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miércoles, 27 de abril de 2011

Un rasca y mula de calle Baquedano - CUENTO (LITERATURA)

Este es un humilde homenaje para los flaites de Chillancito, CONCEPCIÓN.

Auto rojo TOYOTA Modelo TERCEL 1992.
" El imbécil que manejaba este auto se atrevió a tocar la bocina detrás del chofer y no por apurado lo hizo solo de mala gente (…) era una tortuga en comparación con la intención del conductor de Las Lilas, muchos pensarían que este insecto quiso sacarle pica al chofer o quería joder la pita."

AUTOR: El Flaite intelectual

Literatura según la RAE es un arte bello que emplea como instrumento la palabra. Comprende no solamente las producciones poéticas, sino también todas aquellas obras en que caben elementos estéticos como las oratorias, históricas y didácticas. Ahora, si debemos distinguir entre un libro de literatura griega (como las de Homero) o el programa de televisión Yingo (de Chilevision) los pokemones (adolescentes de entre 12 y 18 años denominados así por su corte de pelo o ropa semejante a los personajes de la serie japonesa “Pokemon”) fácilmente dicen que Yingo es un programa de televisión mientras que La Odisea es un libro “fome”más de los que hacen leer en el colegio. Pero lo que ocurre en realidad es que la literatura usa mucho el tema de la ficción, y si lo comparamos con Yingo promueve no solo la imaginación del escritor también enriquece el cerebro o el vocabulario de sus lectores (mientras que programas Yingo solo imponen un mismo estilo de vida a los jóvenes, lo que en parte genera la personalidad infantil y “pava” hasta un tanto demencial y consumista de los cabros (ahora las lolas de las poblaciones sienten placer siendo madres, nómbrenme una que esta resignada a tener el crio en sus manos), si lo comparamos con los noticiarios o con el periodismo en si la teoría indica que el periodismo cuenta las noticias o las informa de forma objetiva, y la literatura aquí es todo lo contrario, es una de las pocas instancias donde el individuo (como autor) puede ser subjetivo.

La subjetividad es la visión personal de las cosas, los hechos o las cosas que ocurren en el entorno, y objetividad es el antónimo de subjetividad, es la realidad en sí, las cosas tal cual como ocurrieron sin importar la opinión tuya ni de terceros. Es lindo que existan las disciplinas de la subjetividad en la academia, en el ámbito estudiantil, la subjetividad es la que permite disfrazar el racismo, el prejuicio o la discriminación con el ámbito más social, es la subjetividad la que te permite ser poderoso y centrarte en medio de un entorno, de ubicarte a ti mismo como centro del mundo. O es la subjetividad la que no se basa en la Constitución de 1980 (no olvidemos que las leyes o la reputación social te limitan la libertad amplia y natural del hombre para una mejor convivencia en la sociedad, lo que a veces es una lata) para permitirte insultar y vengarte de todo rasca que daño te hizo alguna vez, es la subjetividad bien hecha o con argumentos la que te permite criticar al mundo y desear este mundo a tu antojo. A todos los seres humanos nos caen mal algunas personas y la literatura permite criticarlas a nuestro antojo, primero por un desahogo espiritual y para quedarse con uno mismo, después? Para generar una opinión publica latente que perfectamente puede generar revolución, pero para eso debes llevar 20 o 30 años en esto, y ser siempre un individuo insobornable.

Si tu como varón no atraes a las mujeres (porque no eres Pablo Schilling o porque juran que eres “bien enfermo de la cabeza”), si Chile es a veces “un país de mierda”, si en el campo no hay infocentros, si nadie te da un abrazo en el centro de Concepción o si los choferes de micro son gente muy desagradable o prepotente intenta escribir tu propio cuenta, pero nunca faltan las personas que empiecen a tomar enserio tus escritos, se dan cuenta que quizás tu intención no es hacerte famoso, lavarle la imagen al poeta, personaje cómico del programa Morande con Compañía o ganarte un premio nobel, tu intención es aproximar la realidad rasca de tu barrio en las redes sociales, el gran invento del hombre que quizás atente contra la privacidad pero permite que la clase media ponga orden alguna vez, tengo fe en lo personal que algún díahabrán hasta discoteques comunitarios en las mismas plazoletas, y que un enfermo mental con el apoyo de sus psiquiatras les saquen la madre a los delincuentes, filmados por televisión.

