En julio de 2007 Walter Wendelin, delegado para América Latina del movimiento independentista vasco Batasuna (brazo político de ETA), fue invitado por el Frente Popular Manuel Rodríguez (FPMR) para reunirse con Héctor Llaitul y José Huenchunao, cuando éstos estaban presos dentro de la cárcel de Angol. En la oportunidad, el español “no descartó que pudiera generarse una colaboración entre Batasuna y organizaciones mapuches, con el fin de ayudar a mantener elementos de identidad como sus lenguas y sus costumbres", pero a cambio de que el FPMR chileno apoye la lucha que tiene la ETA por independizarse como nación. Esto forma parte de una estrategia en conjunto con el presidente de Venezuela Hugo Chávez, según José Machillanda, analista militar venezolano, porque desde Caracas sus enviados están preparados con material de adoctrinamiento que no aplican en la Araucanía, también en otras zonas indígenas en Bolivia y Ecuador. En agosto del 2009 cinco activistas vascos fueron identificados por el gobierno de Chile, los cuales se comprobó que mantenían relación con la Coordinadora Arauco Malleco. Eran: Asier Lauzirika Alonso, Eztizen Uraga Nogerol, Iker Ibáñez Goikoetxea, Julen Zulaica Alcorta y Sylvie Aguergaray. Las aduanas nacionales negaron el ingreso de estos a territorio chileno cuando estos venían de Argentina tras comprobarse que estas personas no estaban en Chile por fines turísticos, meses atrás ya estaban en la IX Región paseando como turistas, un dato confirmado por la entonces ministra Secretaria Gral., de Gobierno Carolina Tohá. Formaban parte de la ONG izquierdista abertzale Askapena, y según los servicios de inteligencia estos están adiestrando a los comuneros mapuches en el uso de armas de fuego y tácticas guerrilleras En agosto del 2010 surgieron rumores de un posible vínculo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, datos enviados por la justicia colombiana a su par chileno pero negados por la CAM y sus adherentes, pero tiempo después la justicia reconoció que este supuesto vinculo FARC-CAM no era del todo cierto. Las pruebas enviadas desde Colombia eran testimonios de ex guerrilleros (uno de ellos menciona al comunero Daniel Canío Tralcal), y varios fotos (se dice que en el pendrive de Mauricio Huaiquilao estaba la foto de una guerrillera colombiana).
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