MUNDOS OPUESTOS: Universitarios de 25 años vs. Obreros de 25´ (Reportaje)

Mundos opuestos de jóvenes entre 18 y 26 años
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¡Gano más $$$ que un mateo!, y sólo con 4º Medio 

·         La tan clásica lógica académica, de que un profesional universitario gana más plata que un obrero, está encontrando algunos choques en estos últimos años.

·         Mientras el común de los estudiantes se endeuda- aun cuando muchos trabajan al mismo tiempo-, algunos de sus pares obreros se lucen con tentadores sueldos.

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En junio de 2013, la generación 2005 4ºB del Liceo Pencopolitano, convoca a un carrete de ex compañeros en el pub Entreamigos. Cada uno contaba sobre su vida.

Jonathan es ingeniero civil, y cuenta que antes de titularse hizo viajes de intercambio a España e Inglaterra. Eugenio también entró a la U pero con suerte distinta, aun no termina Periodismo y ya había entrado a otra carrera hace seis años atrás. Y Elisa, con un cigarro en la mano, contaba que está cursando su último año de Educación Diferencial, desde el primer año se dedicó a trabajar y estudiar porque el Crédito con Fondo Solidario solo le ayudaba a financiar el 70% del arancel.

Oscar contó que en 2006 entró a la Armada, partió como grumete en la Isla Quiriquina para luego continuar en Valparaíso e Iquique. Y Pablo trabajó en las minas del norte ganándose un buen sueldo. Alex y Carolina no vinieron, porque el primero está en la cárcel, y “la Nina” vive en Santiago donde es una cabo de carabineros.
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Los que sólo trabajan después de cuarto medio
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Aunque en las últimas décadas los jóvenes tienen más posibilidades de entrar a la universidad, están aquellos que no dan la PSU –y son muchos- porque ya tienen la idea de salir exclusivamente a trabajar después del colegio, desde militares y mineros, hasta musas de cabaret, choferes de “micro” o microtraficantes de pasta base. Tenemos casos de personas que sin sacar promedios brillantes en el liceo entran al Ejército, recibiendo un monto en efectivo de $ 70 mil mensuales, solo los que hacen el servicio.  

Esto se da mucho en personas que terminaron su cuarto medio en liceos municipalizados, y sobre todo de comunas o sectores populares. Algunos de los factores son: la situación económica de sus padres, el hecho de sentirse incapaces para cursar alguna carrera universitaria, el mal rendimiento en su etapa escolar e incluso porque siendo menores de edad -y antes de terminar cuarto medio- ya tienen un hijo.

Es importante tener claro que esto no ocurre en todos los oficios, porque cuando alguien gana un salario alto - y solo con cuarto medio-, sería un caso excepcional. Así lo indica el profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la UCSC, Andrés Ulloa Oliva, añadiendo que lo normal es que una persona con título universitario sea la que gane más ingresos que un obrero cualquiera, “excepto en casos muy particulares, cuando estas personas a veces ejercen actividades no muy licitas”. De hecho un microtraficante puede hacer $ 230 mil en una sola noche vendiendo droga.  
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El académico aclara que si hay personas con salarios muy altos, éste éxito se da únicamente en la coyuntura actual. Pero a diferencia de un profesional universitario “no tiene una gran proyección a futuro, llega un momento en que baja su sueldo, y según su estatus curricular, quedaría estancado”, no tiene posibilidades de escalar.

Jorge Ruiz Barra (27) vive en Penco, terminó su enseñanza media en el Liceo Pencopolitano, y es padre de dos hijos. Ahora está sin trabajo, pero desde que salió de cuarto medio en 2005 se dedicó exclusivamente a trabajar, en promedio ganaba $ 250.000 y el ingreso más alto que ha tenido fue de $ 300.000, cuando hace un par de años trabajó en un retail. Se muestra como defensor de los jóvenes que sólo trabajan, y opina que “quienes no entraron nunca a la universidad son más esforzados que los estudiantes, porque ven a diario lo duro que es ganarse sus propios ingresos”.