Chileno, si ha sentido rabia de ciertas personas pero eres de esos que prefieren aguantar en vez de matar, sacarle la chucha o tomar un revolver (para suicidarte o matar “al torrante que te cae mal”) piensa que la literatura es el camino, es el desahogo de la gente buena, de aquellos que tienen pica de aquellas personas pero prefieren escribir o arrugar cuadernos en vez de matar. Matar es malo (porque la biblia y la ley penal te lo prohíben, de lo contrario te mandan derechito a la cana) y en Chile todo asesino cae a la cárcel, quizás es preferible ni siquiera ganar el premio municipal de literatura que un gendarme este al amparo de que te violen, pero es cierto que la sociedad a veces te provoca.

En el cuento que a continuación vas a leer no es una noticia (porque los periodistas tienen el deber ético de no inventar cuando escriban una noticia pero si algo que no concuerda sale en El Mercurio es por el criterio fascista de Agustín Edwards y no propiamente tal del periodista, un tipo que solo cumple ordenes allí), solo es un cuento, tiene un 50% de realidad y un 50% de ficción. La ficción viene no del mero inventar, sino que de hipótesis que se tiene sobre la existencia o presencia de conductas que en si son raras, muchos quisieran saber cómo matar flaites o como cambiarle la mentalidad a estos jóvenes, a los cabros perfectamente se les puede lavar la mente pero no a un torrante que ya sobrepasa los 30 años. La ficción viene en el sentido de que en el Gran Concepción no todos los barrios son iguales, que el tipo de pobre en un barrio X es diferente al tipo de pobre en el barrio Y, o que el delincuente de pueblo chico es más buena onda que un delincuente de ciudad importante, de ahí vienen las hipótesis y por ende de ahí vienen los mitos.

Es una forma de mostrar una realidad que por años nos aqueja, la literatura sirve en este caso por medio de las redes sociales (Los blogs, el twitter y el Facebook, allí el editor lo eres tú, solo necesitas argumentos y educación para ganar seguidores en la red). Es evidente que medios como Radio Bio Bio, Diario El Sur o canal TVU no acepten cubrir tu nota por dos razones: faltan evidencias y están bajo el amparo de una línea editorial, las mismas autoridades que financian a los mafiosos en cada barrio de la ciudad. Hasta creo que las mismas noticias de narcotraficantes tienen sus propios montajes, la idea de convertir algo real en literatura va másallá de que en Penco a la biblioteca municipal le coloquen tu nombre dentro de 100 años o que en el colegio a los cabros chicos le hagan leer mis porquerías como textos más del Ministerio de Educación, la idea es aproximar el interés de algunos cibernautas y luchadores sociales en desenmascarar los rostros de latifundistas y aspectos fascistas, sucios y demenciales de ciertos rotos, que cuando les pides un favor no te tomen en cuenta, algo hay en ellos y la literatura es el primer medio artístico o de expresión que permite “sacarles pica”, si no le sacaste pica haciéndote el macho para que se rían de ti, hazlo con los blogs.

Estudiantes, si encontraron este artículo en Google, no lo tomen en cuenta, es solo una subjetiva y absurda literatura más, pero si les gusta generar cambios radicales o si están chatos de Colo Colo y el reggaetón ¡adelante!.

Ahora es recurrente que después de leído entero este texto muchos no se atrevan a responderte en el blog y ni siquiera para insultarte, o decirme que “este texto es una mierda”, pero lo más bondadosos y quienes habitualmente son familiares o amigos del autor indican que el texto está lleno de odio o de rencor, lo está, pero tampoco se les desea la muerte a estos canallas, solo se les pide que dejen al vecino del barrio tranquilo, y en vez de drogarse para sacarse la madre como en pelea de perros hay que llenar de blogs contando este tipo de cosas, hay que justificarlas y argumentarlas bien porque es penca que el dueño del almacén te indique: “Ya estay hablando puras webadas jaja, por favor no lo pesquen”. No es fácil escribir algo innovador y distinto a lo que trasmite la tele en la internet, ya me pasó con mis primeros artículos años atrás que son más polémicos y un tanto infantiles que este, y llega un señor derechista (militante y funcionario público UDI, no daré el nombre por ahora) para responderme algo poco auspicioso, que mi texto era una mera basura y nada más, a esto se suma que era el único mensaje que recibí.

