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| Créditos: "Población Carlos Mahns" (Facebook) |
Si eres de los que ama los atardeceres o si simplemente buscas un lugar para despejar la mente, te va a encantar el recién inaugurado Parque Mirador del barrio Carlos Mahns.
Este barrio, con una historia que se remonta a los años 30, se construyó en uno de los cerros que abrazan el centro de Tomé. Sus primeros vecinos fueron los trabajadores de las fábricas textiles, así que caminar por aquí es como viajar en el tiempo. Para llegar, solo tienes que buscar la calle Manuel Montt, justo frente al supermercado.
El parque no está en la cima del cerro, sino en plena subida, lo que lo hace perfecto para una caminata ligera. Para quienes vienen desde el centro, el recorrido es una sorpresa en cuatro actos, cada uno en una plataforma diferente. La primera es una placita con asientos y barandas para descansar, aunque la vista al mar está un poco tapada. Pero tranquil@, lo mejor está por venir. Solo sube un poco más por el sendero peatonal y prepárate para la vista que te espera.
Una vez que llegues a la segunda plataforma, tu esfuerzo habrá valido la pena. Este lugar, conocido como "Mirador El Morro", te regala una vista de postal: el morro, la playa y el centro de Tomé en un solo vistazo. Y la mejor parte es que todo el parque está conectado por un sendero peatonal que es un atajo genial. Si vienes del centro y no quieres lidiar con el bullicio de los autos, este camino es perfecto. Es como si el cerro te diera la bienvenida con un abrazo natural.
Además de los atajos que conectan las plataformas, el parque tiene otras subidas con peldaños que te llevan a rincones clave del barrio: la capilla católica, una de las postales de Tomé, y la multicancha de fútbol amateur en la cima. Al final del recorrido, te encuentras con un rinconcito con columpios, ideales para niños pequeños. Si vas con tus sobrinos o los hijos de tus amigas, ten en cuenta que el suelo es de tierra, así que el verano es la mejor época para ir.
En la subida, verás un pequeño anfiteatro. Es un espacio íntimo con muchos asientos, pero no es el lugar ideal para eventos masivos. Más bien, piénsalo como un rincón para hacer una pausa, sacar la libreta y escribir, o simplemente sentarte a observar. Este parque es perfecto para una escapada rápida de la rutina, un lugar de paso donde puedes encontrar unos minutos de paz.
Una de las cosas más bonitas de este mirador es la diversidad de gente que lo visita. Si bien es un espacio público y abierto para todos, se ha convertido en el punto de encuentro de personas que buscan un momento de conexión. Aquí verás a grupos de amigos riendo, a parejas de pololos disfrutando de un atardecer, y a gente solitaria buscando un poco de estabilidad o simplemente un lugar para ser. También es un respiro para los vecinos de Carlos Mahns que, después de un día de trabajo, suben por el sendero para llegar a casa, escapando del tráfico y el estrés. Si te sientes sola o si el mundo te parece demasiado ruidoso, aquí puedes encontrar tu lugar. Los asientos en la subida son perfectos para sentarte a solas, con tu música o con un buen libro, mientras te regalas un momento de tranquilidad.
Con el verano a la vuelta de la esquina, el parque se perfila como el nuevo spot para quienes vienen de comunas cercanas como Concepción o Penco, en busca de un lugar para recargar energías. Pero, seamos honestos, este no es un parque para fiestas. El sendero es angosto y la idea no es que se convierta en un lugar abarrotado de gente que le quite la paz a sus visitantes. Si bien podríamos pensar en carritos de comida o restaurantes, por ahora es mejor que se mantenga como lo que es: un lugar para el relajo, no para el caos.
También es importante que sea un lugar seguro para todos. Por eso, es clave que las autoridades, como Carabineros y la PDI, mantengan patrullajes, especialmente por las noches. La idea es que este parque sea un santuario de buenas vibras, no un lugar que te haga sentir insegura.
Finalmente, este parque es mucho más que un bonito mirador. Es un espacio de sanación. Cuando el estrés, el desánimo o incluso los comentarios negativos te agobien, recuerda que la naturaleza tiene una forma increíble de sanar. Estar rodeada de árboles reduce el cortisol, mejora el estado de ánimo, fortalece tus defensas y te da una claridad mental que la ciudad no puede ofrecer. Así que si te sientes vulnerable, date una vuelta por aquí. Regálate ese momento. El Parque Mirador Carlos Mahns es ese lugar que Tomé necesitaba para recordarnos que la paz y la belleza están más cerca de lo que pensamos.

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