Si
bien no está definido quien será el próximo Presidente –porque habrá 2° vuelta
el próximo domingo 15 de diciembre- se logra una conclusión que resume las
cifras en forma general: El tradicionalismo venció a las vanguardias. Las candidatas de las dos cúpulas más grandes
del país lograron la mayoría de votos por sobre los restantes siete políticos alternativos.
Igual que en las anteriores primarias de los años 2000, 2005 y 2010.
En
los últimos años las redes sociales fueron medios de información sobre variadas
banderas de lucha, todos con pensamiento crítico hacia los últimos gobiernos: Movilizaciones
estudiantiles, Manifestaciones de comunidades mapuches, lucha contra la Ley
Monsanto, protestas contra las termoeléctricas, iniciativas que impulsan
debates para una Asamblea Constituyente, discusiones sobre una justa distribución
de los ingresos en el país, la legalización del autocultivo y del consumo de
marihuana, entre otros. Al final no quedó reflejada esta supuesta decepción popular
hacia la derecha y la Nueva Mayoría.
Algunas
posibles razones que promovieron este fuerte predominio son las relaciones de
clientelismo entre los partidos y pobladores aliados (sobre todo con el fuerte
apoyo que tiene Michelle Bachelet en los muchos simpatizantes del PS, votos leales).
Sin dejar de lado la gran cantidad de nulos (67.555) y de blancos (47.337),
como también la fuerte ausencia de jóvenes en las urnas, esta era la
oportunidad de hacer valer la opinión de aquellos ciudadanos que realmente querían
cambios radicales, esos que tanto reivindicaban frente a las cámaras de televisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario