PUEBLO CHICO, INFIERNO GRANDE
El presente análisis sociológico sobre una comuna costera y poblacional de la zona centro-sur de Chile desvela un patrón de control social que puede definirse como Hegemonía Flaite Costera.
Este sistema consiste en la imposición informal de códigos de conducta y estética de la clase popular, donde el Arquetipo Socioeconómico Dominante —esa figura que dicta el estilo urbano— actúa como un tirano cultural. La problemática se manifiesta en la vida diaria de la localidad, siendo resultado de las secuelas históricas de crisis económicas y la adopción de una ideología neoliberal individualista. Esta hegemonía ha consolidado sus valores desde el colapso industrial post-golpe militar hasta el presente, resultando en un entorno marcado por el Consumismo, la Prepotencia y una profunda apatía social, lo que transforma la zona en una "ciudad manipulada, adormecida, pasiva, apática" ().
El Perfil del Imponedor de Normas
Para entender este esquema de control, es crucial reconocer la personalidad del arquetipo. Estos individuos no son simplemente sujetos de bajo nivel cultural; son prepotentes y despóticos (¡O sea! SON CHOROS), manifestando una actitud arrogante y pedante que se traduce en actitud cortante y Mala onda constante hacia quienes consideran inferiores. Buscan fervorosamente la Ambición de dinero y el arribismo, lo que los torna profundamente materialistas y ostentosos.
Políticamente, son conformistas, pero agresivos e intimidantes en lo social, excluyentes por definición y a menudo hipócritas en su adhesión a valores conservadores.
El Contrasentido del Facho Pobre y la Cultura Urbana
El motor ideológico que impulsa este ambiente es la contradicción del Facho Pobre: personas de sectores populares que adoptan fervientemente la ideología neoliberal y votan por sectores políticos de derecha (UDI), una postura que históricamente no ha beneficiado a su estrato. Este contrasentido desarticula la conciencia colectiva en favor del individualismo capitalista. La adhesión se evidencia en la Ambición de dinero desmedida y el arribismo rampante: "muchos aman las marcas o aparenten 'arribismo materialista'" (). Por ello, el movimiento contra las AFP resulta irrelevante. Los "jóvenes reggaetoneros-capitalistas que frecuentan manejar autos" son el espejo de esta prioridad: el modelo individualista de éxito prima sobre la lucha social. El estancamiento se refleja en la frase: "¡en [la comuna] nunca pasa nada!" (). Esta localidad es, de hecho, "UNA ISLA DENTRO DE LA INTERCOMUNA" (), lo que profundiza su singularidad.
El Reggaetón se impone en este entorno no solo como música, sino como el estandarte cultural del consumo y la hegemonía. Este género urbano, cuyas letras alaban la Ambición de dinero, el éxito material y un estilo de Carrete constante, valida la ideología neoliberal del Facho Pobre. La moda masculina petulante asociada (gorro de béisbol, zapatillas de marca, polerones) se convierte en el uniforme aspiracional. El baile, el Perreo, es el rito social esencial en las Fiestas, operando como un filtro de exclusión social al estar ligado a un Estilo de belleza femenino selectivo que rechaza a quienes no encajan en este círculo ostentoso. El reguetón es, en esencia, el lenguaje hegemónico que amalgama la Prepotencia social con el Consumismo aspiracional.
La Exclusión y el Conflicto por la Diferencia
El conflicto para el individuo que no encaja con este código de conducta es inmediato. La hegemonía cultural rechaza activamente cualquier forma de diferencia o profundidad que no se alinee con el consumo superficial o la agresividad social. Para personas con Síndrome de Asperger o aquellas etiquetadas como "índigo" (que suelen caracterizarse por un pensamiento profundo, lateral y crítico, además de una aversión al ruido social y la hipocresía), este ambiente se convierte en un sistema hostil. Su falta de interés por el Reggaetón o la moda ostentosa es interpretada como altanería o debilidad. El conflicto surge cuando su sinceridad o su intelectualismo no adaptativo choca con la superficialidad dominante. El costo de ser "diferente" se paga con el hostigamiento social y la marginación, lo que explica la frustración y el aislamiento de las personas inteligentes en la comuna.

Archivo del año 2021
Columna publicada EN PANDEMIA
El Vínculo Especulativo con la Delincuencia

Columna publicada EN PANDEMIA
Observando la exaltación desenfrenada del éxito material y la Ambición de dinero como valores supremos dentro de esta filosofía de vida, se plantea la duda sobre su posible conexión con la delincuencia. La presión social por exhibir riqueza y pertenecer al círculo de la ostentación —sumada a la falta de oportunidades económicas genuinas tras el colapso industrial— genera una tensión palpable. El hecho de que el valor máximo es el consumo visible y el arribismo, y que los caminos honestos para obtenerlos estén clausurados, hace plausible que algunos individuos recurran a métodos ilícitos. La delincuencia, el microtráfico y otros fenómenos indeseados, mencionados como secuelas de las crisis económicas históricas, podrían ser una sombra funcional de un sistema que promueve el individualismo material sin proveer los medios para alcanzarlo legalmente. La cultura hegemónica podría, sin querer, sentar las bases para que el fin (el lujo y el estatus) justifique cualquier medio.

