Elecciones de hoy.
Tal y como vivo las chilenas: defraudado de la clase política, convencido de la determinación económica en última instancia; muy por fuera de la mediatización burda y escatológicamente intensionada de la prensa hegémonica, medio preocupado por la falta de alternativas a futuro, y pese a que no voto, bastante convencido también de que la voluntad política no queda expresada en el voto, ni siquiera en la democracia, pero sí tal vez en los espacios de rebelión que esos cretinos a los que votamos hipotéticamente habiliten.
Nada, hoy no cambia nada, sino que continua el progresivo agotamiento de las instituciones modernas y se consolida la falta de nuevas conceptualizaciones que puedan relativamente explicar los fenómenos pos-modernos que nos conforman. El pueblo acumula rabia, las clases medias acumulan sordera y ceguera; y el poder económico, que creo seguirá acumulando a lo loco con la fuerza de trabajo del ciudadano, reprimirá como siempre ha hecho para que nos sigamos haciendo los tontos. Creo que esa es mi apreciación de estas tristes elecciones burguesas.
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