Concertacionista condicionada (POLÍTICA)

Existe el dicho: “El fin justifica los medios”, para resumir el camino que toman algunos con el fin de lograr el éxito, muchos hacen cualquier cosa para ver que le vaya bien en lo que se proponga. De la misma forma como un niño vende limonadas en la calle, donde aquí espera algo más que solo recaudar fondos, también alcanzar el éxito si es que logra convencer a la gente para que compren su bebida.
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E independiente de que la candidata Michelle Bachelet (PS) sea buena o mala persona sus promesas de campaña obedecen a una lógica que la aplican los otros candidatos presidenciales, los votos. Últimamente dice que si gana estas próximas elecciones gestionaría en su eventual gobierno la posibilidad de convocar a una Asamblea Constituyente, todo en discusión de una nueva constitución política para el país y que remplace así a la vigente, la de 1980. Y una idea que no nació en la Concertación, sino que de una izquierda más independiente, y desde mucho antes que Sebastián Piñera ganara las presidenciales del 2009.
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Los más críticos ubican tanto a la Concertación como a la Alianza como “la derecha” dentro del mismo saco, y todo por tratarse de dos grandes duopolios políticos chilenos. Una cosa es que la ex presidenta prometa reformas progresistas y que así gane los sufragios, pero ¿Cuáles son sus condicionantes? Cuando el político llega al poder ya no solo debe negociar los votos con el pueblo, también debe defender intereses con la elite empresarial, la candidata debe entrar en consenso con sus camaradas, y no olvidemos que dentro de la Nueva Mayoría está la Democracia Cristiana (DC). 

En el fondo, ¿Cuánto demoraría una candidata que ya fue presidenta, en ejecutar estos radicales cambios?