Antes de que leas este texto, se produce un mini debate en facebook:
Edith:- Consecuencia de vivir en una sociedad amplia y con derechos.
Autor:- Si, pero con otra persona converse que algunas veces se abusan de estas libertades y derechos....
Ahora sí, el texto....
Edith:- Consecuencia de vivir en una sociedad amplia y con derechos.
Autor:- Si, pero con otra persona converse que algunas veces se abusan de estas libertades y derechos....
Ahora sí, el texto....
Cuando
uno de repente baja del segundo piso y busca preparar una taza de té en la
cocina, suele ser normal que afuera (en la calle) transiten muchos vehículos.
Por ejemplo en una subida angosta suelen transitar 10 taxibuses en cinco minutos,
cinco que bajan en una dirección y los otros cinco se dirigen en sentido
contrario. Sumémosle algunos vehículos particulares, si mi casa está en una
esquina algunos vehículos se dirigen en forma horizontal y otros cuantos se
dirigen en forma adyacente. Puede perfectamente haber un mini-taco de cinco
autos esperando que en la calle principal dejen de transitar por un momento
“las micros”, y dentro de apenas cinco minutos ya pueden ocurrir si o si unos
dos o tres mini-tacos, de corta o larga duración. Pueden transitar un total de
25 vehículos por cada cinco minutos…..un Hyundai corre subiendo hacia el cerro,
y le siguen….una camioneta Mitsubishi, un auto Toyota, una micro, un Station
Wagon Hyundai, etc. etc. Y ojo que esto no pasa en Santiago, sino que en la
Octava Región. Aunque este panorama es entendible de día, y se da mucho en los
denominados horarios pick, el momento más infernal del día es cuando son las 19
Horas, el ruido es infernal y el ambiente está muy denso, puro aire caliente
(mucha presión). Debido a la cantidad de iglesias evangélicas que hay
cerca, esto no discrimina fines de semana y también ocurre en los días domingo.
Bienaventurados
los que viven en Porvenir o Caleta Tortel (Aysén).
Bajo
a la cocina, al primer piso, y justo cuando contento por la vida me dispongo a
calentar la tetera, de repente escucho un pitido, un bocinazo:
-¡Beeeppp!
Era
un bocinazo rápido, que duró un solo segundo, curiosamente el horario
pick ya se estaba terminando, las calles se estaban calmando un poco.
Si bien se podían ver a algunos transeúntes afuera en la vía pública no había
muchos vehículos transitando por el lugar, solo el vehículo Hyundai color
dorado que rápidamente bajaba, y como vio que la luz de la cocina estaba
prendida no dudó en tocar el bocinazo. Bajó muy rápido, apenas podía captar la
marca y el color, pese a la oscuridad porque ya se hacía de noche, pero en
cuanto a patente era muy complicado….. ¡Bajaba en forma de Zoom en un minuto!
La verdad es que ese bocinazo lo tocó muy fuerte para que dentro de la cocina
lo sintiera, molestó harto.
La
percepción es que del momento de alegría o de paz que se pueda sentir al
preparar el té, ese bocinazo realmente repentino logra desconcentrar a la
perfección. Esa tranquilidad lograda después de un rato de siesta se va, se
desvanece.
Horas
después uno intenta dormir en un dormitorio grande que tiene vista al mar,
hasta ahí todo perfecto, pero pasa que a las 3 AM un auto Hyundai color morado
sube arrancando al cerro por la misma calle donde pasó el auto anterior.
Alcancé a estar despierto, de hecho estaba desvelado.
No
había personas afuera ya que la gente normal suele dormir en sus horas de
sueño, no había otros vehículos transitando por la calle, solo ese Hyundai
subiendo hacia el cerro, el único mortal despierto a esa hora arrancando en la
calle. ¡Hasta ahí perfecto! Pero algo incomoda…..toca la bocina justo cuando
pasa por mi casa, y no me vengan de que es rollo mío porque no era la primera
vez que ocurre.
