el Derecho es muy preciso y específico.
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