El cariño de la gente conocida también es panorama en fiestas patrias
Eugenio jugó pelotazos con Oscar en medio de la calle Victor Ortaly (en Penco), y una hora después la mamá de Oscar lo invitó a tomar once. No siempre se necesita caer en el cliché de la publicidad, gastar dinero en ramadas o comer los mejores asados, para pasarlo bien en fiestas patrias.
"....Horas más tarde la costanera del sector de Cerro Verde Bajo mostraría uno de los atardeceres más bellos de la Región del Bio Bio, una puesta de sol de cielo anaranjado, un poco de viento marino, y el sonido de las gaviotas....(...) Y pasando por la plazoleta de la Población Corabit, observó la puesta de sol más hermosa que podía presenciar, eran casi las 7:30 de la tarde, y este 19 de Septiembre fue sencillamente, cariñoso."Eugenio y su mama siempre fueron fomes para pasar el 18 de Septiembre, mientras el resto de las Penco hacía asados, fiestas, bailaban cumbia, comían costillares de cerdo, y tomaban Coca Cola. El tenía 15 años, y su meta en el 2002 era pololear, darle un beso a una niña, siempre veía mucha televisión que inocentemente caía en un cliché, que a su edad era casi una obligación salir con alguien. Por eso quería escaparse de su rutina, de acompañar siempre a una mujer solitaria como su mamá, socializarse y conocer una niña. Salió a dar una vuelta.
Caminó por la bajada de calle Blanco, dobló por Infante hacia el sector de Cerro Verde Bajo, cruzó la línea del tren, y siguió por una costanera. Era bueno para caminar, y lo sigue siendo ahora, pero hasta los 19 años juraba que de ir de polizón por las poblaciones ganaría amigos, y también muchos “pinches”. Penco es una comuna donde los vecinos conviven como una familia, lamentablemente no pasa lo mismo en otras partes, como Concepción, ni en la Villa San Pedro, ni en Chiguyante. Por eso que en denominada “tercera ciudad más antigua de Chile” ganó muchos amigos, para él era rico saber que en la calle muchos lo saludaban, y en todas las poblaciones.
La tarde era bonita y agradable, eran las 6:00 PM cuando el cielo celeste y despejado de Septiembre daba mucho sentido y color a los modestos barrios de Penco. Horas más tarde la costanera del sector de Cerro Verde Bajo mostraría uno de los atardeceres más bellos de la Región del Bio Bio, una puesta de sol de cielo anaranjado, un poco de viento marino, y el sonido de las gaviotas. Llegó a las afueras de la Escuela Eduardo Campbell, cruzó la Calle Central, llegó a la otra vereda, entró por un callejón hacia la línea férrea, cruzó la línea, y después de unos metros por un paso de tierra, subió por la calle Victor Ortaly, hacia la casa de Oscar, un compañero de curso.
Se encontró con Oscar, se saludaron los quinceañeros, jugaron a los pelotazos en medio de la calle junto a otros chicos, y de repente lanza un pelotazo sin querer a la Señora Catalina Márquez, la mama de Oscar. Pero se lo tomó con humor, y todos se mataban de la risa, incluyendo las vecinas que miraban desde sus casas. La señora Catalina invitó a Eugenio a tomar once en su casa, compartieron un poco, tomaron café, comieron pan amasado, “echaron la talla”, y al final Eugenio se fue agradecido de tal acogida, de pasar un agradable momento.
Cuando caminó por la calle C.Avello de regreso a su casa, pasó por fuera de otra casa, y una chica de la misma edad ponía la música fuerte, era una canción promocionada en el programa de TV Mekano, “Baba Baby” de Kelly Key. Con un toque de rareza Eugenio encontró bonita la canción, pero no por la letra, más bien por la melodía. Y pasando por la plazoleta de la Población Corabit, observó la puesta de sol más hermosa que podía presenciar, eran casi las 7:30 de la tarde, y este 19 de Septiembre fue sencillamente, cariñoso.
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