Opinión: Los choferes de micro JAMÁS dejarán de hacer "ruidos molestos", ni siquiera con las Cuarentenas (Frenos de aire)

Bajo el contexto pandémico del Martes 27 de Octubre (dia en que se redacta este texto) la comuna de Penco ya está en la Fase 2, instancia en que las personas ya pueden transitar libremente por la calle de Lunes a Viernes. Pero los últimos días de la Cuarentena (o Fase 1) han sido algo tormentosos, dado que la contaminación acústica ha ido aumentando y con ello perjudica a quienes si acataban con la medida estricta. Además del alto flujo de automóviles, habían varias fuentes de “ruidos molestos”: las motos y las micros (taxibuses).  

Cualquiera pensaría que con una cuarentena “supuestamente” estricta bajaría el flujo de vehículos, pero aquello no ocurrió y se debe únicamente a la nula fiscalización policial en las calles. La acumulación de ruidos molestos genera varios efectos en las personas que deben lidiar con aquello: malestar, estrés, pérdida de atención, dificultad en la comunicación, trastornos psicofísicos, conductas agresivas, dificultad de convivencia, ciudades inhóspitas, etc.

Pero hay otra cosa igual de indignante que eso, y es que en las empresas de taxibuses aludidas no hay voluntad de solucionar a este evidente sometimiento a los ruidos molestos. De hecho el mapa urbano de Penco tiene las condiciones para descolapsar calles donde el flujo de “micros” es algo excesivo, incluso en tiempos de pandemia. ¿Creían que con Coronavirus bajaría el flujo de micros? Posiblemente haya una reducción mínima, pero los ruidos molestos no cesan ¿Y con cuarentena? Prácticamente no hubo mayores cambios. Hay sectores donde sí se necesita una cantidad contundente de taxibuses en las afueras de su casa, crear variantes entre Lirquén y Penco ayudarían a descolapsar ciertos sectores donde el ruidito del “freno de aire” siempre es incómodo para aquellas personas que a las 18 horas sólo quieren prepararse la once. 

Así que es de esperarse que tras el triunfo de la opción "Apruebo" en el Plebiscito del domingo recién pasado genere algo de empatía en los dueños de las líneas, por último para recibir a los vecinos reclamantes en unas buenas reuniones. Y ver cómo apaciguar los ruidos molestos.