¿Y
cuando avanzábamos a la Fase 2? ¡Fíjese! Que teníamos que conformarnos con
recorrer los parajes bonitos que tenemos en la zona, ¡había que valorarlo pues!
ya que al sacar la cuarentena el ser humano necesitaba respirar aire fresco.
Los
que salían a otras regiones debían descargar su permiso, se suponía que en las
rutas habían controles porque allí los militares detenían los vehículos para
así controlar el flujo de veraneantes.
En
Fase 2 se podía ir a Dichato. Aunque ¡ESO SÍ! desde Concepción no salían buses a esta
localidad balneario ¡ni siquiera en el centro de Tomé salían “micros” con
destino a ese lugar! Al menos sí habían taxis colectivos para salir a pasear
por las tranquilas y silenciosas calles de Dichato. Aunque no podemos dejar
pasar que igual había mucho afuerino ¿ah?, quienes ya habian arrendado sus
cabañas como tambien muchos llegaban a sus segundas viviendas (Mucho “cuico[1]”, santiaguino y
chillanejo). A mediados de Febrero mucha gente se veía tanto en la costanera
como en la playa dichatina.
Además
de ver veraneantes había harto comercio en medio de la costanera, varios
kioscos ofrecían sus mas variados productos. Y quizás el jugo mas refrescante
allí ERA EL TÍPICO “MOTE CON HUESILLO”.
En
uno de dichos carritos vemos a una familia preparando los motes con huesillos.
Hay algunos preparados en la ventana ya que la demanda no suele ser tanta. Por
lo general tanto comerciantes como veraneantes suelen ponerse las mascarillas,
por eso no hay prácticamente protocolos al momento de comprar la rica bebida.
El precio es de $ 1.000, pero la señora quien allí vende orgullosamente indica
que el tamaño del vaso es algo contundente, ¡un muy buen precio entonces!
Es
una alternativa interesante para capear las altas temperaturas, considerando
que en la última década ha sido muy notorio el cambio de temperatura. Por
hacerle al nombre a Tropiconce (No olvidar que Dichato está a una hora de
Concepción) hay dias nublados, pero cuando al otro dia ¿¡amanece soleado!? Los
calores suelen ser insoportables, pese a que el promedio en verano es de unos
25ºC pero es un registro que el penquista o el tomecino no tolera (Lo
consideran una temperatura “muy calurosa”).
Por
lo general, vemos que en otras playas de la zona (como Penco por ejemplo) no se
le hace tanto auge a la venta de bebidas refrescantes, sino que mas bien a
helados con mucha azúcar y calorías. O si alguna vez se vendían bebidas
heladas, los comerciantes le dan mas preferencia a los de marca (como Pepsi o
Coca-Cola, ¡no Fruna precisamente!) y tampoco venden bebidas pequeñas. Al menos
con $ 500 se puede tomar una Pepsi en version “botella chiquitita”. E incluso
sale mucho más a cuenta comprarse una bebida individual en el centro de
Concepcion (¡Claro! En algun carrito de Anibal Pinto, entre Barros y Carrera)
porque con $ 500 te compras una buena botella de Fruna, que además ya te la
tenían en el hielo. ¡En fin!
Por
eso comerse unos ricos motes con huesillos en Dichato son una alternativa
realmente refrescante para poder así lidiar el insoportable calor. Ojalá en más
balnearios de la zona le hicieran más auge a las bebidas, helados y productos
tan típicos como “El mote con huesillo”, porque imaginar algo de hielo atrae
mucho mas (esto mientras se camina por una costanera a las 3 de la tarde, bajo
27ºC). ¡En caso contrario!, es mas repulsivo pasar por al lado de otro carrito
donde aparte de ofrecer “palomitas de maiz” o “churrascos” los pobres
comerciantes terminan haciendo el ridículo pues, aguantándose todo el apestoso
calor y en pleno verano.
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Helado en la playa: ¿Lejos de refrescar? ¡Aumentan las calorías!
[1] Cuico (Chilenismo): Se refiere a las personas con un alto poder adquisitivo, familias de muy buena situación económica. Ricos, ricachones, “paltones”. En el contexto socio-económico del Chile actual (2021) cuico pasa a ser la persona que forma parte de la Clase Media Adinerada hacia arriba, o sea miembro de los estratos C1, B y A (ABC1). Claramente son la población minoritaria de Chile, son sectores privilegiados.
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