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domingo, 6 de noviembre de 2022

MEA CULPA: Capítulo “El amor de madre” (Cuando una progenitora, cerrada en sus creencias ultraconservadoras, le “caga la vida” a su propio hijo) ...

 

Aunque para los criterios policiales, Luis terminó condenado por abuso sexual (Por haber sido cómplice de cómo en el trabajo, su superior abusó de una mujer discapacitada). En toda la historia no se ve como una mala persona, y en rigor fue víctima de una burbuja opresiva por culpa de los caprichos ultraconservadores de su madre.


Lo interesante en la historia de Luis, tiene relación con el drama de terminar siendo un adulto cuarentón con “mala suerte” en su derecho natural de formar pareja. Si nunca pudo formar familia, es consecuencia de que su propia madre le ocultó los sentimientos amorosos que alguna vez le tuvo una compañera del colegio cuando ámbos eran jovencitos.


Pasado el 2020 se habla mucho de “Salud mental”, también de “Deconstrucción”, “Romper los prejuicios”, de entender el historial de vida de una persona en vez de "juzgarla", de cómo el carácter o el mal genio muchas veces es síntoma de como la persona es (mal) tratada constantemente, o incluso del Autoestima que debe potenciar una mujer para no depender de un hombre. 

Mea Culpa ha mostrado muchos capítulos (Como este en particular) donde hay un porcentaje de varones que por diversas circunstancias, o muchas veces por factores externos, han tenido dificultades de “pololear” en su vida. A veces una persona está sola no porque tenga la culpa o porque pague consecuencias (Como se tiene preconcebido), sino porque la sociedad o el destino no siempre le dan los espacios para poder desarrollar su derecho legítimo y natural como lo es “AMAR”.


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Esta es la historia de Luis, una persona que en gran parte de su vida fue criado bajo normas “represivas”, sobreprotectoras y controladoras de su propia madre (Una señora bien pechoña, que siempre iba a misa católica). Si bien la trama termina con este personaje como cómplice de un abuso sexual contra una mujer discapacitada (Donde la justicia lo consideró culpable, pero éste siempre negó contacto directo y físico con la víctima), hay que destacar un detalle muy importante en la trayectoria de Luis que (aun sin ser lo suficientemente visibilizado por la sociedad) es la situación que deben enfrentar muchos adultos con la “mala pata” de no poder concretar alguna relación de pareja.

En las primeras escenas de esta historia le conocemos su etapa de pre-adolescente, ya que Luis (y junto a su hermano mayor Álvaro) fueron criados con normas demasiado estrictas por parte de Sonia, su madre. Aunque nuestro protagonista pasó alguna vez por la sala de clases (colegio), hubo un momento en que su “querida madre” no hizo nada mejor que sacarlo de la educación cuando la orientadora le dijo que Luis pasaba por momentos psicológicos muy preocupantes en el recreo y que por eso debía ir a sesiones con una especialista. En el colegio lo querían ayudar, porque su rendimiento era bajo e incluso los compañeros lo molestaban mucho en el patio. Pero la mamá lejos de colaborar con el colegio, decidió sacarlo y eso ha ido agudizando su instinto de “sub-normal sumiso”.

Luis fue un niño tímido, retraído y reservado. Aunque eso era síntoma de constantes “mandatos” por parte de su mamá (Que lo terminaron convirtiendo en esclavo), eso ha ido generando una apariencia de jovencito enigmático. Y curiosamente eso logró enamorar a una compañera de curso, quien se acercaba a nuestro protagonista para preguntarle si iría a la fiesta de los “cabros” en la noche (o de curso). ¡Adivinen! La mamá lo tenía prohibido, y obviamente que eso le impediría relacionarse con sus pares (o sociabilizar) para aspirar un aumento de vínculos y contactos con la sociedad.

Incluso esta compañera, quien ya sabía donde vivía Luis, iba a su casa para dejarle una carta donde ella le confesaba lo que sentía por él. Adivinen. La madre (Como buena sapa) miraba escondida por la ventana, bastaba esperar que la chica se fuera para que la señora perversa pescara la carta, la leyera y “la rompiera”. Luis nunca supo que en sus tiempos de juventud, había una compañera quien si sentía cosas bonitas por él. Era tan mala la señora Sonia, que su hijo mayor (Álvaro) apenas conocía una polola adquirió carácter y esperó que la “bruja” no estuviera en casa para pescar sus bolsos e irse.

 Aunque la partida de Álvaro agudizó rotundamente el infierno con que Luis le tocaría lidiar, porque más que mal estos dos varoncitos se protegían, el hermano mayor nunca le negó la ayuda al jovencito tímido. Es más, Álvaro lo invitó a que Luis lo acompañara en el escape de la casa. Claro que el hermanito "convencido" de que estaba en una zona de confort (Del que nunca existió), no se atrevió y lamentablemente no escapó junto con Álvaro. Este último nunca más ha vuelto a ver a su madre, ya era libre. Pasaron los años cuando el protagonista Luis superaba ya los 40 años (todo un hombre ya), y de vez en cuando sin que la "bruja" de su madre lo supiera iba de visita a casa de Álvaro ya con señora e hijos. A Luis siempre lo han tratado con cariño, del que nunca ha recibido por parte de Sonia (Hasta su cuñada "le ofrecía jugo" cuando venía de visita).

Obviamente que esta historia de Mea Culpa terminó con Luis en etapa adulta. Aunque al decir verdad, este personaje no era una mala persona pero por desempeñar oficios “bajos” como de guardia, junior o conserje debió ir al “vaivén” a veces ilícito de sus superiores. Lamentablemente este desafortunado amigo terminó en la carcel, y catalogado incluso como abusador sexual (Ni imaginar como lo hubieran tratado algunos compañeros de celda por las noches y con el amparo de los gendarmes, era un "violeta"), aunque tiempo después de comenzar su condena (por esas paradojas de la vida) su madre ya en completa soledad había fallecido. Sonará duro siquiera escribirlo, pero Luis se sintió algo aliviado con el fallecimiento de su torturadora y tras las rejas se percató espiritualmente que su propia madre lo ha privado de poder hacer su vida.

 Pero hay un elemento gatillante en esta cosa, pareciera que durante el momento del abuso sexual de su jefe con la víctima, esa habría sido la primera vez en su vida que Luis haya visto presencialmente una relación sexual y carnal de hombre con mujer (Aunque no de forma digna, que digamos). Recuerden que Luis era soltero, siempre vivió como esclavo con su madre y nunca tuvo pareja. Saquen sus conclusiones.

Aun estando en la carcel, su hermano mayor y cuñada (Según el relato que le hace a Carlos Pinto) nunca lo dejaron solo. Posiblemente al salir, Álvaro le preste el apoyo que le tiene prometido a “su hermanito Luis”.



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