Columna de opinión: LAS VENTAJAS DE LAS DOS PROMESAS HISTÓRICAS, REFERENTES AL TRANSPORTE PÚBLICO URBANO DEL GRAN CONCEPCIÓN

 

Máquinas para el cobro con tarjeta, y recorridos pendientes del Biotrén a otros puntos de la intercomuna

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ANTECEDENTE

En 1999 se puso en marcha uno de los servicios ferroviarios, que por algún tiempo estuvo en pausa, y nos referimos al Biotrén. Esto comenzó con un itinerario único que conecta (hasta hoy) a Talcahuano con Hualqui, comunas donde ya corren los recorridos de la locomoción colectiva (micros) pasando también por varios lugares de paso o intermedios como la Sede UTFSM (en Hualpén), Concepción y Chiguayante. 

Luego en el 2015 ocurrió un acontecimiento que benefició a muchos usuarios, como fue la extensión de este servicio hacia las comunas de San Pedro de la Paz y Coronel. Esta última ciudad de pasado minero fue la más contenta, ya que históricamente era una zona de rezago donde el inicial recorrido de “micros” (que además eran interurbanas, mal llamada rurales) tenía cierta mala fama: conductores prepotentes, algo déspotas, máquinas en mal estado y cobros abusivos contra estudiantes (Quienes aun con pase debían pagar hasta $500, equivalente a la tarifa normal dentro de Concepción). ¡Bueno! Lo cierto es que con este hito el servicio Biotrén vio un enorme incremento de usuarios en el tren urbano. Hasta ese entonces el bus era tres veces mas usado que el ferrocarril.

Sin embargo, aun quedan lugares pendientes que ya por años han ido reivindicando posibles extensiones del tren, hacia Lota (Costa sur) y Penco/Lirquén (Costa norte). 

Si bien en Tomé también han pedido cierta consideración, existen hoy en día muchos elementos en contra como lo son la desaparición casi total de sus rieles, así también la inexistencia de la estación tomecina y una ciclovía en Avenida Latorre que hoy ocupa la ex línea férrea (El tren dejó de funcionar en esa comuna-balneario desde mediados de los 80’s).

De extenderse el Biotrén hacia Penco, sectores penquistas como Barrio Norte, La Pólvora, Villa Cap, Andalién, la Villa San Francisco y la Villa Concepción también debieran ser beneficiadas como posibles puntos para instalar estaciones (Y hasta el Terminal de Buses Tur-Bus Camilo Henríquez podría ganar algo, con un posible bus de acercamiento que acerque a este rodoviario algo desmoralizado con una estación Biotrén en Villa Cap).

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EL BIOTRÉN

¡A lo que vinimos!

¿Cuáles son las ventajas de viajar en tren? (Comparado con la micro). Cuando un pasajero común está en la estación Biotrén, al menos sabe que el tren va a parar fijo ahí y con ello jamás dependerá del antojo del conductor. Esto último porque bien sabemos que en un paradero algunos choferes toman la decisión si quieren (o no) detenerse para llevar a algún pasajero (Un claro acto de humillación) además de que en la parada suelen “burlarse” de las personas deteniéndose varios metros mas apartado posiblemente para hacer caminar más a los pasajeros sobre todo si son estudiantes. Incluso han habido maniobras más peligrosas porque han habido casos de conductores que se han detenido en medio de la calle, y al mismo tiempo con el motor andando como con ganas de arrancar apenas haga subir al pasajero. Si, el chofer tiende a ser violento y hay terminales de buses donde no dan espacio para que la comunidad haga sus reclamos (Casi como protegiéndose entre ellos).

En el caso de la bajada, han habido episodios  de choferes que realizan maniobras muy peligrosas cuando una persona quiera bajarse. Recordemos lo que pasó en Abril de 2022, cuando una joven perdió la vida tras caer de un bus que estaba en movimiento (Un hecho que hasta salió en la prensa, provocando así la reacción inmediata de la Opinión Pública en repudio del conductor). Según los relatos, la estudiante habría pedido al chofer bajarse y luego este último habría abierto la puerta cuando todavía iba manejando. Es una mala costumbre que tienen mucho. Ya en otras experiencias similares, han habido caso de choferes que manejan a altísima velocidad y con muchos pasajeros parados (cuando la máquina viene llena) toca la mala suerte que la puerta trasera está abierta. ¿Porque el chofer no la cerraba? El peligro estaba latente. Todo eso pasa porque cuando un pasajero quiere pararse, los choferes no tienen la costumbre de abrir la puerta cuando estos recién se detienen en una calzada (Como si pasa con las micros rurales, primero se detienen y recién ahí abren la puerta. Una clara medida de seguridad).

