OPINIÓN: Algunos reciben descalificaciones, porque en realidad…¡se lo merecen! (Abril del 2016)

La estrategia de algunos malos pillos
es provocar a una persona honesta (que iba camino a
una meta) para hacerle perder la paciencia, y que en
base a eso logre ridiculizarlo. ¡Provocarlo para luego
dejarlo mal parado! Entonces quienes despotrican
sin querer están cumpliendo con la consecuencia de
lo que esos malos pillos buscaban.....provocar.
En realidad es muy dificil no caer en su juego cuando
el malo nos colma la paciencia. 

En la noche del pasado domingo 24 de abril (-2016) Tele13 difundió extractos del video donde Andrónico Luksick, uno de los pocos magnates chilenos (empresarios dueños del país) mostró su FURIA tras recibir descalificaciones de un Diputado de la República, amenazándolo con querellarse contra quien hizo la descalificación. Ya, está bien, descalificar a otra persona es mostrar lo mala clase de una persona (lo mal educado, lo grosero, lo vulgar). Pero quienes han aprendido de la Universidad de la Vida (sabiduría verdadera basada en la experiencia) saben que no todos los descalificadores son ignorantes descerebrados (como te lo pintan [1]en la tele), sino que algunos de éstos son en realidad buenas personas aunque los mismos vivan momentos críticos de su vida (Gente con sueños, pero truncada y traumada por culpa de gente malintencionada que se le cruzó en su camino). Son aquellos quienes cuando descalifican lo hacen como una muestra de descontento, o como una forma de acusar la injusticia imperante, la corrupción, la protección convencional al verdadero delincuente (Como una forma de protestar, de desahogarse su propio dolor).

 Por cierto que el “pobrecito” (ja ja) de Luksick pecó de intolerante, porque si en realidad no le afectaban los insultos y descalificaciones de un diputado de la república, era mejor hacerse el tonto y no pescar [2]no más. Pero el hecho de divulgar un problema personal en la televisión (y para todo Chile) es muestra de que en cuando recibió las descalificaciones se picó [3]caleta, y aunque lo niegue… ¡es asi!. Se molestó tanto que algo de culpa tiene Andrónico Luksick.

¿Porqué tan enojado caballero?
¿Porque tan intolerante? ¿Ah?
¿A que le teme? ¿A que le griten la verdad en su cara?
¿Ah?

“EL QUE NADA HACE……NADA TEME”. 

Aparte que la opinión del descalificador no tenía tanto calibre como si lo tuvo la respuesta tipo “Gran Hermano” [4]de Luksick, me imagino que el honorable opinó en un comentario que apenas fue publicado en redes sociales, o en un artículo de revista. ¿Todo Chile leerá ese comentario? Entonces que el magnate antofagastino-croata responda con esa prepotencia simbólica da para pensar, ¿no lo creen amigos?  

Aquí hay que tomar en consideración dos cuestiones, y ojo que algunos contenidos de Derecho pueden dar fe de aquello, están aquí la moral oficial y la moral real. Los abogados me podrán reconocer sin inconvenientes que existen los “Yus positivismo” y los “Yus naturalista”. El primero de estos se relaciona con las normas oficializadas en las leyes, aunque “el victimario” realmente puede tener la razón. Y el segundo se relaciona con las normas naturales, donde espiritualmente “el victimario” aludido parte siendo la victima de algo a los ojos de Dios. Suena un poco a manipulación ¿verdad?

Supongamos que en una dictadura se le prohíba insultar al tirano, el yus positivismo se relaciona entonces con las sanciones drásticas al joven que insulta al dictador aunque el muchacho tenga toda la razón del mundo (allí al pobre le pegan una muy fuerte cachetada en el calabozo y lo reprimen psicológicamente adentro de la cárcel), mientras que en el yus naturalismo es casi como decir que Dios observara el mundo terrenal desde el cielo (no en sentido peyorativo, sino que en el buen sentido de la palabra). Un buen ejemplo de aquello, es que cuando el joven aludido es acusado injustamente en medio de una dictadura el divino redentor tiene preparado –pa´callao- un castigo celestial cuando el dictador muera, ¡una cosa así! ¿Cachay?, onda el joven -quien en la tierra era reprimido- recibirá las caricias y mimos del cielo, mientras el tirano caerá al infierno después de reprimir a mucha gente inocente.

Hay gente poderosa que se escuda con la ley para reprimir a personas que en realidad pueden tener más razón que la pobre “victima” ¡ja! ¡ja!, para atacarlo. Supongamos que la pobre víctima había estado provocando al “victimario” con amenazas de quitarle “la pega”, o de abusar de los contactos para joderlos y no dejarlo ingresar a ningún puesto de trabajo. Así actúa la malicia de los poderosos. El victimario, producto de la rabia y de la ira, buscó la forma de ridiculizar y humillar a esa persona que le hizo mucho daño, pero enceguecido por el rencor, buscaron el lado más doloroso para que en la vida intima (en su casa) esta victima de las descalificaciones se picara, o desahogara su rabia con la señora (discusión intrafamiliar). Pero como Canal 13 tiene muchas de sus acciones compradas por Andrónico Luksick, éste tiene el poder de manipular su imagen personal a su propio antojo.

Que tirarle sus buenos rosarios (o garabatos) a un
político, o a un magnate, NO SEA UN DELITO. 

Resumen, para la tele Luksick es una pobre víctima (JA JA….¡pobrecito!), pero por favor pregúntense: ¿Por qué recibió los ataques de un diputado? ¿Qué habría hecho Luksick para que el “victimario” –¡hijo del mal poco menos! Ja ja- desahogara su rabia?

Por eso chicos, tengan siempre esta moraleja, LA TELEVISIÓN Y LA REALIDAD PURA (QUE VEMOS EN LA CALLE) TIENEN UNA GRAN DIFERENCIA. La T.V tiene una realidad mediatizada, donde en muchas ocasiones se informa sólo una parte de la historia, la “cara bonita” solamente. Mientras que la realidad tiene –valga la redundancia- la realidad pura, donde ocurren las dos caras de la moneda. Cuestiónense por favor que hay detrás de la acusación de un poderoso.

---

[1] Te lo pintan: Te lo muestran.

[2] No pescar: No tomar en cuenta.

[3] Se picó: Le afectó (Picado –picao´ en chilenismo-: Resentido, molesto, incomodado, indignado, enojado).

[4] El concepto de “Gran Hermano” hace alusión al antagonista de la gran obra universal “1984” del escritor británico George Orwell. Como el personaje que tiene el control de todo, incluso en la vida íntima de cada persona, casi como un Dios (un dictador). Caótico ¿no?