Créditos: La foto es de Leonardo Jara, concejal de la comuna de Penco (Facebook). |
Bueno,
el asunto es que la autoridad comunal (en sus tiempos libres) aprovechó de
tomar fotografías mostrando dos cosas: la cara bonita y la cara fea. ¿Qué ha
sido lo destacable? Las aves que vuelan en el lugar, pues hoy en día
aficionados a la fauna buscan repotenciar algunas riquezas naturales que tiene
Penco. ¿Y qué es lo feo de todo esto? La cantidad de basura que se ve en varios
rincones de este camino, utilizado por algunos vecinos y con un mínimo flujo de
autos (aunque siempre en condición de abandono).
Si
bien hubo un intenso trabajo de limpieza comunitaria varias semanas después (lo
que es una labor digna de destacar), algo pasó en la nublada tarde de este
Sábado 7 de Agosto. Como ya se sabe, Penco está en Fase 3 como en la mayoría de
las comunas del Gran Concepción y son instancias para salir a respirar tras
largos e "hipócritas" meses de confinamiento. Tras cruzar la línea
del tren, y empezar a apreciar los predios menos densos de la comuna, nos
encontramos con sorpresas muy desagradables. En los primeros tramos del camino
hay varios acopios de basura. Pero lo que más llamó la atención fue un tumulto
de "porquería" ubicado a la altura del pantano que colinda con el Rio
Andalién (antes del bajo-nivel de la Ruta Inteportuaria). Fijense que allí
habían muchos textos escolares botados, junto con otros cachureos que se veían
allí. Obviamente que por un asunto de higiene no es para nada ideal recoger
estos libros con la mano ¡obvio! sino que con el pie se podían mover las hojas
de estos materiales educativos, en su mayoría eran de enseñanza básica. Había
otro para "estudiante" de liceo, que era un libro de Lenguaje
(Segundo medio) ¡Una pena!
El
planeta ya está lo suficientemente dañado, como para más encima atreverse
siquiera a seguir contaminando nuestros rincones.....porque ya el hecho de
botar basura es moralmente inaceptable (de la misma forma como se abandonan a
las mascotas). Pero hay dos formas de ensuciar una parte que no tienen perdón
de Dios, al menos quien redacta esta columna no tranzaría jamás con aquellos que
botan la comida....considerando que en Chile (y en otros países) hay hambruna.
Además tampoco podemos ser tan canallas de botar textos escolares, o cualquier
tipo de libro en realidad, tomando en cuenta que lo urgente hoy en día es
acercar la educación a las personas (no por asunto intelectual solamente, sino
que más bien en el ámbito de formación valórica). Recuerden que un material educativo es una
herramienta de escala social para los jovenes, si pretendemos mejorar este
mundo que ya de por sí está lleno de barreras u obstáculos....al menos seamos
mas dignos y donemos estos libros a quienes realmente lo necesitan.
Ahora,
es entendible que en cada una de nuestras casas tengamos muchas cosas que no
sirvan. ¿Si buscas evitar padecer un Mal de Diógenes? ¡Perfecto! ¡Desocupa tus
muebles! Pero en vez de ensuciar humedales o pantanos, mejor dona los libros.
¿Tienes cuadernos viejos? ¡Recicla! Hay muchas partes donde puedes reciclar
esas hojas que claramente te ocupan espacio. Incluso, hay comunas donde se ha visto
una gran preocupación de instalar contenedores de basura. Es cosa de recorrer
la playa de Penco, ver cuantos tachos instaló la municipalidad a lo largo de
toda la extensión ¿¡Y usted cree que la gente aprovecha esos receptáculos!? Hay
contenedores que están vacíos. Dicen que el problema aquí es la raza,
¡pongámoslo en duda!
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