Anécdota: Los derechos de uno terminan
cuando empiezan los de otro
¿A
quién no le ha pasado que el día amanece bonito, y que con eso nos sentimos
motivados para caminar tranquilos en la calle?
Hasta que en la vereda toca por casualidad que transitamos fuera de un negocio, y justo nos desconcentramos cuando adentro….un hombre sale silbando con un volumen muy fuerte. Hombres de entre 40 y 60 años suelen silbar, y aunque no lo hagan con mala intención terminan hostigando a quienes ejercen su derecho de transitar libremente por la vía pública.
Hasta que en la vereda toca por casualidad que transitamos fuera de un negocio, y justo nos desconcentramos cuando adentro….un hombre sale silbando con un volumen muy fuerte. Hombres de entre 40 y 60 años suelen silbar, y aunque no lo hagan con mala intención terminan hostigando a quienes ejercen su derecho de transitar libremente por la vía pública.
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