ESPECIAL PATRIMONIOS: Rere, un pueblo con más de 400 años de historia

 

 A 19 kilómetros de Yumbel, hacia los interiores rurales (en plena Cordillera de la Costa), se encuentra sin duda un pueblo mágico como lo es Rere. Un lugar que tiene apenas 350 habitantes, pero por esas cosas de la vida mantiene y cuida una genuina identidad de pueblo, mas aun cuando en épocas pasadas éste fue uno de los poblados mas importantes en la zona del Bio-Bío y hoy tiene más de 400 años de existencia.

Sus inicios datan de 1586, momento en que los conquistadores y colonos españoles paulatinamente se instalaban en las nuevas tierras (a más de 30 años de haberse fundado en Penco la ciudad de Concepción). El pueblo de Rere había sido fundado por el gobernador colonial Alonso de Sotomayor bajo el nombre de “Villa de Nuestra Señora de Buena Esperanza de Rere”. Inicialmente se instaló aquí un poblado con propósitos netamente estratégicos, ya que cerca (en la ribera norte del Rio Bio-Bío) se instalaban las fronteras militares frente al “Wallmapu”, todo en el contexto de la Guerra de Arauco. 

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A RERE SE LE DENOMINÓ EN EL SIGLO XVII "LA ESTANCIA DEL REY", PORQUE ESTE LUGAR ABASTECÍA A LOS FUERTES ALEDAÑOS PRINCIPALMENTE COMO GRANERO (ALIMENTOS). 

EVIDENTEMENTE RERE FUE EL POBLADO MÁS IMPORTANTE EN LOS VALLES DEL BIO-BÍO

 Como en los siglos XVI y XVII se instalaron varios fuertes cercanos (Como en Yumbel, Talcamávida, Santa Juana y Nacimiento), se le apodó a Rere como “La Estancia del Rey”, ya que varias de las producciones cosechadas en este punto (como el grano, la carne y caballos) eran enviados a dichos fortificados para proveer así a los militares coloniales.

Con el paso del tiempo, las relaciones entre “la corona” y los mapuches iban mejorando gracias al mecanismo de “los parlamentos”, y eso debilitó el rol de los fuertes que mas bien fueron propios de los primeros siglos. Así fue que hubo algunos cambios en el siglo XVIII, aun en la colonia, donde el gobernador “Antonio de Guill y Gonzaga” rebautizó el lugar como “Villa de San Luis Gonzaga de Rere”. Así fue que Rere pasó a tener condición de villa.

Durante la colonia Rere ya tenía algo de importancia en las divisiones geográficas del “Reino de Chile”, esto porque en 1765 se crea (entonces) el Corregimiento de Rere que sería algo así como un antecesor de la actual Provincia del Bio-Bío, este pueblo es mucho más antiguo que Los Ángeles.

Luego en 1786, aun en la colonia, se renombra este territorio como “Partido de Rere”. Este lugar pasó a ser cabecera de provincia, y dependían de este otros sectores aledaños como Santa Juana, Santa Bárbara, Los Ángeles, Santa Fé, Nacimiento, etc. Luego en 1823, ya con Chile independiente y republicano, se crea la Delegación de Rere de donde el pueblo “San Luis Gonzaga” (Como se le llamaba a este lugar) seguía siendo capital. Importancia administrativa que mantuvo hasta recién empezado el Siglo XX (1900) cuando se decide cambiar la cabecera a la vecina Yumbel.

Otro de los hitos experimentados en este lugar fue la instalación del “Banco Rere”, instalación financiera que inclusive imprimió sus propios billetes. Eso pasó a fines del Siglo XIX, entre 1889 y 1898. Así también debemos recordar la importante industria vitivinícola impulsada tanto en Rere como en sus predios aledaños (con la cosecha de la uva), bien se dice que por algún tiempo se desarrolló aquí la mayor producción de vino superando a competidores como Guarilihue, Quillón, Colchagua y Aconcagua.                                             

Hoy su comunidad saca real provecho de su historia, con la mantención de una propiedad tan antigua como la Casa Cano, la conservación del campanario católico (Cuya capilla fue construida en 1923, aunque con daños sufridos tras el terremoto de 1960), la plaza, el museo y un evento tan típico como lo es el Estofado de Rere (Que se realiza en cada “veranito de San Juan”).

Estos son los motivos para conocer y recorrer un pueblo aparentemente apartado, aunque con los vicios propios de la ciudad (como la delincuencia)...es mejor que Rere conserve por un largo tiempo más su tranquilidad característica, que hace de este pueblo un lugar único. Está demás decir que en torno al ya mencionado campanario hay reliquias históricas, dignas de destacar en el Día de los Patrimonios.