Una pareja vivía de allegados en casa de un anciano dado que ambos tuvieron "algunos problemitas pasados" (como el no pago de arriendo, etc.), de hecho el adulto mayor gentilmente les brindó ayuda (Ya que uno de los jóvenes es su hijo). Todo bien de primera, hasta que se encuentran con la sorpresa de que el hermanito menor quien aun vive ahí, siendo soltero, se dedica a escuchar música clásica en las noches. Es respetuoso con el volumen y todo el cuento, aunque a la pareja igual les incomodaba....porque ¡como dijeran por ahí!.....igual quieren hacer su Cuchi Cuchi.
Se entiende ¿¡no!?
Así fue que los tortolitos se quejaban de las sinfonías de al lado.
Rubén:- Amor, ¿hagamos cositas?
Isabel:- No lo sé
Rubén:- No me digay' que estás estresada
Isabel:- No, no es eso. Es tu hermano
Rubén:- Ah, el weón escuchando a Mozart a las 3 de la mañana
Isabel:- Emmm....Si!
Rubén:- Ya, yo mañana voy a hablar con él
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AL OTRO DÍA
Rubén e Ignacio se encuentran en la casa
Rubén:- Oye Nacho
Ignacio:- Ah hola hermano
Rubén:- ¿Por qué te pones a escuchar música clásica?
Ignacio:- Bueno, porque me gusta
Rubén:- ¿Y es necesario que lo hagay' con volúmen tan fuerte weón?
De repente se acerca el abuelito, padre de ambos
Don Mauricio:- A ver a ver, ¿Qué está pasando aquí?
Ignacio:- Parece que al Rubén no le gusta la música clásica
Rubén:- No. No es eso. Sólo que a este cabro chico se le ocurre escuchar a Beethoven a alto volúmen
Ignacio:- Mi pieza es mi refugio, ¡ubícate! ¿queri's?
Don Mauricio:- ¿Se pueden calmar los dos por favor? La cosa es simple, si a alguien le molesta el ruido de al lado...se puede cambiar de pieza. ¡Es así de simple!
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HORAS DESPUÉS
Rubén va al dormitorio donde está su amada mujer viendo una telenovela turca.
Rubén:- Amor...Amor
Isabel:- ¿Qué pasa cariño?
Rubén:- Tengo solucionado el problema
Isabel:- ¿Enserio?
Rubén:- Si. El viejo me dijo a mi y al Nacho, que quien se sintiera incómodo por los ruidos de al lado...podía ocupar la pieza de arriba.
Isabel:- ¿Y te dijo el niño que se iba?
Rubén:- No. Pero si ahora en la tarde lo webeo subiendo el volúmen de mi tele. Lo más seguro es que lo saquemos de nuestro camino.
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Así fue que el Rubén se puso medio malévolo, subiendo el volumen de su televisor todas las tardes.
De repente el pobre chiquillo se le acerca al padre, aceptando ocupar uno de los dormitorios de arriba.
Y el abuelito le cuenta a Rubén que Nachito se había mandado a cambiar.
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DÍAS DESPUÉS
Rubén e Isabel se estaban besando, cuando
Isabel:- ¿Y? ¿La hacemos?
Rubén:- Ya poh, démosle...
Estaban prendiendo algo de pasión, cuando ¿de repente? se vuelve a sentir la sinfonía de Mozart en la pieza de al lado...
Rubén:- (Muy enojado) Pero ¿Que chucha weón?
Y Rubén con la leche cortada pesca el teléfono para...hablar con el hermanito menor.
Ignacio (Al otro lado del teléfono) ¿Aló?
Rubén:- No se supone que te habiay ido a la pieza de arriba weón !?
Ignacio:- Si, estuve ahí toda la tarde. Ahora son las 11 de la noche y regreso a mi pieza
Rubén:- ¿Cómo?...A ver ¡Explicate por favor!
Ignacio:- Si poh, el acuerdo era que si me molestaba tu tele yo podía pasar la tarde arriba
Rubén:- ¿Sólo la tarde?
Ignacio:- Si poh. Supongo que en la noche tu apagas la tele, y te acuestas a dormir ¿No es así? El ambiente así está muy tranquilito
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