Una mañana cualquiera en la universidad, el profesor estaba por comenzar la prueba en la sala cuando la puerta empezaba a sonar. El académico parte hacia la puerta para ver quien era, uno de los estudiantes algo agobiado estaba afuera en el pasillo.
Profesor (Algo enojado):- ¡Pase!
Estudiante:- ¡Permiso!
Y el joven camina hacia su asiento.
Luego el profesor da las instrucciones para el certamen, y después empieza a repartir las hojas a cada asiento.
El mismo estudiante quien había entrado exhausto se empezaba a quedar dormido. Cuando el profe deja la hoja, le pregunta al joven.
Profesor:- ¿Se siente bien Sepúlveda?
Estudiante:- Si profesor, ¡no pasa nada!
Profesor:- ¡Éxito en la prueba!
Estudiante:- ¡Gracias!
-
Comenzaba la prueba. Mientras el resto del curso la respondía en silencio (Aunque más de alguno iba con los torpedos). El estudiante se empezó a quedar dormido en toda la prueba, ni siquiera tuvo energías para tomar el lápiz.
Una hora después, todos empiezan a entregar sus pruebas mientras el profesor se despide de cada estudiante que se retiraba. Aunque Sepúlveda seguía quedándose dormido, algo que al profesor le llamó harto la atención.
El profe se para de su asiento, y le habla al estudiante.
Profesor:- ¿Sepúlveda?
Sepúlveda (El estudiante):- (Estaba recién despertando) ¿Ah? ¿Qué pasó?
Profesor:- Terminó la prueba, todos sus compañeros la entregaron. Le falta usted ¿Se siente bien?
Sepúlveda:- Profesor, disculpe el exabrupto. ¿La puedo dar la otra semana? por favor
Profesor:- ¿Y a usted que le pasa oiga? Esta prueba la fijamos a inicios de año, ¡no se me suba por el chorro ah!?
Sepúlveda:- ¿Quiere que le diga la verdad?
Profesor:- Me haría un favor enorme. Pero apúrese que los auxiliares van a cerrar la sala ¿Qué pasa?
Sepúlveda:- Pasa que estaba a punto de acostarme anoche, cuando un vecino llegó a la pobla donde yo vivo, con su famoso camión casi a las 1 de la mañana. Era trasnoche de lunes, pero el ruido del motor era atroz....las calles estaban vacías, pero él era el único que seguía dando jugo.
Profesor:- ¿Ya?
Sepúlveda:- Y yo pensaba que el vecino ya había llegado a su casa, pero igual echaba a andar su motor durante haaarto rato, el boche penetra a mi pieza. ¡Cht¿! Le pone cualquier color cada vez que llega. ¡Como si no fuera suficiente la forma de como burrea en la semana!...no la corta nunca.
Profesor:- ¿Ya?
Sepúlveda:- Y finalmente entró a su casa, todo bien de primera. Entretanto yo aprovechaba de ir al baño, cuando ¿¡al rato!?, ya a las 2 de la mañana ¡adivine! el mismo vecino volvía a salir de su casa para volver a hacer andar el motor. A altas horas de la noche volvía a manejar, y con el estruendo del camión se sentía que se iba yendo del barrio. Es que a medida que se alejaba de la pobla, se sentía el boche a unas cuatro o cinco cuadras de distancia.
Profesor:- ¿Y?
Sepúlveda:- Luego eran las 3 de la mañana, y ¡adivine!....el famoso camioncito volvía a la pobla. Era el mismo vecino quien había llegado a la casa. Antes de bajarse se sentía el motor, luego apaga la bulla, se baja, cierra la puerta del camión, abre el portón de su casa y entra.
Profesor:- ¡Vaya vaya! ¿Y porque tendría que creerte esa historia? ¿Mmm? En mis 30 años como académico universitario he escuchado este tipo de chivas. ¿Porque no me dices la verdad hombre? ¡Ya! Dime que no estudiaste para la prueba, en vez de darte el trabajo de contarme el cuento de tu vecino y del camión ¡¡Estudia será mejor!!
Sepúlveda:- Es que si estudié para la prueba. Si el problema es que me quedé dormido, porque el vecino con el camión metía ruido toda la noche poh' profe.
Profesor:- Responde esta pregunta, ¡es parte de la materia! ¿existe en Chile una normativa para controlar el ruido molesto de un camión?
Sepúlveda:- Si, es la norma para la emisión de ruido para vehículos motorizados.
Profesor:- ¡Ya! ¡Me convenciste! Te ofrezco nota, ¿te sirve un 5,0?
Sepúlveda:- Pero claro profe! Obvio que si.
Profesor:- ¡Vaya! Tan rápido despertaste. Ya hombre, obtienes nota 5.0 ¡Retírate! Nos vemos en la próxima clase -
BONUS TRACK
Otro relato: El camión nocturno
Sepúlveda vuelve a aparecer en esta otra historia, pero esta vez el relato ocurre en su propia casa.
En otra noche cualquiera, son las 3:20 AM del trasnoche de un lunes cuando el joven leía un libro tranquilo hasta que de repente vuelve a sentir a distancia el motor de un camión, manejado por el vecino quien parece persistente e insaciable, mientras el resto de la comunidad pernocta en sus dormitorios.
Sepúlveda no lo piensa dos veces y sale a mirar al antejardín. Apenas el vecino se bajaba del camión lo empieza a saludar, pensando que le agradaba al morador en pijama.
Vecino:- (En tono simpático) ¡Quiubo vecino! ¿A esta hora despierto?
Sepúlveda:- (Muy enfadado) Lo mismo podría decir de usted, le recuerdo que el comercio cierra antes de medianoche.
Vecino:- ¿¡A ver a ver!? ¿¡Qué pasó!? ¿Hay algún problema aquí?
Sepúlveda:- Pasa que usted es muy jugoso, puedo entender que el ruido lo meta de día, ¿pero porque a esta hora? si no quiere descansar, al menos deje reposar un poco a su camión
Vecino:- Ya, me colmaste ¿¡Qué cresta te pasa weón!?
Sepúlveda:- ¿Sabe lo que puede hacer? Vayase a freir monos a la China !!
Vecino:- ¡Cht'! ¿Qué te creis' weón?
Sepúlveda:- Si poh, haga eso. ¿¡Sabe porqué!? Porque al menos a esta hora, es de día allá en Beijing -



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