¡Bien! Este rincón relativamente moderno comprende dos sectores. Por un lado tiene muchos comerciantes en la parte de afuera que colinda con la vereda (donde de hecho está la entrada), y además cuenta con pasillos en su interior ocupado principalmente por cocinerías.
Sus restaurantes son evidentemente consecuentes con la identidad pesquera y costera de esta comuna, donde la gastronomía marina ocupa un papel primordial pero todo esto se ve pese a que el lugar no es del todo difundido turísticamente. Quizás la mayoría de quienes prueban una sopa, o empanadas de mariscos, sean gente de esta misma ciudad-puerto a no ser que algun afuerino o turista por cuenta propia explore este lugar. Podemos dar garantía de que el ambiente es bastante decente, ¡venga cuando quiera!
El interior de este mercado provisorio está conformado por unos cinco restaurantes, y al igual que en varios puntos de la vecina ciudad de Concepción, acá también es posible ver a damas (meseras) que saludan a los transeúntes con expectativas claras a que estos terminen siendo sus clientes.
Otra de las cosas a destacar allí son los Souvenirs. Un sencillo puesto comercial donde es posible ver adornos, muchos de los cuales se hacen con conchitas de caracol y también con piedras que posiblemente hayan sido recogidas del mar para luego ser aseadas con el objetivo de ser vendidas a los peatones que por allí pasen, en la vereda de la calle Blanco Encalada.
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