Si quieres cultivar rosas en
el jardín, en tu huerto o incluso en macetas en tu terraza o balcón, no dejes
de leer estos consejos para que consigas rosales sanos y fuertes. Aunque
plantar rosales tiene fama de ser complicado, su cultivo puede ser
relativamente sencillo si tenemos en cuenta algunas pautas básicas. Si estás
empezando en la jardinería y no tienes mucha experiencia, te recomendamos que
comiences tu jardín de rosas a partir de un esqueje o una pequeña planta que
puedas adquirir a través de otros/as jardineros/as, en viveros, centros de
jardinería, etc. Definitivamente los rosales son los reyes de los jardines, no
sólo por la belleza de sus flores, las rosas, sino también por el aroma que
éstas desprenden.
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5 consejos para cultivar las
mejores rosas
1.- Elige la variedad
correcta de rosal.
Dependiendo de la zona en la
que vivas, será oportuno optar por una u otra variedad de rosal. Al margen de
que podemos elegir entre multitud de rosales con rosas de diferente color, hay
variedades más propicias a resistir las plagas y enfermedades comunes de tu
zona, están adaptadas a la climatología y tendremos más éxito cultivando estos
rosales.
Podemos obtener semillas
ecológicas de rosales en redes de semillas, de otros/as jardineros/as
ecológicos/as, en viveros y centros de jardinería, etc. Así participaremos en
la recuperación de variedades autóctonas, que, en muchos casos, se están
perdiendo.
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2.- Dónde ubicar los
rosales.
Estas plantas necesitan
crecer en un sitio soleado. Reserva un espacio que reciba un mínimo de 6 horas
diarias de sol si quieres ver tus rosales florecer.
Además, los rosales
necesitan crecer en un sustrato que tenga un buen drenaje para evitar la
acumulación excesiva de agua y que se produzca daño en las raíces. Evita
plantar los rosales en zonas donde se acumule el agua de lluvia y se formen
grandes charcos.
Otro factor que debemos
tener en cuenta a la hora de buscar un buen sitio para los rosales es el
viento. Debemos evitar puntos en los que haya fuertes vientos, especialmente
del norte, porque podrían partir ramas, arrancar flores y causar daños graves a
la planta en general. Protege los rosales del viento ubicándolos detrás de
árboles o arbustos que podemos usar como paravientos, en muros, vallas,
espalderas, etc. a los que además podremos tutorar los rosalespara que éstos
tengan una guía y suficiente soporte para crecer de forma erguida.
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3.- La fertilización de los
rosales.
Algo que queremos y que
perseguimos cuando cultivamos rosales es que nuestras plantas nos dé flores.
Queremos que, cuando llegue la temporada de floración nuestros rosales nos den
unas rosas bien hermosas y con su característico aroma.
Los rosales requieren de
sustratos ricos en materia órganica, que sean fértiles y propicios para aportar
todos los macro y micronutrientes que necesitan estas plantas.
Como base, utilizaremos un
sustrato apto para el cultivo ecológico de rosales al que añadiremos, una o dos
veces al año (normalmente en primavera y en otoño) una capa de humus de lombriz
o de compost. Te animo a que dediques un espacio en tu huerto o jardín para
hacer compost y/o vermicompost. Yo te aconsejaría que aplicaras la primera capa
de compost o vermicompost dos semanas antes de que empezaras a sembrar o
trasplantar los rosales y que la regaras tres o cuatro veces durante este
periodo de tiempo. Así estaremos preparando un buen sustrato para cuando
comencemos a cultivar.
Te recomiendo que huyas de fertilizantes
sintéticos porque lo que hacen es empobrecer la fertilidad de la tierra a medio
y largo plazo. Para fertilizar los rosales, adicionalmente tenemos excelentes
opciones a la hora de usar fertilizantes naturales en nuestro jardín que
podemos usar para añadir macro y micronutrientes extra a nuestras plantas, como
por ejemplo a través del té de compost. Y si aún así tienes rosales que no
florecen, puede ser por alguna de estas causas.
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4.- El riego del rosal
Los rosales no son plantas
que, en general, aguantes bien el estrés hídrico, es decir, falta de agua. Esta
carencia de agua si se vuelve en algo constante podría producir una pobre
floración y plantas mustias y poco vitales.
Durante los meses más
calurosos del año regaremos los rosales una media de 2 a 4 veces a la semana,
según necesidades. Lo ideal es que la tierra mantenga siempre cierto grado de
humedad, pero ojo, sólo un poco húmeda, esto no quiere decir que nos pasemos
con el agua que aportamos al rosal y que la tierra esté siempre mojada o
encharcada. Durante los días calurosos regaremos a última hora de la tarde y
siempre que sea posible es preferible optar por el riego por goteo, ya que éste
es un tipo de riego eficiente para el jardín.
Por otra parte, durante los
meses más fríos, como habremos podado los rosales éstos requerirán muy poca
cantidad de agua y además tendremos en cuenta que ya reciben agua a través de
la lluvia. Durante estos periodos minimizaremos los riegos.
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5.- Plagas en los rosales.
Hay algunas plagas muy
comunes que podemos sufrir durante le cultivo de los rosales. Si las conocemos
podremos utilizar herramientas que nos ofrece la jardinería ecológica u
orgánica para que nuestras plantas puedan sufrir el menor número de plagas
posible y puedan desarrollarse correctamente sin sufrirlas o por lo menos,
minimizando los daños.
Los áfidos, en especial los
pulgones, son una de las plagas más comunes en rosales. La buena noticia es que
tenemos multitud de remedios para prevenir plagas de pulgón que podemos
preparar en casa y para los casos en los que descubrimos que los rosales están
plagados de estos insectos, podemos tenemos también remedios para combatir la
plaga de pulgón que son caseros y muy sencillos de preparar y aplicar, incluso
si eres nuevo/a en el mundo de la jardinería.
También la babosa o limaco
del rosal puede causar graves daños en este tipo de plantas. Se alimentan de
las hojas jóvenes y de los brotes y pueden hacer auténticos estragos en los
rosales en una sola noche. Tenemos a nuestro alcance multitud de remedios
ecológicos para plagas de babosas o limacos, ¡pongámoslos en práctica!
Es importante que tengas en
cuenta que los productos comerciales con tóxicos pueden perjudicar gravemente
la salud de las personas que los aplican, la salud general de los rosales a la
larga, contaminan el medio ambiente y causan la muerte de insectos y otros
seres vivos muy importantes en el jardín, como por ejemplo las abejas.
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