(Mateo, capítulo 19. Versículos 16-24)
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Como decía mi abuelita NUNCA HABLES DE POLÍTICA, NI DE RELIGIÓN.... |
Esta cosa de la religión tiene una
trascendencia espiritual (más que material). El llamado que Jesús hizo durante
su paso por Israel, hace dos mil años, tiene que ver con que debíamos postergar
todo lo que nos ataba para poder difundir su mensaje y a personas que pasaban por
dificultades espirituales. En el fondo el alimento espiritual se daba con dejar
de ser superficiales, y ser al mismo tiempo más humildes.
Este relato bíblico hace referencia de cómo un joven rico (que en el lenguaje de nuestros tiempos pasa a ser ¡algo así! Que un “Zorrón”) le consultaba a Jesús sobre que caminos seguir para alcanzar la vida eterna, un encuentro con Dios después de la muerte carnal. El hombre más idolatrado de la cultura occidental (Jesucristo) responde con que debía cumplir con todos los mandamientos. El joven dice que cumple con aquello. De ahí el Nazareno lo invita a que sea uno de sus apóstoles, que deje todos sus bienes y lo siguiera. Recordando que sus 12 discípulos (antes de conocer a Jesús) también tenían su propia vida pues, y ellos entendiendo la relevancia del Mesías para sus vidas, no cuestionaron ni un segundo en postergar sus familias para cumplir una misión bíblica importante que logró dejar huella dos mil años después. Ahora, ¡hay que decirlo! Esa misión jamás ha sido fácil.
Volvemos al lema de que muchos predican la palabra de Dios, pero pocos son los que en realidad encuentran la salvación. Porque como bien dice el dicho, “SE VEN CARAS…..PERO NO CORAZONES”.
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