Una característica que la televisión chilena muestra del cine americano es que hay largometrajes recreadores de la mayor cantidad de épocas. Como la mesopotámica, la griega, romana, medieval, cristiana, china antigua, de vaqueros, del Siglo XIX, etc. ¿Quién no entendió alguna parábola bíblica viendo “Jesús de Nazaret? O ¿Quién no se ha emocionado con la dinámica y educativa: “Regreso al futuro”? EE.UU se regodea viendo todas las películas de época, aunque claramente condicionadas con ficción.
¡Seamos
visionarios! Si estrujamos cada una de nuestras neuronas, diríamos que algunas
películas de esta ultima década perfectamente pueden ser cine de época para el
futuro, ¿Qué largometrajes hablaría sobre este mismo año dentro de un millón de
años?, los ejemplos son muchos. En este caso fijémonos en la popular Rápido y Furioso.
Ejempliquémos
esto con Chile, no con nuestras tradiciones folclóricas, sino con nuestras
costumbres individualistas y posmodernas. Caricaturas que pueden definir al
chileno del 2013, o al menos a una persona de la generación 2000-2010, son: la
comida chatarra, la farándula, los reality
show, los DJ´s, rockolas, la asfixiante prensa roja,
centros comerciales, consumismo, reggaetón,
facebook y el estrés laboral
de la ciudad.
Pero
no olvidar que el chileno es copión, por ende, se imitan varios elementos desde
los países desarrollados, tanto desde Estados Unidos, Corea del Sur, Japón, como también de Europa. ¿Y qué podemos
copiarle de los gringos?....la
afición por las carreras de autos, así también de este machismo del nuevo
milenio que vinculan: matonaje, pandillas, delincuentes, violencia, droga,
traficantes, mujeres, reggaetón, vida nocturna, autos enchulados, prostitución,
talleres mecánicos, afroamericanos y carrete.
Lo
que el espectador ve en Rápido y Furioso,
la película americana que trata sobre carreras de auto, mujeres, y matones,
nada de distante con lo que se ve cotidianamente en las ciudades más pobladas,
incluso en barrios de Concepción. Esta moda de comprarse un auto barato para
luego enchularlo, y ganarse unas monedas por apuestas de carreras, ya está
fuertemente instalada en la juventud poblacional, de entre 15 y 28 años. Esto
podría ser uno de los tantos elementos que definan al Chile del 2013.
Así
nuestros tátara nietos verán este Chile farandulizado- reggaetonizado de hoy
viendo esta película (aunque sus historias ocurren en otros países). Y ¿Si en
el futuro la gente quisiera saber, sobre este país copión? Rápido y Furioso es una buena referencia.
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