Huaso o camionero lector de La Cuarta ignorante e insensible, este no sería el único texto con rencor, una compañera de la universidad me dijo que todo texto o todo el arte está bajo una circunstancia o acontecimiento político, y en más de una ocasión hay rencor ya que en política o en el Congreso es común ver peleas entre estos “señores honorables”. Igual disculpo el grado de prejuicio pero hay cosas raras en todas estas cosas y lo malo de que en literatura se permite el desahogo espontaneo de los autores es que el lector no acostumbrado a leer todo un día (porque prefieren ver a Valentina Roth en Yingo) simplemente no opine, o no le de relevancia, este no será el único texto sobre las rarezas más estúpidas del barrio, y ¿Por qué no? Generar un poco de polémica, en una de esas periodistas de Canal Regional hagan su primer programa de farándula porque tu creaste el caos en el Gran Concepción. Señores de la clase media, dejémonos de hacernos los santos, todas las personas de Chile y de todos los países nos enojamos o pecamos alguna vez, todos fuimos rencorosos, uno en menor intensidad y otros en mayor. Señores, no existen las personas malas y las personas buenas, si las personas malas se ven es porque las circunstancias sociales los corrompieron durante su etapa de crecimiento, que mejor motivación para ser solidario y no discriminar, ¿o quieren más premisas?.

Rasca es un concepto despectivo de todo chileno que jura está en una posición social mayor. Rasca es el concepto que yo lo adjunto al flaite, al delincuente, al huaso machista y cerrado de poblaciones como el de Chillancito (en Concepción), pero asumo un error mío también, rasca es un término usado por fascistas, patrones de fundo o adherentes a la derecha para discriminar a la clase popular, y yo quien me defino un escritor de izquierda estoy cayendo bajo, pero estos rotos de igual forma llegan a caer mal, ese es el defecto de la clase popular y lo cual impide que el neo marxismo adentre en ella para generar cambios significativos en Chile. Es todo aquel individuo que apenas termino el cuarto medio o a lo más entro al Servicio Militar por poco tiempo, es el hombre camionero, chofer de micro, el que siempre lee el Diario La Cuarta o juega el Kino, el que dice que cree en Dios pero se ríe de los peruanos, los pobres o los mapuches, son los que manejan camionetas grandes, los que hacen los medios asados en sus casas o los que escuchan Los Charros de Lumaco, algunos de ellos son arribistas, es lo que según los historiadores es la decencia del antiguo vasallo español preso en cárceles de España quienes durante la colonia le sirvieron a Pedro de Valdivia y se instalaron en Chile dejando su descendencia: la gente de mala clase que hoy conocemos como delincuentes, pero una cosa, hay delincuentes peones quienes sus cabecillas no les permiten entrar al mundo intelectual o del argumento, y hay otros donde los políticos los apoyan, comprando drogas. Si me estoy poniendo mala onda con los rascas es porque son estos son los que se ponen desagradables con uno, ¿es legítimo que escritores emergentes le declaren la guerra a los rascas cuasihuasos de la ciudad?, no uses la pasta base ni la cuchilla, sino? Un cuaderno y un lápiz Bic.

La rebeldía (como la de encapucharse y generar barricadas afuera del campus de la Universidad de Concepción) es un elemento que da sentido a la vida, un amigo de la carrera de Filosofía (inocente quien alguna vez creyó en el anarquismo, ateísmo o nihilismo) dijo que la vida no tiene sentido, lo quiero mucho y todo pero no concuerdo con esa opinión, la rebeldía es lo que le da emoción a toda persona parcialmente fome, y que quiere ser “un pulento reggaetonero” en vez de abuelo con tan solo 23 años, son los que buscan caricias eternas de una mujer en vez de la indiferente de la gente corriente. Muchos son rebeldes toda su vida y son gente exitosa, rebeldes ateos y rebeldes católicos, hay muchos Jesús de Nazaret o Ernestos Che Guevara que no nos damos cuenta, rebeldes evangélicos y rebeldes comunistas, rebeldes en Lota y también en Tome, en San Joaquín y en La Dehesa, en Penco y San Pedro de la Paz, colocolinos e hinchas de la Universidad de Concepción (equipo de futbol de primera división del futbol chileno), flaites y rockeros, hay muchos rebeldes que no nos damos cuenta, en todas las épocas y en todos los países, personalmente creo que la rebeldía es buena.