Bueno, la estación Biotrén genera allí otra diferencia con el servicio de “micros”. Esto porque en la bajada, el tren primero se detiene en la calzada de la estación pero recién allí abrir la puerta. Y como se sabe, los pasajeros salen algo achoclonados de los vagones. Pero no se ve ese enfrentamiento indirecto del conductor micrero con el pasajero a quien por razón prejuiciosa lo subestima en silencio.

Para que decir que el pasajero sólo entra al vagon y se sienta (o viaja parado en caso que el tren vaya lleno). Su única relación es con el encargado de los boletos, quien debe chequear que todos los pasajeros hayan cancelado su pasaje en la estación antes de subirse a la máquina. Claro, nunca le verán la cara al maquinista quien este último sólo se encarga de echar a andar el tren, totalmente protegido dado que su cabina es además zona de acceso restringido. ¡Como tiene que ser! Se evita así el mal rato de mirarle la cara al chofer, y que este último emita juicios de valor (en silencio) respecto a un pasajero que recurrentemente le pudiera “caer mal de presencia”.

Esa es una enorme ventaja de viajar en tren.

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 ¿Con respecto a las máquinas, y al cobro de tarjetas?

 Desde los 90’s que ya salían portadas (en los medios escritos de la zona) anunciando una posible aplicación de máquinas al interior de las “micros”, siguiendo quizás un modelo parecido al que hoy se aplica en Santiago. Con la diferencia que han pasado más de 20 años, y seguimos pagando con monedas (Mirando el rostro al prejuicioso conductor). 

De aplicarse las maquinas, los usuarios sólo debían contar con tarjeta para poder así hacer uso del bus (Mediante una recarga previa de dinero a esta tarjeta, y así contar con saldo). Tanto en el Biotrén como en el Metro de Santiago (Con la tarjeta B.I.P), una persona puede ir a la estación para depositar un monto considerable de “plata” y así tener recargado el pasaje durante un mes. 

De aplicarlo para las micros tendríamos el siguiente panorama, con $60 mil al mes una persona puede hacer cuatro viajes en el día con sólo pasar la tarjeta (O sólo $30 mil mensuales si no le es necesario tomar dos micros para ir camino al trabajo).

No se ve muy barato, ¡es cierto! Pero vayamos al otro punto.

EL ASUNTO ES QUE DESDE HACE CASI 30 AÑOS LAS AUTORIDADES DEL TRANSPORTE EN CONCE HAN VENIDO ANUNCIANDO UN SISTEMA DE MÁQUINAS, INCENTIVANDO A QUE LOS PASAJEROS ALGUNA VEZ PAGUEN CON TARJETA. 

Pagar con tarjeta traería un enorme beneficio, desde el punto de vista de la relación que tengamos con el chofer.

 Esto porque el conductor sólo se preocuparía de manejar la micro, sin estar pendiente de las monedas y eso sería un “cacho” menos para este personaje ¿No cierto? Pero además el hombre tras el volante no tendría razón o excusa para tratar mal a un pasajero, porque como el viajero pasaría su tarjeta en la máquina el conductor desconocería si aquel es estudiante, o adulto mayor o un simple ciudadano que va camino al trabajo. 

¡Fíjense! La micro hace el recorrido, en el paradero alguien lo hace parar, la micro se detiene abriendo la puerta, el pasajero sube, pasa la máquina y entra. Sin dirigirle la palabra al chofer, salvo que tuviera algún inconveniente con la tarjeta. 

Con esto se acabarían las acciones antojadizas, cuando un chofer decida (Como pasa todavía) no pararle a una persona en caso de ser estudiante o adulto mayor, salvo por el detalle del uniforme que aun acarrearía problemas.

¡O SEA! CON LA MÁQUINA NO HABRÍA MOTIVO APARENTE PARA SIQUIERA SALUDAR AL CHOFER. 

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