Sólo
que la diferencia aparente entre el católico y el evangélico se da bajo el
"nivel de fanatismo".
Un
católico parece poner mejor sus cosas sobre la balanza, entre sus derechos
naturales de desarrollarse como persona (terrenal) y su pausa semanal de
agradecer a Dios (Ir a misa por una hora, cada domingo).
Mientras el evangélico pareciera que debe rendir explicaciones al pastor, priorizando más su respeto al Señor por sobre el derecho humano a desenvolverse en sociedad (o al menos lo aparenta). La verdad es que esto de nombrar reiteradamente a Dios, es una "pantalla" más que un compromiso consecuente. Hay compañeros de la pega que en su perfil de Redes Sociales hablan mucho del evangelio, haciendo creer que su vida sólo gira en torno a eso. Aunque más allá de eso ocurre que no siempre lo vemos en su vida privada, a no ser que seas un amigo muy importante para esa persona. Eso de repetir (como loro) su entrega a la voluntad divina huele a hipocresía, a "fachada", ¡como que algo oculta! ¿¡Quién sabe!?
Con el tiempo vas escuchando algunos "cahuines" de ese evangélico perfecto, y al parecer tus suposiciones de presunta falsedad no estaban tan erróneas. Pasa que a veces llegan comentarios de infidelidades, tras la incesante mención a Dios en el perfil de Redes Sociales.
Incluso
los triángulos amorosos suelen ser más comunes de lo que parece, más aún cuando
los tres pecadores de la "cama" van a los cultos....y de hecho allá
se conocieron los tres. Quizás algún hermano evangélico pueda sentirse incómodo
con este comentario, pero han habido otros escapes de la carne que serían
consecuencia de llevar una vida muy estricta. Ahora, esto no significa que
todos los hermanitos le pongan el gorro a sus parejas. También hay cristianos
que son nobles de corazón, quizás los más honestos son los que menos nombran a
Jesús en la semana porque quizás su rendición de cuentas es espiritual.
Cuando la moral cristiana recuerda que en la vida debemos obrar bien, se valora más cuando la misericordia es espontánea y más aun cuando el samaritano no se fija en los prejuicios al momento de prestarle socorro (o hacerle algún favor) al prójimo. Llega a dar rabia que el nombre de Cristo sea de repente una fachada para ocultar cosas que son algo mundanas, aunque a la larga son rutinas que los hacen felices. Es tan irónico todo que por un lado critican la infidelidad o manifiestan intolerancia a quienes consideran "inferiores" (por ejemplo, la comunidad gay), pero detrás del banjo y de la biblia se mandan sus buenos perreos....aunque como buenos "pillos" ven el momento y la ocasión para "pecar".
Al final no es necesario repetir como loro "¡¡Yo me dispongo de tu voluntad Señor!!", cuando ¿¡si tienes la oportunidad!? puedes mandarte un desahogo....¿cómo? cometiendo algún pecadillo por ahí. Quizás por eso genera ruido que Dios sea el centro de interés en esa persona, cuando en otro contexto el mismo hipócrita suele ser egoísta a quienes éste considere inferior.
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