En una de dichas viviendas, uno de los moradores quien acostumbraba a escribir poemas a altas horas de la noche también se percató de la situación. Y también se incomodaba con la presencia de este "personaje". Pero encontró la fórmula de enfrentarlo, aunque usando la astucia.
El poeta salió a la calle, y sin temor alguno se acercó al sujeto.
Apenas llega a donde él lo besa inmediatamente en la boca, pero el tipo le pega "un buen combo en el hocico".
Sujeto:- ¿Qué weá te pasa? ¡Maricón "cuñao'"!
Vecino:- Yo también te amo, dejáme darte otro besito ¡guachito rico!
Sujeto:- ¡Yaaa...! sale pa' yá' fleto de mierda,..... ¡ya! suéltame.
Vecino:- Venga pa´ca mi amor....¡no arranques!
Sujeto:- ¿Qué weá te pasa amariconao? ¿A ver? ¿Porqué me day' agarrones?
Vecino:- Bueno, porque según me han dicho...tú vienes todas las noches a mirar mi casa, creí que tú tenías una fijación conmigo corazón
Sujeto:- Quien va a salir con vo'!?.... weón loco!
Vecino:- Ya poh', dejáme agarrarte el trasero.
Sujeto:- Ya degenerao', te voy a acusar a los pacos ¡Chao!
Vecino:- ¡Eso! Vaya no más, así tengo la tranquilidad de que no estarás más aquí en mi población
Sujeto:- ¡Chaaa...! ¿Y qué pasa si no me voy' weón?
Vecino:- Bueno, te ganaste otro agarrón...¡venga pa' cá corazón!
Sujeto:- ¡Yaaaa sale! ¡Suéltame! Te voy a llamar a los pacos por acoso
Vecino:- ¡Llama! Yo y los vecinos te venimos grabando hace días, ahí aprovechas de decirles tus razones para ganarte en la esquina...weón vivaracho
Sujeto:- ¡Ya chao weón! (Y se fué)
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