El domingo 14 de diciembre de 2025, Chile protagonizó un quiebre político categórico. Bajo el retorno del voto obligatorio, el líder de ultraderecha, José Antonio Kast, se impuso en la Segunda Vuelta Presidencial con un arrollador 58% de los sufragios. Esta victoria no se explica por un súbito giro ideológico de la nación, sino como la manifestación brutal de un voto de castigo y la exigencia desesperada de orden, probidad y eficiencia, agotada la paciencia con la administración saliente. A partir del 11 de marzo de 2026, Kast asumirá la presidencia con un mandato de urgencia, pero también con el riesgo latente de una nueva fractura social.
El ciclo de Gabriel Boric (2022-2026) se desmoronó bajo el peso de problemas concretos. La crisis en seguridad pública fue el factor más letal: graves hechos de delincuencia, fronteras sin control y el brutal asesinato de tres Carabineros en Arauco en abril de 2024. A esto se sumó una oleada de corrupción y falta de probidad (robo en Hacienda en 2023, fundaciones dudosas, "pitutos" a camaradas) que traicionaron la promesa de un nuevo trato. La economía se sintió en cada hogar con el aumento de la cesantía, la inflación y el costo de la vida. La gestión fue percibida como encerrada en una "burbuja ideológica", excusándose en culpar a administraciones anteriores y mostrando inacción ante dramas sociales como el abandono de damnificados del incendio forestal de Valparaíso. Las "volteretas" políticas, y la indignación popular por la perspectiva de un Salario Vitalicio para un exmandatario de apenas 40 años, solidificaron la sensación de abandono.
Este triunfo de Kast era previsible. Se gestó no por la supuesta "guerra sucia en redes" (el argumento fácil de la izquierda para evadir la responsabilidad), sino por la soberbia y el distanciamiento del gobierno de Boric. La ciudadanía sintió que el "mandatario del pueblo" les había dado la espalda, tramitando solicitudes sin escuchar la esencia de las preocupaciones. La señal más clara de soberbia fue el 4 de septiembre de 2022, cuando tras el rechazo constitucional, los defensores del "Apruebo" denostaron al votante popular tildándolo de "ignorante con Síndrome de Estocolmo". Esta falta de autocrítica se repitió en 2025: las manifestaciones de izquierda surgieron horas después del triunfo de Kast, pero perdieron legitimidad al contrastar con su silencio ante las alzas y el desorden durante el gobierno de Boric. El discurso del Estallido Social por los $30 del Metro de 2019 se ha caído. El electorado votó por Kast, conociendo su ideario y a pesar de las etiquetas de "nazi" o pinochetista que se le han impuesto, porque predominó la idea de un "Gobierno de emergencia" que ofreciera CAMBIOS CONCRETOS en seguridad, empleo y probidad. El mensaje es el del Voto de Castigo en su máxima expresión: “Si no resuelves mis problemas, ¡simple!... te saco”.
La Superioridad Moral que Rompió Puentes
El período de Boric fue profundamente marcado por una cultura de la Superioridad Moral y la Intolerancia, que fracturaron la conexión con la base social:
Doble Estándar en la Violencia: El hallazgo de un cuerpo en el Mapocho (Enero 2024) generó polémica. Al trazar la analogía con la dictadura, la izquierda intentó "bajarle el perfil" a la gravedad del hecho policial distinguiendo entre “Ejecuciones por agentes del estado” y “Ajustes de cuentas”, mostrando que la condena dependía del agente ideológico.
Intolerancia a la Duda: La encuesta neutral de Pasan Cosas tras la muerte de Piñera (Febrero 2024) y la opción "No lo exime de responsabilidades" fue respondida por la izquierda con etiquetas de "fachos", evidenciando una intolerancia radical al matiz. La masiva despedida popular a Piñera es la prueba de que el concepto de "violador de DD.HH." no permeó en toda la base social.
El Discurso Feminista Desacreditado: El caso de abuso sexual que involucró al Subsecretario Manuel Monsalve (Octubre 2024) y las denuncias de supuestas amenazas a la abogada María Elena Santibáñez, sumado al abandono denunciado por la madre de la víctima, desnudaron la hipocresía del "Gobierno Feminista".
Censura y Doble Estándar: Desde los "juicios tipo latigazo" que tildaron de "pedófilos en potencia" a quienes comentaron la vestimenta escolar (jumper) de la ex pareja de Gabriel Boric, Irina Karamanos en 2022, hasta la denuncia de Juan Antonio Kelly (Koncevisión) en mayo de 2024 sobre la censura a sus medios digitales frente a la impunidad de quienes incitaban a quemar comisarías en TikTok. Las querellas de la diputada comunista Carmen Hertz y del alcalde de Penco Rodrigo Vera contra Kelly solo refuerzan la percepción de un doble estándar.
Ataques por Cuestionamientos a Campillai: Las suspicacias (no confirmadas) de adherentes republicanos respecto al diagnóstico de la Senadora Fabiola Campillai y los ataques de intolerancia que reciben quienes ejercen el derecho a la duda, demuestran la profunda polarización y la intolerancia a cualquier cuestionamiento que toque los símbolos de la izquierda.
El Pronóstico 2026: La Prueba de Fuego del Orden y el Riesgo Político
José Antonio Kast, líder de una facción más dura y con notoria distancia de la derecha tradicional (como Evelyn Matthei), asume con la promesa de una agenda de orden estricto y seguridad, impulsada desde 2017.
El Factor Económico (Shock y Narrativa): Kast ya advirtió sobre un "Shock económico" inicial, consecuencia de la inestabilidad dejada por Boric. La izquierda lo aprovechará para deslegitimar el proyecto (siguiendo la narrativa de Javier Milei en Argentina) y acusar ineficiencia.
La Auditoría, Primer Acto de Probidad: La promesa de aplicar una AUDITORÍA a todo el ente fiscal es su herramienta más poderosa e inmediata para restaurar la confianza y atacar la corrupción percibida en el gobierno saliente.
El Riesgo de Estallido 2.0 y la Doctrina Bukele: El temor a un Estallido Social 2.0 es real. Sin embargo, Kast ha simpatizado con las medidas del Presidente Nayib Bukele y se espera un control policial estricto e implacable, superior al de Piñera. Kast ha establecido el límite "cuerdo y humano": la gente tiene derecho a manifestarse, pero no "quemar propiedad ajena ni tirar piedras". Esto podría reducir las protestas violentas a costa de aumentar la tensión latente y dar pie a la "persecución política" que sugirió Teresa Marinovic.
El Talón de Aquiles: La Capacidad de Acuerdos: Su principal debilidad política es su origen en una facción dura. Analistas intuyen que su supuesta incapacidad de lograr acuerdos con otros sectores del país, en un Congreso ya polarizado, podría ser su Talón de Aquiles y dificultar la materialización de reformas estructurales.
Finalmente, es crucial recordar que Kast merece la prueba de fuego de la gestión. Al igual que con Sebastián Piñera en 2010, quien enfrentó prejuicios por ser el primer presidente de derecha pos-dictadura y ser tildado de "lucrador", y sin embargo, logró la reelección y fue despedido con un afecto popular masivo. El éxito de Kast dependerá de si logra materializar el orden, la probidad y la seguridad que la ciudadanía exige. Si fracasa, el mismo voto de castigo que lo alzó lo derribará.



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