Si tu joven inocente quien aún no pololeas teniendo más 20 años o eres siempre discriminado por los matones en tu barrio, quienes no valoran tus logros y esperan verte sufrir injustamente (las mafias y sectarismos pos hombre), si tu joven inocente quieres cambiar de una vez por todas el mundo “HAY QUE SER SIEMPRE CARA DE PALO, CARA DE RAJA”, las cosas como son. El cuento que les voy a presentar a continuación tiene mucho de eso, rebeldía, y tal como lo señalan algunos intelectuales sobre los medios de comunicación existe una espiral del silencio con opiniones dominantes y opiniones minoritarias: sobre los mapuches, la mayoría los insulta o discrimina sin realmente conocerlos, los tildan de flojos y borrachos cuando los “wincas” (palabra que usaban los mapuches para referirse a los españoles, criollos y mestizos –a los huasos-, a toda la raza chilena) o patrones de fundo pueden llegar a ser mucho peores, esta gente que siempre se ríe de los mapuches y es porque solo se basan en lo que impone la televisión (y porque ni si quiera leen los textos de Historia del colegio) ni si quiera viajan a la zona pehuenche en Ralco o a la zona lafquenche en Tirua, y sin embargo viven en Tome, Lirquén, Penco, Barrio Norte, Nonguen o Chillancito como huincas felices de la vida, allí la opinión dominante es que “el mapuche es flojo y no se habla más del asunto, tema cerrado” mientras que pocos (sobre todo los estudiantes de Filosofía, Sociología o Historia militantes del MIR o del FPMR) son los que se atreven a defender una demanda legitima, como las tierras para los mapuches.

¿Qué opinión tienen los huasos insensibles sobre el matrimonio homosexual, la píldora del día después o el amor de hermosas mujeres hacia enfermos mentales o niños Down?, créanme que la literatura permite ocupar mucho tu imaginación y con un poco de educación puedes aprovechar aquí (como escritor) la libertad que tristemente y por un cuento de normas o empatía no puedes ejercer afuera de tu casa, afuera de tu dormitorio. Pero desde las opiniones minoritarias pueden ejercer los futuros líderes de opinión, no será ahora pero si dentro de 10 o 20 años más, solo necesitas más gente, así que amigos míos…toda su rabia escríbanla aquí con un notebook en mano o con lapiceras BIC, esas que en el negocio de la esquina te la venden a $ 150, y es mejor eso o que el rasca de mierda te tenga por perno en vez de que mates y termines bien violado en la cárcel, bajo el amparo de los gendarmes, ¿estamos de acuerdo? ¡Impecable!.

Esta es la historia:

Benjamín, un joven estudiante de unos 24 años, estaba sentado en un asiento de atrás de la micro Flota Las Lilas, al lado izquierdo de donde se ubica el conductor y mirando por la ventana, la micro pasaba por Camilo Henríquez a la altura de Diego de Oro (cercano al terminal de buses) y seguía sentado, pero cuando el conductor aceleraba la velocidad con su volante y pretendía doblar por Baquedano, el joven le pidió a un anciano que estaba sentado a su lado si le podía dar permiso, se paró y estuvo afirmando los fierros en el pasillos del bus, debía apurarse cuanto antes ya que no se trata de un bus recorrido Chillan – Quinchamalí, era un acelerado y urbano taxi bus de Concepción, donde lo más común es la velocidad, el chofer quiere más pasajeros y quiere la plata, es triste pensar que los pasajeros nunca encontraran paz cuando se suban o se bajen de la micro, ¿Cuándo cambiaría la cosa?.

El chofer no es el antagonista de este historia, y pese a los defectos que generalizan un poco a los choferes éste pasa a ser un héroe, es de esos choferes bacanes que de una u otra forma le llegan a hacer el gusto a los pasajeros, tanto el miembro de la clase media como del chofer de micro son personas que se estresan, y deben lidiar con el sistema. Ocurre que el chofer sin ningún drama se detuvo en Baquedano para que el joven universitario se bajara, no había ningún ronce ni bronca por parte de ambos. El chofer paro la micro, el joven bajo y todo bien, hasta que aparece uno de los tipos de rascas más odiosos o desagradables de Concepción, Chillancito es un barrio tranquilo y todo, ningún drama en contra de los vecinos, solo que los rascas como camioneros o amigos del amigo que vienen de otros barrios contaminan un poco el aire y la paz que son el motivo de porque algunos deciden mudarse al sector.