LA HIPOCRESÍA CONSERVADORA
Predica de la moral, y en frente de un conductor manejando un auto de carrera
mientras escucha reggaetón a alto volúmen
Distracción Política y Paradoja Moral

Predica de la moral, y en frente de un conductor manejando un auto de carrera
mientras escucha reggaetón a alto volúmen
La estabilidad del sistema descansa en una profunda hipocresía moral que ampara el abuso y la Prepotencia. La paradoja local radica en la coexistencia de la moral conservadora con las prácticas del bajo mundo. Las iglesias evangélicas y la ideología cristiana-conservadora predican la humillación y el trato vertical (tratar de usted), reforzando la jerarquía. Sin embargo, esta moralidad es ignorada por sus propios adherentes (Carabineros incluidos) que participan del Reggaetón y el consumo ostentoso.
La distracción masiva es el método más efectivo para mantener la apatía. Los Políticos actúan como cómplices al invertir en el ocio: las autoridades locales gestionan "circo para el pueblo', enfocado en este caso como 'un carrete para los chiquillos'" (), priorizando las Fiestas y el Carrete sobre "gestionar espacios culturales o de participación". Esta táctica asegura que el imaginario social dominante se componga de "'los reggaetoneros', los chicos-farándula y los consumistas" (). Esta superficialidad es reforzada por la Televisión, que alimenta el modelo, pues "los grupos elitistas son los que imponen lo que los jóvenes... quieren ver" (Vecino Crítico, ), promoviendo la cultura del consumo y el ocio. Un crítico local señala que la televisión y la religión son sistemas de manipulación: "uno de los sistemas de manipulación del ser humano hoy día es la televisión, como también hasta el mismo hoy ha sido la religión" (). El mismo crítico lamenta que los jóvenes "no están consciente[s], están (...) en otras actividades que están cohesionando la actitud de pensar por la comuna" ().

Un prepotente (Facho pobre)
Coerción y Raíces Históricas del Estancamiento

Esta tensión ideológica genera coerción constante. La Molestia Psicológica Indirecta (individuos que acosan o molestan a alguien dócil) y la actitud cortante y pedante no son un rechazo al orden, sino la manifestación del Facho Pobre que defiende la autoridad mediante la intimidación. El Carabinero encarna esta paradoja: es consumista encubierto en el ocio, pero aplica la Prepotencia institucional en el trabajo. El Chofer de micro utiliza el Estereotipo (ordinario déspota) y los Hostigamientos acústicos (bocinazos o ruidos con frenos) para ejercer coerción desde su vehículo.
El estancamiento es multicausal y profundo. La crisis social que hoy se vive "viene desde las consecuencias que dejo el golpe militar del 11 de septiembre de 1973" (), que trajo consigo el cierre de fábricas clave. El cierre de una Refinería en 1976 fue producto del "cambio de paradigma economico industrial en Chile implantado por el Gobierno Militar (el modelo economico neoliberal)" (). Este proceso generó cesantía y consecuencias graves como: "la delincuencia, el microtrafico, la inmigracion de mano de obra a otras regiones, el hambre, las enfermedades, el estres y la depresion" (). Incluso eventos como la estafa de la industria local llevaron a dictaminar que la única manera de compensar era que "'La comunidad de [la comuna] pagara los platos rotos'" ().
A nivel político, el problema es estructural, pues la Altanería y las Amenazas buscan acallar a los críticos. El hecho de que "los políticos además siempre respondieron a otros intereses creados" () justifica las Mariconadas. Las autoridades, con su "falta de vision en los ultimos alcaldes durante 23 años" (), han provocado que la localidad sea vista desde la ciudad central "como un simple pueblito [...] lo de [la comuna] nunca seran considerados hechos relevantes a los ojos de un periodista" ().
La Represión del Disenso y el Dominio del Arquetipo
El sistema tiene como objetivo principal castigar la inteligencia y la diferencia. Los Discriminados sociales ("tontos", es decir, personas inteligentes que son silenciadas en la hegemonía) son condenados a la marginalidad, pues en el territorio "escasean los espacios para el pensamiento crítico" (). Esta carencia se debe a que "[la comuna] ni siquiera cuenta con una Corporacion Cultural" () y a que "nunca hubo gestion cultural que muestre alternativas [...] NO HAY TOCATAS DE ROCK que abra espacios a bandas locales" (). Este es el PREDOMINIO SIMBÓLICO Y DOMINANTE DE UN ENTORNO POBLACIONAL AISLADO DEL AMBIENTE CULTURAL ().
Los Molestadores Indirectos son los ejecutores de este castigo, aplicando la Prepotencia y la Mala onda (ley del hielo) para infligir el Acto de humillación y el atropello psicológico contra los disidentes. Este control se perpetúa en el tiempo: "El miedo o el silencio de los abuelos fue enseñado -y traspasado- a las nuevas generaciones" ().
El castigo es total y afectivo: el Prejuicio femenino del asco hacia hombres que no encajan en el modelo (ej. individuos con condiciones del Neurodesarrollo) es un mecanismo de segregación que refuerza el dominio del Arquetipo Socioeconómico Dominante. El individuo crítico se convierte en un Amargado (gente valiosa frustrada) por la falta de espacios culturales y de conversación social. El territorio es una "isla dentro de la intercomuna" donde el estancamiento se debe al "PREDOMINIO SIMBÓLICO Y DOMINANTE DE UN ENTORNO POBLACIONAL" (), el dominio del arquetipo.
La Venganza, o la esperanza de un desquite, se reduce a la "esperanza [débil] de que la prensa revele las Mariconadas de la élite" (), un acto que no es apoyado por la mayoría apática, pues la "mayoría de los chilenos (el pueblo controlado) no tiene tiempo para salir a la calle, para solidarizar con estos movimientos" (). La hegemonía, así, prevalece, dejando en claro que "dentro de la clase popular hay personas que no tienen interés en participar de iniciativas sociales" (). De hecho, se advierte a los críticos: "no te expongas demasiado, porque tú sabes como son de agresivos cuando le dan a conocer sus patrañas" ().



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