En las últimas horas, usuarios de Twitter (En las redes sociales) criticaron duramente el doble estandart de la izquierda, pecaron tanto de "SOBERBIOS" que terminaron por no convocar a la población en su propia labor constituyente.
También pasó que la gente no le tuvo confianza al borrador. Con el propósito de revertir todas estas situaciones, se hace necesario generar UN EQUILIBRIO IDEOLÓGICO si el Estado acepta crear una nueva Convención Constitucional. Todo en la lógica de CONCRETAR LOS CAMBIOS, PERO SIN PERDER LA ESENCIA DE LA NACIÓN CHILENA. Romper con todo tipo de monopolio ideológico, que genere temor en las personas.
La clave del éxito estarían en el EQUILIBRIO, en la TRANSVERSALIDAD y en la REPRESENTATIVIDAD. Cosa que cada chileno, sin importar su circunstancia, haga suya esta nueva Convención Constitucional muy necesaria para los cambios que miles y miles de compatriotas han reivindicado por años.
El Domingo 4 de Septiembre (recién pasado) ganó el Rechazo, logrando así que el borrador redactado en la pasada Convención Constitucional terminara sin efecto para ser aplicado en el orden de nuestro país. ¿Cuál es el panorama ahora? Se discuten ya dos tipos de iniciativas que en este minuto generan divergencias entre varios sectores políticos. Mientras partidos de centro defienden la chance de una nueva Convención Constitucional, la ultraderecha se muestra en completo desacuerdo con cualquier otra tentativa constituyente y con el fin de que la carta magna vigente siga rigiendo el país por mucho tiempo más.
Sin embargo, uno de los elementos que gatilló el Rechazo transversal (al borrador) fue el aparente predominio ideológico de izquierda en la pasada Convención. Primó en la gente cierto temor de que lo poco y nada de orden o estabilidad en el país podía debilitarse con el nuevo paradigma plasmado allí, casi como que detrás de todo el discurso “buenista” plasmado en los artículos del borrador hubiera una presunta intención de gobierno totalitario (al modelo bolivariano de Venezuela y Bolivia, muy cuestionado). Entonces el gran reto para la próxima Convención 2.0 es generar un ambiente de completo equilibrio.
¿Se acuerda que en la pasada convención hubo escaños reservados por género, y también para pueblos originarios? Bien, una forma de evitar gruesos errores o defectos de la pasada convención como el del Monopolio ideológico es incentivar LOS ESCAÑOS RESERVADOS DE REVANCHA. ¿En que consiste eso? Cierto es que hay una fecha en que se realizan elecciones para elegir constituyentes, y por cada zona hay candidatos que obtienen mayor cantidad de votos. A simple vista, podríamos decir que los mas votados merecieran ejercer como constituyentes. ¡Bien! El riesgo es que volvería a repetirse el escenario de la convención anterior, puesto que los candidatos de izquierda alcanzaron mas votos. Si la idea es ganarse la confianza de la gente, debemos llenar un 45% del pleno con candidatos del otro bando político que no consiguieron los votos para ganar las elecciones. Pero ante esta balanza equilibrada que la nueva convención necesita, debiera considerarse un segundo criterio (o Plan-B post-elecciones) para rellenar la otra parte de la Convención y con candidatos de sectores que obtuvieron menos votos.
Al final la ciudadanía pide cambios, y sí es necesario redactar una nueva constitución acorde a los nuevos tiempos. Las claves de este nuevo pleno ideal deben ser el equilibrio, la transversalidad y la representatividad. Además los nuevos constituyentes deben acoger las problemáticas del Chile real (Derechamente escuchar a la gente, sin importar su grado o nivel de privilegios en la sociedad), sin dejarse llevar por proyectos maquinados desde el exterior (desde alguna elite en particular) y mucho menos acatando propuestas de organismos internacionales. También debiera considerar una rebaja radical de la dieta, donde cada constituyente reciba un salario único y sin agregados (Quien quiera costearse a algun asesor, debe ser financiado desde su propio bolsillo y sin acudir a recursos públicos), así también procurar que los nuevos redactores no hayan ejercido jamás en el proceso anterior para así abrir oportunidades a nuevos liderazgos.
Además de esta propuesta para ajustar la balanza, debiera crear más escaños reservados con el fin de hacer más transversal la participación como contando con constituyentes adultos mayores, de personas que tengan alguna condición (discapacidad) o incluso de trabajadores rurales cuyos ingresos salariales no superen los $500 mil mensuales para así acercarse a los sectores más vulnerables (y humildes) de Chile.
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