¿Qué fue lo que realmente ocurrió? El chofer de muy buena persona se detuvo para que el estudiante se baje del bus, pero detrás de la maquina 27 de Las Lilas venia un rasca, un ogro, un Hitler, un Franco, un Pinochet, un asco de persona. Un rasca manejaba el volante de un vehículo TOYOTA color rojo, moreno, con pelo en el rostro, de pelo ondulado y con una mirada de matón, un flaite con poder, entre narcotraficante y microempresario de la clase media. Este imbécil se atrevió a tocar la bocina detrás del chofer y no porque estuviera apurado, lo hizo solo de mala gente, iba con velocidad lenta casi como poniendo a prueba el vehículo y al costado de la calle, el muy patético venia doblando desde Camilo Henríquez y minutos después de ese infantilismo de gallada o perraje doblaría por Patricio Lynch, era una tortuga en comparación con la intención legitima del conductor de Las Lilas, muchos pensarían que este insecto quiso sacarle pica al chofer o quería joder la pita. No hay nada más penoso que el rasca quiera joder la pita sin ni siquiera conocer muy bien a su víctima.

Aun no entiendo y encuentro hasta medio raro el afán de ciertos vehículos en andar demasiado lentos como si por sus ventanas polarizadas anduvieran de espías o se comunicaran con su celular con el mafioso cabecilla de la red delictual, es como el grupo de mafiosos o políticos con mala reputación transitar por sus calles dado su paraje de Los Ángeles o Chillan, de barrio de ancianos, ex campesinos, militares o fachos que están un poco alejado del paraje socialista de Lota o Lorenzo Arenas, es un barrio de gente buena y también de gente rara, que en vez de iglesia católica parece que funcionan las sectas entre mazonería, políticos y narcotraficantes, lo cierto es que delincuencia ocurre pero no hay forma de como dialogar con estos perros y preguntarles el porqué de pueblo chico, no se percatan que por culpa de su misterio o infantilismo de prisión están atormentando el espíritu joven del salir adelante. Por ahora no sé si es la mazonería la responsable de todo esto, este texto no es un artículo periodístico, es solo literatura, la que será publicada para algún día cambiarle el destino a un barrio agradable, ojala sin mafiosos ni flaites poderosos.

El tipo manejaba el auto, sabía que el bus paraba y que Benjamíncon su mochila en la mano no era el único que se bajaba de la micro, en la parte de atrás había otro cabro bajándose de la micro, de la misma universidad, pero por mucho que todos vengan de una misma casa de estudios no es habitual que todos se conozcan con todos, es Concepción no Penco, es una capital regional no un pueblo chico, es una ciudad de mazones y no un pueblo con terratenientes. Ambos se bajaron en distintas puertas, el chofer del auto pasaba por la calle en la orilla justo donde estaban los otros vehículos estacionados y toco la bocina, dos o tres veces, aunque no estaba al lado del chofer al bajar he presenciado el descontento o la sensación de rareza del chofer de Las Lilas, en su mente dirá “Que mierda le pasa a ese picante”, no lo dijo pero al igual que yo también encontró rara la conducta del torrante.

El bus arrancaba hacia la Avenida San Juan Bosco (donde está el Hospital del Trabajador), y continuar su recorrido hacia el centro de Concepción y hacia Hualpén. Mientras el bus desaparecía de a poco, el torrante seguía con una sonrisa irónica, demencial o lúgubre manejando el volante de un auto TOYOTA rojo, lentamente como escarabajo o tortuga, como chancho de tierra seguía al costado de la calle para después doblar por Patricio Lynch. El torrante no quiso acelerar si es que iba apurado, pero su imprudencia se notó porque en vez de acelerar hacia la otra vía como moto o 4*4 de Hollywood quiso joderle la pita al chofer, no es primera vez que jode la pita en el barrio y quizás…no quería al chofer, tampoco al otro estudiante que se bajó en la puerta de atrás, a lo mejor quería a Benjamín, no lo amaba porque no era gay, sino joderle la pita, cagarle la vida.

