Después del Estallido Social de 2019, pareció que el pueblo quería más cambios, pero luego, de a poco, una nueva corriente empezó a tomar fuerza: el antiestatismo, la idea de que el Estado es un estorbo que no sirve para nada. Lo vimos con el triunfo del "Rechazo" en 2022 y la gran cantidad de votos para candidatos que proponen reducir el papel del Estado.
- Primera vuelta de las presidenciales 2021. Kast obtiene la primera mayoría en 1° vuelta, sin ser siquiera el candidato de "Chile Vamos"
- 2022. Triunfo del Rechazo en el primer plebiscito de salida constitucional. Dejaría sin efecto un borrador que otorgaría derechos a los chilenos.
- 2023. Elección de constituyentes para el segundo proceso. Una inesperada e insólita mayoría de candidatos republicanos ganaron dicha elección, aunque esos serían votos de castigo contra el poder dado que el "establishment" criollo habría querido empezar con un Consejo Constitucional sin consultar previamente a los ciudadanos.
- Verano 2024. Aunque Sebastián Piñera siempre fue un político ligado a la centro-derecha, su velorio en la Catedral de Santiago recibió la visita de muchísimas personas quienes bajo el calor hicieron largas filas por la calle. Esto es muestra del arraigo popular que hoy tiene la derecha, muchas veces indicada como un sector más ligado a la elite neoliberal y empresarial.
- 2024. Elecciones municipales. Particularmente en la comuna de Concepción, el candidato socialcristiano Héctor Muñoz ganaría las elecciones (Partido político conservador que al año siguiente apoyaría la tercera candidatura del republicano José Antonio Kast).
- Primarias de la izquierda en 2025. Alta abstención a dichos comicios que eran voluntario. Sería una forma de castigar silenciosamente al actual gobierno de Gabriel Boric.
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Pero, ¿por qué pasa esto? En parte, es por las noticias que se ven en redes sociales, los bots que abundan en plataformas digitales (como X) que operan bajo la lógica de la Aguja Hipodérmica (táctica de manipular a la Opinión Pública), y también por los errores que ha cometido el gobierno actual: casos de corrupción, sueldos altos para algunos y la sensación de que las ayudas no llegan a quienes las necesitan. Esto hace que sea fácil creer que el Estado es un problema. Sin embargo, hay una contradicción grande en todo esto. Mucha gente que critica al Estado, en realidad, vive de las ayudas y beneficios que este mismo Estado entrega.
Los que más necesitan al Estado
A veces se nos olvida que el Estado no es solo el gobierno de turno. El Estado somos todos, y su función es ayudarnos, especialmente cuando las cosas se ponen difíciles. Pensemos en una persona que lleva meses o incluso años sin encontrar trabajo, una situación que puede pasarle a cualquiera, sin importar si tiene estudios o no. Para ellos, las ayudas sociales no son un regalo, son la única forma de mantenerse a flote y tener una oportunidad de salir adelante.
Programas de apoyo, subsidios y bonos, que a menudo son criticados, son en realidad la red de seguridad que permite que miles de familias chilenas puedan pagar el arriendo, comprar comida y seguir buscando un futuro mejor. Si bien es cierto que a veces las ayudas no llegan a todos, y que hay problemas en su gestión, la solución no es eliminar al Estado, sino mejorarlo para que funcione bien y de verdad ayude a quienes lo necesitan.
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¿Influencias externas en la política chilena?
La idea de que el antiestatismo es la solución no viene de la nada. Figuras políticas como el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han influido en el discurso de algunos chilenos. A pesar de sus políticas duras, como la deportación de migrantes, muchos lo ven como un líder fuerte que lucha contra la delincuencia. Otros referentes, como el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y el presidente de Argentina, Javier Milei, también son admirados por sus posturas firmes contra el crimen y la reducción del tamaño del Estado.
Sin embargo, a mediados de agosto de 2025, los graves incidentes de violencia en Buenos Aires (como los más brutales y salvajes actos de matonaje de parte de la barra de Independiente contra hinchas de la Universidad de Chile, quienes en la oportunidad se encontraban en evidente indefensión) pusieron en duda las ideas de Milei.
Curiosamente, las autoridades argentinas solo emitieron comunicados formales después de que el ministro del Interior de Chile, Álvaro Elizalde, visitara el país. Y horas antes la ministra de seguridad argentina Patricia Bullrich sólo se limitaba a culpar a la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires, queriendo hacerlo parecer como un simple conflicto político. Sólo que la posterior reunión con Elizalde (por mandato del Presidente Gabriel Boric) afortunadamente cambió un poco las cosas ¡Bueno! Esto dejó en evidencia que la forma en que Chile aplica el "Estado de derecho" es más sólida y organizada que la de un gobierno antiperonista y ultraconservador como el de Milei. Esto nos hace reflexionar sobre si estas ideas populistas realmente funcionan en la práctica, o si la teoría es una cosa y la realidad, otra.
La importancia de un Estado solidario
Es tiempo de que los políticos tradicionales nos recuerden la verdadera importancia de un Estado bien aplicado. Un Estado que no solo es un jefe, sino un socio solidario, que nos tiende una mano cuando la vida nos golpea. Necesitamos un Estado que garantice que todos, sin importar de dónde vengan, tengan una oportunidad justa.
La próxima vez que escuches a alguien criticar al Estado, piensa en las familias que sobreviven gracias a las ayudas. En lugar de pedir menos Estado, exijamos un mejor Estado, uno que sea transparente, honesto y que realmente trabaje para que a nadie le cueste llegar a fin de mes. Al final, no se trata de quién tiene más o menos, sino de construir una sociedad donde nos cuidemos entre todos.
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