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| Un flaite de 23' años |
Pasó que en una tarde cualquiera, una mujer iba caminando por la calle cuando de repente es increpada por otro vecino.
El vecino:- ¡Vecinita!
Mientras tanto la mujer se arma de paciencia, momento en que trata de aguantarlo con sus indirectas. Claro está que las relaciones son pésimas.
Vecina:- ¿Que quiere?
Vecino:- ¿¡No sé!?, pensé que podíamos hablar como dos personas civilizadas
Vecina:- Tendrá que ser en otro momento, estoy ocupada y voy a comprar el pan ¡Buenas tardes!
Vecino:- Pero ¿para que se pone a la defensiva oiga? En realidad yo compadezco de usted, se lo digo enserio.
Vecina:- ¿Ah si?
Vecino:- Claro, me imagino que como madre no es fácil aguantar todo el rato a un cabro mal criado. Lo digo porque su hijo vive poniendo el parlante para escuchar esa música....del Trap. ¿Sabía usted que no a toda la gente le gusta esa música?
Vecina:- Ese es su mundo, así que déjelo tranquilo.
Vecino:- Pero señora, ¿no ha querido de repente escaparse un fin de semana a Pucón? Su hijo da función dia y noche, ¿enserio que no le incomoda el boche de su regalón?
Vecina:- Bueno, si quiere conversar, le digo en su cara que ¡NO! No me incomoda la música de mi hijo
Vecino:- Pero ¡Claro! Era lógico pues, si la personalidad o forma de ser que tiene su hijo es fruto de la mala crianza que usted le da pues. ¿Total? La culpa aquí no la tiene el chancho, sino que la tiene quien le da de comer pues. Ja ja ja
Vecina:- No, no es por eso. No me incomoda la música de mi hijo, por la sencilla razón de que no la escucho cuando estoy en mi casa.
Vecino:- ¿Se pone tapones en sus oídos?
Vecina:- Algo más simple que eso. Yo cuando salgo a comprar al centro, es cuando mi hijo sube el volúmen de los parlantes. Pero cuando regreso a mi casa, mi niño baja el volúmen del equipo, ¿y luego? nos sentamos todos a la mesa para almorzar. ¿Cómo le quedó el ojo?
Vecino:- (Se quedó callado)
FIN !
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