Vi doblando por Pasaje Ancón cuando el chofer arrancaba para seguir su recorrido, vi de lejos cuando el chofer le quiso joder la pita. De la forma como un joven con la madre más buena esté a punto de terminar su carrera y un par de delincuentes con poder lo calumnien para meterlo en la cárcel, o que en vez de tener sexo en su luna de miel con su posible señora termine siendo violado en la cárcel por no cometer ningún crimen y bajo el amparo de un gendarme, de la misma forma? Un simple mosqueo cuasicolectivo destruyo los ánimos en el joven, Benjamín viene contento desde la universidad por sacarse las mejores notas pero en vez de venir alegre siente que la mafia oculta y amparada por todo el barrio le destruye sus ganas de sonreír, de carretear, de pasarlo bien, ellos hacen lo imposible para verlo destruido con el ánimomás perturbado, quizás Satanás también los ampare, Chile vive la dictadura de los flaites en los mismos barrios, en todas las regiones.

El torrante maneja el auto y sigue por Patricio Lynch (una calle de barrio con un tono bastante de gallada, de borrachos, salones de pool, cantinas y conventillos con hongos y abandonados), sigue un par de cuadras como tortugas donde cada noche los políticos vienen a comprar la droga, en esas esquinas y por la madrugada los narcotraficantes venden la droga y son dos vehículos que en solitario se reúnen para comercializarla, pero el evento ocurrió de día y no olvidar que en la noche no pasan micros en el sector, ni que fuera Lirquén, el único rincón del Gran Concepción donde los Ruta del Mar parten su recorrido a las 5:00 AM. El torrante se detiene entre C Avello y Fioreti, en calle Patricio Lynch, se baja del auto y toca la puerta, una mujerzuela tipo cumbianchera enamorada lo atiende, lo hace pasar y dentro de la casa se sienta en el sillón, después viene Julio Hijo, el apodo de Nelson Riffo Leiva, amo, dueño, señor y microtraficante de Chillancito, con el amparo del partido político de la municipalidad. Jocelyn, la niña que atendió en la puerta tenia medio sostén abierto y parte de su cuello estaba abierto, y la música de fondo era el tema “En su nota” de Don Omar, un reggaetón, era una casa lujosa pero camuflada de casa mediocre o de estrato bajo, frente a una calle o ambiente de barrio oscuro, parco y frio, en Patricio Lynch.

Julio Hijo:- ¿Y? ¿Te lo cagaste?

Mario, el torrante:- Si, llego deprimido a la casa

Julio Hijo:- Excelente, pobre de ti que ese tonto pise el paradero del bus, dile a mis informantes que no le paren la micro, él debe ir a la cárcel, a la miseria (risas)

Mario, el torrante:- ¿Y qué hacemos con el chofer de micro?, necesitamos más choferes a su servicio señor.

Julio Hijo:- Mira, de eso no te preocupes, será la única vez en que el chofer vea tu auto. A ese joven lo convertiremos en un loco, hagámosle creer entre todos de que en Chillancito no hay delincuentes, que en realidad élestá viendo alusiones, el no será ingeniero, te lo digo yo, el hombre más poderoso de Concepción (risas demenciales y de huaso pervertido).

Mientras Benjamín abre la puerta de su casa y entra. Cuando deja su bolso en el living lo atiende su polola, se llama Constanza, una linda lolita de 25 años, de pelo largo y liso como de pelolays, de color café, de tez blanca como la actriz norteamericana Megan Fox, su madre no estaba ya que estaba en médico.

Constanza:- Mi amor, llegaste, ¿Cómo te fue en tu certamen de Aritmética?

Benjamín:- Bien, me saque un 6,7

Constanza:- Mi amor, ¿Te sientes bien?

Benjamín:- No

Constanza:- Pero si te fue bien, ¿Por qué vienes así?

Benjamín:- Son los narcotraficantes

Constanza:- Pero ¿ocurrió en realidad o son persecuciones tuyas?

Benjamín:- Cony

Constanza:- Au, dime

Benjamín:- Cuando manejas tu auto y ves que una micro esta adelante tuyo, ¿Qué es lo normal? ¿Acelerar tu vehículo o joderle la pileta al chofer tocando la bocina de tu auto?

Constanza:- Acelerar mi auto al otro lado, ¿por?

Benjamín:- El torrante con cara de ogro me jodio la pita

Constanza:- Pero, ¿Y eso en que te influye?

Benjamín:- Ya filo, si da lo mismo

Constanza:- Amor

Benjamín:- ¿Si?

Constanza:- Tírate conmigo, a la camita campeón

Benjamín:- Ya oh, dale, vamos.

LAS COSAS COMO SON, aunque te duela.

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