En una noche, mientras un hermanito de la iglesia evangélica dormía, una luz se le apareció en el dormitorio.
El hermano despierta.
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Fernando:- Señor, ¿eres tu?
Jesús:- Si, te tengo un mandamiento
Fernando:- ¡Mande!
Jesús- Hijo, deja de nombrarme a cada rato con tu gente ABÚRRETE!
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