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viernes, 19 de abril de 2019

Especial SEMANA SANTA 2019: Entrevista al Padre Cecilio de Miguel, ex-párroco de la UCSC


Quiere seguir en la ciudad hasta el último día de su existencia
Padre Cecilio, un sacerdote español encantado con Concepción

Criado en una familia católica ya tenía la vocación del sacerdocio siendo un niño de seis años, cuando su profesora le preguntó en clases sobre que iba a hacer en el futuro. Hoy lleva 26 años en Concepción, siendo la única diócesis donde se desempeña en Chile.
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El padre Cecilio de Miguel cumplió 79 años de edad el pasado domingo 24 de septiembre (-del presente año). Quien hoy se desempeña como canónico penitenciario de la Catedral de Concepción, y además como director espiritual del Seminario, nació en la localidad de “Bustillo del Páramo” (ubicada en la Provincia de Palencia, España) un año 1938.
Su vocación por el sacerdocio ya estaba, cuando el padre Cecilio de Miguel era solamente un niño. Contó: “Cuando yo tenía seis años, y me preguntó una profesora que quería ser, yo le hice referencia que yo quería ser sacerdote”. Considerando, desde luego, que fue criado en una familia bastante comprometida con la iglesia católica.
Es posible entender su permanente apego al evangelio si se considerada el contexto de su pueblo natal, cuyo nombre oficial es “Bustillo del Páramo de Carrión” y que tiene apenas 63 habitantes (Que sólo es equivalente a la de una aldea rural chilena). Un lugar  tranquilo y campestre, fuertemente arraigado por el antiguo feudalismo medieval, donde por cierto la iglesia tiene bastante presencia. Desde 1960 su población sólo ha disminuido, de 294 a 63.
“Recuerdo cuando mi mamá preparaba la cena. Yo soy el mayor de ocho hermanos, y mi papá me tenía en brazos mientras todos rezaban el rosario. Allí había otro hermano mío que era dos años menor que yo. La verdad es que de mi infancia recuerdo muchas cosas, pero una de ellas es que yo iba todos los días a misa, ayudaba a cobrar la eucaristía. Todo eso es fruto de una familia que quería ser cristiana”, confesó.
Dicha vocación nació cuando un compañero de clase le preguntó: “¡Oye!, ¿y no has pensado nunca que Dios te puede llamar al sacerdocio?”. Con el correr del tiempo el padre Cecilio empezó a considerar tal sugerencia que aceptó asumir esta bella labor de servir a Cristo.   
Cuando tenía 12 años entró al Seminario de Palencia para formarse como sacerdote, donde estuvo ocho años para luego continuar con cursos de Filosofía y Teología. Contó: “La vida del seminarista se estructura en dos realidades, la piedad y el estudio (…) allí uno reza, y reza mucho. Se hacía misa todos los días”.
Su vocación fue tan fuerte que en el Seminario siempre había un sacerdote encargado quien diagnosticaba el interés de los jóvenes. “
También hay momentos en que uno entra en dudas, ¿Será esto lo mio?, y por eso dentro del seminario y de la formación de los seminaristas, pues está la dirección espiritual. Es el sacerdote quien normalmente es quien te indica: ¿Qué es lo que Dios puede querer de ti?. Y cuando tu le dices: ¡No!, es que me parece que Dios me pide otra cosa (…) ¡Es mejor que dejes el seminario!…porque se ve claro que esto no lo es tuyo”. 
A inicios de los años 60´s comenzó su carrera como sacerdote, desempeñándose en España hasta mediados de los 70´s. En este período tuvo la oportunidad de partir a Perú, de no ser porque la salud de su mamá se deterioró en Pamplona, quedándose en Europa hasta su fallecimiento.
Posteriormente cruza el Atlántico emigrando así a Argentina, específicamente a la ciudad de La Plata. Allí formó lazos con el arzobispado plántense, siendo sacerdote en ese país por 16 años. 
Pero una invitación que recibe desde Chile, por parte del padre Eliseo Escudero (Cuando aún estaba en Argentina), lo motiva para partir a nuestro país en 1991. Contó: “El primer rector que tuvo la Universidad Católica de Concepción, cuando se independiza de la Pontificia, el padre Escudero es un pariente mio. Entonces nos cruzamos una carta y él me invitó. Llegué, me entusiasmó Concepción y aquí llevo ya 25 años”.

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