Consideremos
que durante el día, incluido los fines de semana, hay que casi esperar que sean
las 1 AM para poder respirar un poco de tranquilidad, tristemente la madrugada
es el único momento del día en que se puede sentir la tranquilidad de una
comuna que dice ser pueblo dormitorio. La ultima micro con recorrido llega al
terminal a las 00:30 horas aproximadamente, y los choferes de igual forma son
un tanto cómplices de estos ruidos acústicos. Es enfermante, la tranquilidad se
supone nos permanece sobrios, y el tema de la contaminación acústica debería
generar un poco de debate.
Pues
bien ese auto generó un pitido a las 3 AM cuando pasaba por fuera de mi casa.
Analicemos, en las casas de los vecinos la gente estaba durmiendo con sus luces
apagadas, y ni siquiera habían “curaditos” en las esquinas. Era
madrugada de lunes.
Y
esto pasa todos los días.
Hoy
es común ver en las grandes ciudades como Santiago, Concepción o Valparaíso-Viña
del Mar (Las tres superan el millón de habitantes) que la gente quiere
escaparse un poco al campo, reencontrarse con esos paradisiacos días nublados
de Junio con un lago de aguas cristalinas, arrancarse de ese ruido que deja
locas a las personas. Ya la ciudad no es el lugar ideal para ir a vivir, salvo
para quienes toda su vida han vivido en el campo. En Concepción por ejemplo
muchos quedan desencantados con la ciudad, a esto se suma el individualismo, el
estrés y hasta la prepotencia con
que atienden los comerciantes (lo poco cariñosos que se han puesto los
penquistas). ¡Quieren puro irse al campo!
Sin
embargo si alguien busca una periferia soñada para escaparse un poco de lo parco que es el vecino de Concepción
(quien irradia de una u otra forma un poco de mala vibra y mala onda) o de la
humedad que aumenta nuestra depresión, hay que pensar en muchos factores:
Microclima – Silencio – Tranquilidad – Acogida en el barrio, y otros más.
Penco
era el lugar ideal, pero con el aumento
de la población automotriz, con el exagerado crecimiento de autos en calles
céntricas y poblacionales de Penco, esta comuna deja mucho que desear a la hora
de ofrecer tranquilidad para los más agobiados penquistas que se cambian de
casa.
Está
claro que la única forma de poder aguantar con facilidad todos estos ataques
psicológicos por parte de los conductores silenciosos es simplemente “no
pescar”, aunque para eso resulta necesario hacer un habito, pues en esta afán
de buscar tranquilidad hay un momento en que podemos aguantar, ojo que si no
disponemos de hacer al habito podemos hacer un gran esfuerzo hasta lograr
aguantar, y ya a los dos o tres días perdemos la paciencia. Llega un minuto en
que nos agotamos, nos cansamos, quedamos chato, o en buen chileno: “nos
cabreamos”, “quedamos hasta la coronilla”. ¿Es que acaso no puedo bajar a la
cocina de mi casa a prepararme un té? Y lo más increíble de todo es que estas
personas tienen toda la libertad de hacer lo que quieran en la calle.
Cuando
un conductor, ya sea de taxibus o de vehículo particular, te ve preparándote
tranquilo tu tecito y te pitea cuando te ve por la ventana de tu cocina, con
las luces prendidas, si notas que es reiterativo claramente ves que es un acoso
psicológico. ¿Es sancionable? Si el badulaque lo hace desde la calle no por el
solo hecho de que lo hace desde la vía pública, y nadie es dueño de la calle.
¡Abuso!
Y
lo mas insólito es que esto genera resultados, hasta casi generar un lavado de cerebro, es triste que en tu
propia familia hayan personas que no te crean aunque seas lo más sobrio o
cuerdo para explicar. Esta es la parte más triste que me toca detallar, lo
asumo.
