Sobre el concepto “amor” ha surgido siempre el debate, y sobre todo en el último tiempo cuando la hetero-normalidad muestra su peor cara (violencia intrafamiliar, infidelidades, entre un montón de hechos semejantes).
La dicotomía clásica se da entre sus visiones de índole “superficial” (tratado sólo a la relación de pareja) y otra de índole más “amplia” (Cuando asumimos el amor hacia otro tipo de relaciones humanas, no necesariamente carnales, como padres, hermanos, amigos, mascotas, ancianos, etc.). Pero aun con sus diferencias, en ambos casos, ese sentimiento de amor debe nacer espontáneamente.
No podemos negar que cuando el amor de pareja fluye por los poros de los dos amantes, es algo que ellos deben aprovechar porque es una de las misiones que tienen en la vida. Pero la postura más inclusiva del amor está ganando bastante aceptación, no solo por lo tóxica que pudiera resultar una relación de pareja (si es que en algún momento murió la flor), sino también por lo excluyente que llega a ser la heteronormalidad con aquellos que tengan dificultades para formar una relación amorosa.
Acá hay tres puntos. Violencia e infierno en la relación (Cuando alguno de los dos no se siente bien), prejuicios retrógrados contra el amor homosexual, y además la segregación simbólica contra personas que han tenido obstáculos para conocer el amor. Esas tres cosas han hecho que el amor superficial (bastante ligado al placer) esté tomando aires más negativos, todo aquello ha propiciado también los cambios espirituales aun latentes a inicios del siglo XXI.
Podríamos sumar también los canones sociales, que también generan chocas en la población “Millenial”. Hay mujeres de 30’ que aun no son madres, y quizás no tengan ganas de serlo tampoco, intuyendo en un sin fín de responsabilidades que deberán tener al momento de parir una criatura. Muchas de ellas suelen ser presionadas en su entorno familiar, cuando aun no están pololeando. Eso es lo chocante, que las cosas se hagan por presión de terceros y no porque el romanticismo surja desde su corazón.
En una mirada ya más espiritual, se define el amor como un acto de entrega. ¿O porque creen que se dice siempre “DIOS ES AMOR”? Porque en el momento del Via Crucis, Jesús entregó lo mas valioso de sí para el perdón de nuestros pecados...que fue SU VIDA. En el fondo se entregó a la muerte, como un plan elaborado por su padre celestial, y ese fue el sacrificio más grande que un ser carnal haya podido hacer...como un acto de entrega.
Así como ahora hay mucho hedonismo, egoísmo e interés (predominante material), razones sobran para que muchas mujeres desconfíen si el pretendiente realmente ¿ama? A esa persona.
Esperemos que esta reflexión les genere conclusiones trascendentes, en cada lector de este simple y honesto comentario.
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