“El gran foco de un liceo, es el humanismo social”
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Con activos 40 años de edad este simpático docente de Historia reconoce lo
importante que es hacer clases frente a un grupo de alumnos. Aunque como ciudadano
común su pensamiento crítico es bastante fluido respecto a temas de política. Y hasta opinó
sobre los contenidos periodísticos en la televisión abierta.
Quienes
tienen cuenta de Facebook se
identifican con su primer nombre y más el
apellido, aunque es válido también registrarse sólo con seudónimos. Cualquiera
pensaría que quien se haga llamar “The
Demmentes” –con una imagen de perfil mostrando a Víctor Jara tocando la
guitarra- es un jovencito de 20 años. ¡Pero las apariencias engañan! pues al
verlo en persona, Alex Giovanni Díaz Villouta, es un maceteado y trigueño
profesor de Historia. Hace clases en el Liceo Ríos de Chile, del modesto y pintoresco
barrio-puerto de Lirquén, ubicado a 15 kilómetros de Concepción.
Luce
pelo corto y un poco de bello en su rostro, tiene un parecido al animador más
sonriente de ramadas, trasmitiendo así pura simpatía en todo momento. Aceptó
compartir sus ideas sentado adentro del laboratorio de computación. Y bajo una
despejada mañana del jueves anterior al Viernes Santo, Alex aprovecha el recreo
escolar. Defiende ideales políticos progresistas, confiesa -con tono de voz no
tan grave- que sus principios fueron formados en los años del Gobierno Militar,
eran sus años estudiantiles. Concretamente
es un anti-derechista, y también critica
al oficialismo.
Ser profesor con todo
gusto
Trabaja
en este liceo desde hace 13 años. Para Alex “hacer clases es un muy grato
desafío”, cómodo y ameno reconoce que esta labor no sólo se trata de un asunto
pedagógico, porque “hay vinculaciones sociales, de experiencia y de proyectos
sociales”. Dice sentirse motivado, a tal punto que casi nunca tuvo sensación
alguna de complejidad o angustia, ni mucho menos de desmotivación. A lo mejor
hay momentos del año “con mayor o menor energía”, pero nada de eso obstaculiza
su desempeño.
Sentado
y con sus brazos cruzados. Muy entusiasta cuenta que su experiencia como
docente en Lirquén “está en construcción”, donde cada uno “va aprendiendo cosas
nuevas” y que le sirve mucho para desarrollar su perfil como profesor. Considerando
que la educación es un proceso “necesario, útil, transformador, donde lo que
uno busca en cierta medida no es un asunto personal, sino un tema de
comunidad”.
De
repente, un grupo de alumnos -sin querer- interrumpe la conversación cuando
afuera de la sala tocaban la puerta. El profesor se paró para atenderlos, y los
jóvenes pedían aquel tremendo parlante que estaba a la vista en un rincón de la
sala, para tocar en el patio unas canciones de Reggaetón. Alex les dio permiso de inmediato.
Además
niega rotundamente haber tenido conflicto con alguno de sus alumnos, a tal
punto que los defiende. Con principios bien claros, Alex no parece ser
prejuicioso.
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Si
tiene alumnos desordenados, ¿Cómo lo enfrenta como profesor?
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“Hay una necesidad urgente de darle
valor a nuestros jóvenes, y esa necesidad tiene que ver principalmente con un
espacio de compromiso hacia ellos. De sentirte parte con ellos, o sea tú no
puedes llegar a un liceo como profe y pensar de que éste no es tu mundo. Este
es un proceso social donde nosotros cumplimos un rol (…), y si en la sala de clases ves que están desmotivados
o pensando en otra cosa…, si tu entraste a
pedagogía es porque tú tienes una técnica para poder convertir esa
desmotivación que no lo es solamente a la clase, sino que a la vida, y eso
tiene que convertirla en un elemento que tiene que jugarte a favor, o sea de
que los cabros reconozcan que la persona que está al frente es parte de su
mundo también”.
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¿Y
qué le parece ver cómo sus colegas santiaguinos denuncian muchas veces a la
prensa aquellos casos de agresión por parte de sus alumnos?
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“¡Por supuesto que pasa!, y también
viceversa, creo que también hay medios que si
te quieren vender la noticia de farándula, de tragedia, de crónica roja, te la
van a vender. En este sentido hay una crítica para todos los periodistas en
términos de formación. Igual es necesario combatir ese oficialismo que nos
venden, y que dicen que es la única verdad que existe, ¿cómo? creando medios
alternativos en un blog. Si me preguntais que existe violencia de los
profes, ¡por supuesto!, existe violencia de los papás, de los estudiantes, pero
también existe violencia del estado y de los medios de comunicación. Por
supuesto no comparto que exista esa violencia, pero también hay que trabajar
para poder disminuirla, y creo que el trabajo que uno tiene que hacer es en el
espacio donde uno tiene que laborar. Y si
veo que un alumno le falta el respeto a un profe, bueno buscaré la forma de
preguntar qué sucedió pos”.
En definitiva, ¿cómo podríamos
resumir el trabajo de Alex Díaz? No es sólo
un simple profesor de enseñanza media, es un hombre común y corriente que mueve
el país (como muchos) educando y formando a
los futuros ciudadanos. Y tal como él mismo reconoce: “El
gran foco de un liceo, es el humanismo
social”, en el sentido de que las miradas
que una persona hoy tenga sobre el entorno,
es reflejo de su formación recibida.
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