Hay varias razones para destacar parques o miradores dentro de la misma ciudad. En primavera muchas personas aun trabajan hasta al menos la navidad, lo que les imposibilita (por un tema de prioridades) viajar a otras regiones. También tenemos el caso de ciudadanos quienes por dependencia o falta de recursos deben reburcárselas dentro de su propia comuna para poder “airearse” (De hecho no es bonito ponerse despectivo cuando incluso en verano muchos veranean en una playa cercana, ¡debemos destacar lo nuestro! De una vez por todas).
Incluso tenemos el caso de personas quienes en la semana suelen perder la paciencia, o bien ponerse irritables, producto de que llevan muchos días seguidos haciendo vida sedentaria, pues salir a la calle los ayuda más de lo que pudieran imaginar. No es fuerza que deban depender de un familiar o de un amigo pensando que te podría recibir en su casa, basta que tú salgas a una plaza para que puedas incluso agarrar el equilibrio que tú tanto necesitas. Si puedes llevar dos lucas para tomarte una bebida, ¡mejor todavía!
¡Al grano!
Entre Barrio Norte y Lorenzo Arenas hay unas colinas que colindan con la Laguna Redonda ¿No cierto? Nos referimos al barrio El Golf, ese mismo sector donde desde lejos se pueden ver enclavados algunos “blocks” (o departamentos). Por último, el lugar tiene la característica de ser una población rodeada de muchísimos árboles y también de abundantes áreas verdes. Aquí es posible encontrar tres miradores (dos chicos y uno grande).
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La denominación “El Golf” se refiere al sector donde ahora nos encontramos, pero también a una arteria ubicada “en la punta del cerro” que conecta a las calles Almirante Riveros Norte y San Vicente (En realidad es una circunvalación que da la vuelta en Ú).
Aquí es posible encontrar columpios, asientos, contenedores (tachos) de basura, veredas asfaltadas, cesped, iluminaria pública, arboles, transporte público a la mano (aunque de muy baja frecuencia), un kiosco al paso y otros asientos techados con forma de kiosco.
Otra característica del lugar es que se trata de una población bastante silenciosa (sobre todo en hora de almuerzo), algo sería curioso si forma parte de la ciudad de Concepción cuando desde otras comunas que se cree que esta gran urbe debiera ser ajetreada (lo es en el centro, pero no en este sector algo lejano).
Finalmente, su gracia es la de una amplia panorámica donde se puede apreciar el centro de Concepción. Sin dejar de lado que se ubica colindante con una calle, donde es posible sin problema alguno venir en vehículo.
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Bloques cercanos a la calle “Almirante Riveros Norte” (Hacia Laguna Redonda)
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Ya cruzando esa mencionada calle, es posible bajar a una placita escondida que está rodeada de tres blocks (departamentos). Apuntando hacia la Laguna Redonda y la Avenida 21 de Mayo, es posible encontrar otro mirador que es mucho más reducido.
En el lugar también hay columpios, tachos para la basura, asientos, iluminaria y veredas pavimentadas. Con la curiosidad que varios departamentos colindantes están expuestos a este mirador, aun así sus vecinos tienden sin problema su ropa afuera de la ventana.
Otra de las gracias en el lugar es que se puede percibir el viento, sobre todo en tardes de verano cuando se registren altísimas temperaturas.
Al otro lado de la calle “Almirante Riveros Norte”, apuntando hacia Carriel Sur.
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Con características parecidas, puedes encontrarte con otro mirador pequeño subiendo hasta la calle Almirante Riveros Norte. Sólo caminas algunos metros dirección norte para encontrarte con otro mirador. También hay columpios, contenedores para botar basura, asientos, cesped e iluminaria pública. La única diferencia está en que sus veredas son algo más rústicas ya que el piso es de tierra, pero aun así es firme (Precaución en días de invierno, podría haber charcos de agua o barro).
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Y todos estos lugares quedan a sólo pasos de la Laguna Redonda, que claro no queda en el cerro propiamente tal. De todas formas basta bajar, de este barrio en lo alto, por calle “Almirante Riveros SUR” para continuar el paseo urbano hasta el mencionado “pozo de agua”. Fíjate que en la pasarela peatonal (por sobre la línea del tren) es posible encontrar candados presuntamente dejados allí por varias parejas de pololos, quienes ponen en registro el cariño romántico que se tienen.
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