Violencia psicológica |
En el bar había mucha gente. Suelen juntarse conocidos, amigos, familiares, parejas e incluso amantes. “El Pipe” como también lo conocen sus amigos, estaba sentado junto a la mesa del barman.
Mientras los otros parroquianos se servían sus vasos de whisky, ron, pisco, vodka y “pisco sour”. Unos pocos seguían con la
costumbre noventera de fumarse “su puchito” de vez en cuando.
La bohemia |
Todo
parece indicar que Richy como buen mafioso quiere hostigar psicológicamente a
una de sus víctimas, y posiblemente se junte en ese pub con Felipe por tener
una camioneta campesina. Sabe que el vehículo en cuestión genera cierta
repulsión en el barrio, ya que el sonido de la “correa interna” descoloca a
varios vecinos con cierto ruido molesto. Eso es lo que quiere Ricky de Felipe.
Richy es una persona que tiene buena situación económica, por eso no lo piensa dos veces antes de invitarle a Felipe un pitcher para ambos. Le pide al barman un jarro grande de cerveza (y con dos copas), esto para amenizar el pacto tránsfugo con algo de alcohol. Ambos vienen algo estresados, y es que en una noche de sábado muchos buscan desestresarse, sea con “copete”, con drogas o sexo en el motel (independiente de la orientación sexual que tenga cada uno).
Richy
tiene una obsesión con volver loco a su víctima, se trata de Anibal quien
terminando la carrera de Derecho en la universidad no ha podido ejercer su
profesión por los tráficos de influencias que lo han perjudicado
profesionalmente, laboralmente y económicamente. Esto porque el joven
profesional veía que este pueblo era distinto al resto de las comunas vecinas
en cuanto al nivel de empoderamiento social y político que tenían sus
habitantes. Afuera es súper común la lluvia de críticas que le llegan a un
alcalde, pero muy distinto es el panorama en este lugar ya que por cada intento
de crítica sus adherentes como “jauría de presos” se le lanzan encima.
¡Ya! ¡Vayamos al grano! Acá comparten Felipe (el camionetero) y Richy (“El que la lleva”):
Richy:-
(Autoritario, en voz baja) “Pipe, ¡quiero
pedirte una paleteada!”-
Felipe:-
(Atento) “¡Mande!”-
Cada
vez que Richy da una orden, se le nota bastante ácido al momento de mandar. Un
tipo bastante déspota y controlador, quien se siente dueño de las personas. Es
un tipo tan perverso que todo enunciado defensor de los Derechos Humanos
termina siendo opacado o neutralizado hasta perder total validez, éste se
encarga de humillar a las personas y además logra convencer a mentes débiles
para que el resto en vez de defender víctimas sean encubridores de estos
atropellos que mafiosos hacen en contra de la dignidad de una persona (ven la
forma de cómo ciertas personas -que en su momento les fueron peligrosas-
pierdan el empoderamiento moral), son secos para agredir psicológicamente a sus
“presas”.
Richy:- (Perverso) “¡Cágate al Aníbal!”
Felipe:-
(Atento) “Ya, ¿y cómo?”
Al
minuto llegó el barman con el jarro de pitcher.
Una jarra llena de cerveza, con el fin de que dicha bebida pueda ser compartida
entre los dos parroquianos. El joven trabajador del pub colocó el pedido en la
mesa, mientras ambos mafiosos se callaron por un minuto dado que esta práctica
es netamente criminal, cualquier escucha ajena podría generar a largo plazo
alguna investigación policial previa. Eso es lo que no quieren, que este
secreto caiga en manos de alguien quien desde la nada podría perfectamente
derrumbarle el imperio a esta mafia. Son siempre precavidos.
Si
podemos hacer una descripción social de la segunda década del Siglo XXI,
llámese período prepandémico 2015-2020 es el fenómeno del Fracaso Moral,
entendiéndose de cómo al menos en América Latina (Y en sectores mas bien
populares) el poder de la delincuencia adquiere más privilegios que el de tipo
político o incluso el de tipo económico-aristocrático. Ya no es utópico ver que
en las poblaciones hay personas que viven mucho más cómodas que aquellos
provenientes de una clase media más honrada quienes sí tuvieron acceso a la
educación superior. De todas formas no es algo del que tengamos que sentirnos
orgullosos, ya que tristemente hay que aprender del “juego sucio” para poder
realmente gozar de ciertos privilegios o de ciertos derechos que muchas veces
no son bien merecidos.
Richy le explica a Felipe lo que debe hacer:
Richy:-
(Autoritario, pero en voz baja) “Cada vez
que pases por fuera de la casa de este imbécil, ¡hace sonar tu correa interna
de accesorios! ¿¡Ya!? Cuando manejes tu camioneta, hace sonar tu correa
interna. Cada vez que lo veas caminando en la vereda a este pobre personaje,
¡cágalo! ¡descolócalo! ¡desconcéntralo! ¡regálale mala vibra! ¡Hostígalo como
cuando alguien se viola a tu mujer! ¡Reviéntalo! ¿¡Ya!? Métele ruido molesto, y
te pagaré bien ¡Ya te dije ya! ¿Estamos?”
