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Cuando los visitantes y turistas provenientes de otras regiones buscan alguna picada de Talcahuano donde degustar la mejor gastronomía marina, por lo general se tiene como referentes dos lugares: “La Poza” y “Caleta Tumbes” (Que es otro lugar distante 11 kilómetros al norte del centro chorero). No son malas partes, pero ocurre que si bien en la moderna costanera hay restaurantes los precios no son muy amigables para quienes tengan bolsillos mas apretados (poca plata).
En otros puertos del país si se destaca las cocinerías y restaurantes con aroma más popular, basta ver como Valparaíso (Aun con sus altos y bajos) promociona con mucho orgullo lugares que forman parte de su historia, como por ejemplo “Restaurante Liberty”, “Cinzano”, “J Cruz” por solo mencionar algunos. Todos esos puntos se ubican en el “plan” de esta otra ciudad portuaria (“plan” es como los porteños llaman a su centro, ¡porciacaso!), sin dejar de lado otro grupo de restaurantes enclavados en los cerros (Alegre, Concepción, etc.). ¿Se fijan?
Talcahuano tiene cocinerías en el centro, pero no son promocionadas.
Generalmente entran a consumir personas que trabajan “en la mar”, y que al parecer habría sido creado por un gremio local (Club Social Sociedad Protectora de Empleados Talcahuano). El comedor es amplio, con dos rincones donde están las mesas. Al fondo en ese mismo primer piso vemos una barra de bar, donde se ve ¡por cierto! una cajera. Aunque mayormente los comensales suelen ser atendidos por simpáticas meseras.
Se nota inmediato el ambiente de pescadores en el lugar, sobre todo por las tardes donde más de 20 hombres se animan y comparten con buena gana, el restaurante allí es prendido. En una esquina se ve un Wurlitzer donde con sólo echar una moneda ($100) puedes poner la música para el ambiente.-
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Con casi $9 mil puedes pedir media docena de empanadas (mariscos) más una botella individual de bebida (Aunque el tamaño del envase es un poquito no más más grande que las “Express”).
La preparación de los mariscos es buena, sólo que tiene el detalle de contener demasiado jugo al interior. Aun así se disfruta, total se requiere de cuidado para no ensuciarse la ropa. De todas formas la masa y el alimento marino están bien cocidos, vale la pena masticar frituras en el lugar.
Y sin duda uno de los fuertes en el local, es la venta de bebidas alcohólicas. De hecho, no hay que ser genios como para intuir que una botella retornable de cerveza se vende mucho más que bebidas o jugos.
¡Buen provecho! Esta es sin duda una de las maneras “entrete” para conocer la identidad costera y portuaria de Talcahuano, no siempre mostrado en los medios de comunicación del Gran Concepción.
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