Una pareja joven (de unos 35 años aprox.) puso una querella contra un escritor aficionado, quien en todas las noches acostumbraba a madrugar en su dormitorio. Si bien este artista no era imprudente, ya que pasado la medianoche bajaba el volumen de su radio, habían ruidos mínimos que molestaban a la pareja. Claro, algunos pasos (caminata) o sonidos del teclado eran un obstáculo a la inspiración que necesitaban dichos tortolitos.
Pero
este escritor, como todo un genio, tenía un tremendo abogado defensor.
Así
iba la cosa en el Tribunal Oral.
El
fiscal: Su señoría, los demandantes siempre aprovechan sus fines de semana para
consumar su amor. Pero el demandado tiene la costumbre de trasnochar hasta 3 o
4 de la mañana, todos los días, lo que implica un estorbo para la ya mencionada
pareja.
Juez: Perfecto fiscal, muchas gracias por su intervención (…) Ahora escucharemos al
abogado defensor del acusado. Estimado, proceda a su defensa.
Abogado
defensor:- Muchas gracias su señoría. Solo quiero decir que el reclamo de esta
pareja raya totalmente en la falta de empatía, en la ridiculez y en lo absurdo.
¿Por qué razón? En la falta de empatía, porque mi cliente debe armarse de
paciencia para aguantar los ruidos molestos en el día, vive en un barrio con
alto flujo de vehículos y no tiene los recursos para arrancarse a otra zona.
Entonces el pobre escritor debe esperar que sean las 1 AM, para recién avanzar
y en paz con su trabajo.
Juez:-
Perfecto, y ¿decía que la demanda del matrimonio raya en lo ridículo también?
Abogado
defensor:- Exactamente señor juez. Esta parejita que solo utiliza la sexualidad
para alimentar su egoísmo, aun no se dan cuenta que rayan en la estupidez.
Venir a hacer la demanda en este tribunal ha sido una pura perdida de tiempo,
de recursos y también de energías. Que lastima por los demandantes.
Juez:-
Explíquese estimado.
Abogado
defensor:- ¡Bien! Ellos viven en una casa con dos piezas. ¿Perfecto?
Perfectamente se pueden cambiar de pieza cada vez que sientan a mi defendido
tecleando en su computador a las 2 AM.
Fiscal:-
¡Objeción su señoria! El acusado también vive en una casa con dos dormitorios.
Abogado
defensor:- ¡Buen intento genio! Pero con la diferencia que mi defendido vive al
lado de la calle, mientras que los tortolitos viven en otra casa que además cuenta
con patio y van inclinados hacia un rincon con matorrales, donde hay mas
silencio que en la vereda del barrio.
Juez:-
¡Suficiente! Ya escuché suficiente, les pido silencio a todos (…) ¡Ya tengo mi
decisión! (…) ¡Mjm! (…) A los demandantes les haré obsequio de un libro de puzzles,
de esos que se encuentran en los kioscos del centro ¡muy baratos!....y sin nada mas
que decir ¡¡CASO CERRADO!!
Fiscal:-
Su señoria, je je je…. ¿¡es broma verdad!? ¿Y que pasa con el acusado?
Juez:-
Dije que la parejita se llevara este librito de puzles para que ejerciten la
memoria. Hay que ser tan ingenuos como para no darse cuenta que en su propia
casa tienen otro dormitorio, pues en vez de revolver el gallinero con el pobre
hombre debieron pasar mas piola y consumar en la otra pieza ¡Lo tenían en sus
manos, cabros tontos! ¡Con su permiso!
-
Y
el marido (del matrimonio) algo furioso encara de lejos al juez.
Demandante:-
¡¡En este pais no hay justicia!!.....pero no importa juez tarado, ¡¡sinvergüenza
de pacotilla!! Yo con mi mujer iremos a la Corte de Apelaciones, para que de
una vez a este loco le den su pateadura.
Juez:-
¿Me muestra su mano caballero? ¿Por favor?
Demandante:-
Claro, pero….¿¡y eso que tiene que ver!?
Juez:-
No veo ningun anillo en su mano, mientras que su mujer si tiene uno. ¿¡Se le
olvidó ponérselo!?
Demandante:-
¡Glup!....¡esteeee….!!!.....no su señoria.
Juez:-
¿Es soltero usted?
Demandante:-
Si
Juez:-
¿Y la dama?
Mujer:-
¡Disculpe señor juez!.......pero mi marido anda en el norte ahora trabajando en
las minas, y el joven acá….¡esteeee….!......me acompaña en estos meses de
soledad.
Juez:-
Solo le aconsejo que si van a la Corte de Apelaciones, traten de que el marido
de la mujer no se entere que hoy le ponen los cuernos ¡Ese es mi consejo! ¡Hasta
luego!-
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