Otro caso aún más interesante es la de Ítalo Opazo Jara (26), también es pencón, evangélico, soltero, tiene sólo cuarto medio y trabaja en la planta celulosa Arauco-Itata. Cuenta: “Gano $ 600 mil al mes (…) siempre mi sueldo ha bordeado los $ 500 mil (…) aunque no fue el más alto porque hace algún tiempo llegué a ganar $ 900 mil, es que mi trabajo es relativo y de acuerdo a las propuestas que se van haciendo va variando todo”.
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Verónica Gómez Fernández, docente de la carrera de Trabajo Social en la UCSC, tiene una explicación sobre este tema. Estas “son solo excepciones ya que no es parte de la regla”, estas personas que solo quieren trabajar después de terminar colegio, que trafican droga o viajan al norte para trabajar en las minas “se preocupan más del tener que del ser, y no tienen interés por adquirir conocimientos como alguien que estudia”. Habla de una “adoración e idolatría al dinero”, por mucho que exista la necesidad de ganarse la vida muchas veces estas personas botan la “plata”.

Aunque también hay jóvenes trabajadores quienes ya cursaban años atrás alguna carrera corta. Como lo es el caso de Nicole Valenzuela González (25), madre de un hijo y funcionaria de la UCSC en el Departamento de Personal, quien gana $ 380 mil liquido, trabaja desde 2008 en esta casa de estudios. Pero, cuenta la dama, que al año de haber terminado la enseñanza media -en 2006- entró a la carrera de Técnico Jurídico.   
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Los que sólo estudian y no trabajan
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Si bien muchos universitarios trabajan en forma paralela, ya sea para financiar sus estudios como para darse sus gustos, aún existen estudiantes que no trabajan y solo se dedican, en todo el año académico, a ir a clases. Esto se da más en universidades tradicionales que en las privadas, ya que allí están la mayoría de los estudiantes con beneficios, tanto los becados como los que tienen el Crédito del Fondo Solidario. El hecho de no pagar en efectivo la universidad, en forma mensual, es realmente un alivio.

El estudiante que tenga domicilio en la misma ciudad o provincia donde queda su casa de estudios generalmente vive con sus padres, por ende no tiene la necesidad económica de arrendar pieza o pensión como si lo deben hacer quienes vengan de otras regiones. Y evidentemente que en su casa tienen techo, comida, cama, calor (estufa), baño, entretenimiento (internet, música, televisión) y el cariño de su familia, a cambio del respeto que le deben a los jefes de hogar y de brindar la ayuda que se necesita en la casa.  Este ejemplo seria un cacho económico menos.

Claramente que el hogar, y las ayudas estudiantiles, son ventajas por haber quedado a la universidad, y esto comparado con la emigración de jóvenes a Santiago o al norte, quienes deben empezar a ganar dinero para recién arrendar una pieza, dos cosas totalmente distintas.

Como es difícil aprobar las asignaturas que se cursa en el semestre debe pensar si un trabajo adjunto le permite tener días de relajo, necesarios para acabar con el agotamiento y el estrés que dejan las altas exigencias rutinarias. Muchos no trabajan porque se muestran conscientes que deben tener buen rendimiento académico, y no por el gusto a la flojera como queda en el prejuicio colectivo. ¿Qué saca con trabajar part time, y ponerle harto empeño en la pega, si a lo mejor se echa su carrera?
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Como bien aparece publicado en las Sagradas Escrituras, según el evangelio de Mateo, capitulo 7 y versículo 14: “Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. Dados los datos anteriormente presentados se tiene claro que mientras un estudiante se esfuerza al máximo para aprobar sus ramos, y lograr terminar su carrera, sus pares obreros están ganando salarios muy atractivos, los que en algunos casos superan al primer sueldo de un periodista recién egresado. Pero lo bueno de ser profesional es que tienen la posibilidad de escalar.