Antes
de contar en qué momento miembros de tu familia no te creen este asunto, quiero
poner de ejemplo un extracto de un capítulo de la serie The Simpsons, donde
Homero pasa por un momento parecido.
No
recuerdo bien como se llamaba el titulo de ese capítulo (Puesto que cada episodio es una historia distinta, no es un
seguimiento diario como se le haría a una telenovela mexicana o Dragon Ball Z).
La historia trata de unos marcianos que llegan a Springfield (la localidad de
The Simpsons), Homero descubre que estos bichos raros llegaron, pero estos
seres extraterrestres (los dos cíclopes gigantes con enormes tentáculos de
pulpo) tienen un mecanismo, para lograr
que nadie de los terrícolas le crea a Homero cuando éste quiera
denunciar sobre su llegada, ya sea a los medios de comunicación: le lanzan
un químico en todo su entorno corporal cuyo efecto principal es que cualquier
acusación que haga Homero sobre la llegada de estos marcianos simplemente
“nadie le crea”, producto del efecto que dejan los monstruos. Así fue que
Homero llegó al canal de televisión, al cuartel de policía, y a todas las
instancias, incluso en su propia familia…..¡Nadie
le creyó! Lo más interesante ocurre cuando estos marcianos logran hacerle
un lavado de cerebro al planeta
cuando se transforman en los candidatos a presidente de los Estados Unidos, uno
tenía la forma de Bill Clinton y el otro del candidato opositor. Ojo que los
marcianos usurpaban identidades falsas, mientras que los verdaderos estaban de
rehenes adentro del platillo volador de donde salieron. Homero intentaba
decirles a todos que los candidatos no eran tales, sino que extraterrestres
encubiertos. Nadie le creía a Homero, y los malditos lograban hacer su propia lavado
de cerebro.
Acá
es peor, porque esto no era ficción, era realidad.
Yo
le planteo el tema del ruido a otra persona conocida cuya identidad no la
quiero revelar.
Esta
otra persona me ve afligido y estresado, comienza a preguntar:
-¿Y
a ti que te pasa? Te noto decaído
-Es
que estoy chato de los pitidos de los autos
-¿Cómo
eso?
-Ahora
ni puedo bajar a la cocina tranquilo, siempre cuando me quiero hacer un té
viene el flaite del pasaje Sargento Candelaria a pitear en contra mía, no
entiendo cómo pueden pitear cuando no hay otra persona afuera, y cuando me ven
desde la ventana de mi casa. ¡Para colmo a la loca de mi mama le gusta tener las
cortinas abiertas! ¡Exhibicionista de mier….!
-Ya
tranquilo, ¿no le estarás poniendo color?
-¡¡Que
color!! Cuando nos cambiamos de casa pensé que Penco seguía siendo el pueblo
tranquilo, pero en pocos años el pueblo ha crecido y mucho-
-Es
que los tiempos cambian, los pueblos crecen
-A
mi me da lo mismo que cada uno progrese o se compre su auto, pero no me
molesten
-¡Oye
pastel!, tu tampoco eris el centro
del mundo
Y
el amigo finalmente no me creyó.
De
algo que sirve la literatura y la cultura entonces. Lo más seguro es que cuando
lean este testimonio ya los badulaques tras el volante dejen de molestar (se
hagan los lesos, y temerosos de que un reportero de Mega o bien un PDI
encubierto fiscalicen el tema prefieran no convertir una angosta bajada en la
calle mas sobretransitada del pueblo…generaría muchas críticas a las mas
indiferentes autoridades), y así por lo menos poder hacerme el café sin
molestar a nadie, y si lo siguen haciendo ya este cuento queda como constancia
(mas adelante puedo ir desenmascarando o desglosando más bien con otro
cuentillo, siempre manteniendo el grado de respeto)…..entiendo que la justicia
jamás hará nada, por algo escribo esta cuento, si dicen que tiene ficción es
cosa de ustedes, total solo es literatura.
¡Gracias
literatura por este sano desahogo!
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