Lo
que quiere Richy es que Felipe haga sonar una correa interna de accesorios, que
es un tipo de sonido que emiten los autos como los “frenazos” y los
“bocinazos”. Es cuando un auto va transitando por la calle, y a cuadras de
distancia se siente un ruido espantoso, incómodo y muy hostigante, y lo que
menos genera para el peatón quien camine al lado es placer. Un
ultra-estimulante negativo de la contaminación acústica en ciudades,
poblaciones y toda zona urbana. Uno podría decir si acaso estas personas no
mandan a Revisión Técnica estos autos cada vez que al manejar emiten estos
ruidos “escandalosos”, y un porcentaje de estos conductores no tienen la mas
mínima voluntad de mandar a reparación “sus joyitas”….¡es más!, algunos de
forma intencional están dispuestos (por años) a manejar sus autos emitiendo
estos sonidos realmente enfermantes.
Richy
quiere el desplome de Anibal.
Felipe:-
“¡Estamos jefe!”
A
Felipe le quedó totalmente claro la ordenanza de su patrón, pasaban los minutos
y seguían conversando relajadamente en la mesa. Eso sí, Richy le tiene
prometido pagarle $ 200 mil mensuales si la víctima presentaba algunos síntomas
que le jugaran en contra como el autoaislamiento o la pérdida de autoestima.
Aunque si lograba el objetivo final de volverlo loco por completo, hasta perder
el vínculo con el resto de los integrantes que conforman la comunidad Felipe
podría recibir un millón de pesos, después de un trabajo sucio que sería
contante y a largo plazo. Esto a cambio lamentablemente de que Anibal no
atraiga a las mujeres, de que Anibal no genere confianza entre sus vecinos y
contrario a eso termine ahuyentando a las personas, sólo con el fin de que nadie
lo tome enserio al momento de denunciar malas prácticas a instituciones
policiales. Una estrategia realmente perversa, maquiavélica y lamentablemente
inteligente. A donde puede llegar la maldad de la gente, ¡increíble!
HORAS
DESPUÉS
Eran
las 3 de la madrugada cuando Felipe regresa a su casa. Apaga el motor de la
camioneta y se baja del vehiculo, busca la llave en su cartera para entrar. A
esa hora ya estaba durmiendo su esposa, pese a que el barrio donde vive no es
del todo tranquilo en la noche. Aunque tenía ganas de intimar con su mujer
siempre se mantuvo en silencio incluso para cerrar la puerta de entrada, y
subir así al dormitorio.
Entra
al dormitorio, pero con tal de no despertar bruscamente a la mujer decide
únicamente prender la luz de la lámpara. Se saca los zapatos, los calcetines,
sus blue-jeans, la polera manga corta y con botones, se queda sólo en sunga y
se acuesta. Cuando estaba a punto de apagar la luz de la lámpara, su mujer
despierta. Le sonríe y le preguntaba cómo le fue, Lucía sabía ya que su amado
Felipe iba al pub para entablar negocios sucios con Richy, “el mafioso del
pueblo”.
Mientras
el “algo fogoso” de Felipe le respondía a las entusiastas preguntas de su
mujer, ella le hacía suaves caricias en el pecho del hombre. El jefe de hogar
estaba por apagar la luz de la lámpara, y ante los ojos calentones de Lucía el
camionetero (con puras ganas de intimar) translucía sus bellos varoniles que
estaban algo sudados en el pecho. Alrededor del ombligo estaba lleno de pelos,
en realidad la humedad era efecto del viaje que el hombre se mandó desde el pub
hasta la casa y en su camioneta. Si bien había bebido cerveza con Richy pasaba
por sobrio en la apariencia, salvo por el olor a tufo alcohólico en la boca que
por una extraña razón seducía en parte el fuego que sentía Lucía a las 3 AM.
En
un momento Felipe apaga la luz de la lámpara, y empezaba a hacerse cariñitos
con su mujer. La iba tomando de su espalda mientras la besaba, se frotaban los
cuerpos. En voz completamente baja y prácticamente al oído ella le pregunta que
es lo que tiene pensado hacer, pero ocurre una situación extraña porque Lucía
estaba convencida en ese minuto que “El Pipe”, su marido peludo en la cama,
vendería pasta base (o churry) en las poblaciones. Pero entre que el fuego
mantenía entusiasta al hombre, éste muy eufórico le responde (también con voz
bajita) que le reventaría la mente a Anibal. ¿A partir de allí? La cosa
empezaría a cambiar radicalmente.
[1] Fachada: Es lo que en lenguaje policial o delictual se refiere a la apariencia que muestra un delincuencia, con el fin de no despertar sospechas en su negocio ilícito. De hecho en los últimos años la brigada antinarcóticos (Sea del OS7 de Carabineros como de la PDI) ha descubierto varios almacenes de barrio que operan como fachada, cuando en realidad allí se vende droga.
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