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| "...cuando estoy de animo frecuento a caminar por las calles de Penco en las noches de domingo y de lunes (porque son las mas piolas),..." |
Anoche en Penco me pasó una anécdota.
Generalmente cuando estoy de animo frecuento a caminar por las calles de Penco en las noches de domingo y de lunes (porque son las mas piolas), a veces escucho música romántica en la plaza de la pista de patinaje que está al costado del Restaurante Casinoriente, para alejarme un poco de los ruidos ajetreados de mi sector.
Cuando eran casi las 23 Horas, mientras no habia alma en las calles, quise ir al Fuerte la Planchada para mirar el mar, habia una luna que si bien no estaba llena pero iluminaba mucho, el cielo tenia unas pocas nubes suaves pero igual se podian ver las estrellas, estaba romantico el cielo anoche.
Y de repente.....entre la nada, me encontré con una mujer de unos 40 años (baja de estatura) botada al lado de uno de los cañones del fuerte, y llorando, como de repente se juntan sus patos malos en el fuerte quise ver si la mujer seguía viva o no, estaba llorando aunque sus llantos ni se escuchaban. Me acerqué lentamente para no asustarla, y le dije
Cuando eran casi las 23 Horas, mientras no habia alma en las calles, quise ir al Fuerte la Planchada para mirar el mar, habia una luna que si bien no estaba llena pero iluminaba mucho, el cielo tenia unas pocas nubes suaves pero igual se podian ver las estrellas, estaba romantico el cielo anoche.
- Disculpa, ¿te sientes bien?
- No, pero no te preocupes, voy a estar bien.
La mujer ni se asustó, asi que aun manteniendo cierta distancia intenté entrar en confianza.
- ¿Pero no necesitas que te ayude?
- No, si estoy bien, no te preocupes
- ¿Que te hicieron?
La mujer se digna a mirarme, con sus ojos mojados de llanto, y responde:
- Es que el hombre con quien vivia me hechó de la casa, me pateó, yo soy de Santiago y llevo apenas dos meses acá, no conosco a nadie aqui.
Intenté pedirle que me acompañara por ultimo a la esquina del supermercado Unimarc para ver si los buses que paraban alli podian ayudarla, cuando no aceptó ninguna ayuda, ni siquiera poner una denuncia a Carabineros como para que el "hijo de perra" de su pareja por ultimo la dejara dormir en la casa, y a ver si al otro dia le pasaba unas lucas para mandarse a cambiar. Al final me fui, tampoco se trata de ayudar a la fuerza. Me fui del fuerte, y rumbo a la casa, pasé por un conocido restaurante que estaba al frente de la Costanera, el local se llama RESTAURANTE PUERTO SABOR, entre las calles Penco y Maipú. Grité aló, me atendió una persona, y le conté que me preocupaba que una mujer llorando y todo estuviera tirada en uno de los cañones, como dije hace un rato, han pasado cosas en el fuerte durante la noche, preocupaba que a ella le podian hacer algo. El hombre del local, que estando cerrado igual operaban aunque sea para hacer aseo u ordenar las cosas, dijo que iba a ver si llamaba a Carabineros. Es re-facil que hayan personas que de otras regiones traigan parejas a un pueblo, pero es poco galante y caballero botar y abandonar a estas mujeres como si fueran animales. Independiente de que a la mujer le hubieran dado los monos en su minuto, como ella lo reconoció. Los conflictos se resuelven conservando ¿no?, como gente civilizada.
- No, pero no te preocupes, voy a estar bien.
La mujer ni se asustó, asi que aun manteniendo cierta distancia intenté entrar en confianza.
- ¿Pero no necesitas que te ayude?
- No, si estoy bien, no te preocupes
- ¿Que te hicieron?
La mujer se digna a mirarme, con sus ojos mojados de llanto, y responde:
- Es que el hombre con quien vivia me hechó de la casa, me pateó, yo soy de Santiago y llevo apenas dos meses acá, no conosco a nadie aqui.
Intenté pedirle que me acompañara por ultimo a la esquina del supermercado Unimarc para ver si los buses que paraban alli podian ayudarla, cuando no aceptó ninguna ayuda, ni siquiera poner una denuncia a Carabineros como para que el "hijo de perra" de su pareja por ultimo la dejara dormir en la casa, y a ver si al otro dia le pasaba unas lucas para mandarse a cambiar. Al final me fui, tampoco se trata de ayudar a la fuerza. Me fui del fuerte, y rumbo a la casa, pasé por un conocido restaurante que estaba al frente de la Costanera, el local se llama RESTAURANTE PUERTO SABOR, entre las calles Penco y Maipú. Grité aló, me atendió una persona, y le conté que me preocupaba que una mujer llorando y todo estuviera tirada en uno de los cañones, como dije hace un rato, han pasado cosas en el fuerte durante la noche, preocupaba que a ella le podian hacer algo. El hombre del local, que estando cerrado igual operaban aunque sea para hacer aseo u ordenar las cosas, dijo que iba a ver si llamaba a Carabineros. Es re-facil que hayan personas que de otras regiones traigan parejas a un pueblo, pero es poco galante y caballero botar y abandonar a estas mujeres como si fueran animales. Independiente de que a la mujer le hubieran dado los monos en su minuto, como ella lo reconoció. Los conflictos se resuelven conservando ¿no?, como gente civilizada.
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