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martes, 5 de marzo de 2024

Reseña histórica de los infocentros en el centro de Concepción

 

 En Chile, la internet comenzó a usarse y comercializarse desde mediados de los 90’s aunque hasta el 2001 sólo podían aprovecharse quienes contaran con un computador en la casa (Un objeto que antes era un lujo, ¿lo recuerdan?). Fue recién en el 2002 cuando, al menos en el Gran Concepción, se instalarían los primeros cibercafés que eran estos locales (o negocios) donde podías usar internet por una hora pagando $1000 y tiempo después lo rebajarían a $500.

Igual la velocidad en conexión era bastante lenta. Si tenías la oportunidad de conectarte a un PC debías implorar (en silencio) que no se te pegaran las ventanas de las carpetas y programas, pues al ralentizar el computador veías un insoportable e incómodo estorbo sobre todo si hacías alguna tarea. En los primeros años había un cibercafé en Avenida Chacabuco, casi en la esquina con calle Aníbal Pinto, aunque el local en realidad estaba en un segundo piso y este negocio se llamaba “Doble Click”. Con el correr de los años se crearían muchos otros, que en su momento tuvieron alta demanda. Ícono de los 2000’s.  



 Pero lo que nos convoca a este relato son la creación de infocentros, tanto los instalados por el Injuv (Instituto Nacional de la Juventud) como por el Dibam (o Biblioredes). Este era un mecanismo de acercar la conectividad a la población, asignando un rato de computación sin costo. Todo eso comenzó a partir del verano de 2003, instalando este tipo de iniciativas en las bibliotecas públicas de todo el país. Aunque en Concepción ocurrió una situación inédita, si bien su centro lector queda ubicado en Victor Lamas con Caupolicán (Al frente del Parque Ecuador) no siempre habían computadores allí y éstos recién se instalaron (algo tarde) aproximadamente en el 2009. 


Los “Biblioredes” en la ciudad funcionaron desde mucho antes, sólo que en otros lugares del centro. Por ejemplo, desde el 2002 al 2006 en modo algo privado tenían su oficina en San Martín (cerca de Rengo), si bien no estaban de todo disponible al público pero los encargados hacían el favor de facilitarle un equipo a una persona especialmente escolares (jóvenes). Eran los mismos computadores que ya estaban también en las bibliotecas de las otras comunas como Penco, Talcahuano, Tomé o Hualqui (por solo nombrar algunas), aunque por una extraña razón la capital de la región los tenía algo escondidos. 

En fin, se viene al recuerdo lo “cool” y bacán que fue en su momento usar esos computadores, como olvidar los PC de color negro o los audífonos que pedías al encargado cada vez que querías escuchar música. Youtube no existía en ese entonces, pero ya estaban las radios on line (¿Cómo olvidar una canción de Christina Aguilera en el verano del 2003, escuchándola con audífonos desde el sitio web de la Radio FM HIT?). Tenía “onda” navegar por internet, pero todo era producto igual de la novedad y curiosidad. -- 



 Con el correr de los años empezaron a mostrar más los equipos al público. Era 2006 cuando estas mismas dependencias del Dibam (Dirección de bibliotecas, archivos y museos) se trasladaron a una oficina con aspecto más claro en calle Rengo entre Chacabuco y Cochrane. Antes muchos ni tenían idea que había una biblioteca chica allí, muy poco concurrida como tal ¿Si alguna vez aumentó la llegada de gente? Fue gracias a los computadores que se instalaron allí, eran tres (cada uno por mesa).

Como lo dijimos en un momento, fue recién en el año 2009 cuando los computadores “Biblioredes” llegaron a donde debían estar desde un principio, en la Biblioteca Municipal de Concepción (Victor Lamas esquina Caupolicán). Mientras que a las otras bibliotecas (de las comunas vecinas) se instalaron muchos años antes desde sus inicios. ¿Conce fue atrasado en ese aspecto? No nos atrevemos a responder aquello. 

Y por una extraña razón la comuna de San Pedro de la Paz recién contó con su propia biblioteca pasado el 2010, ¡así es! No todos los lugares tenían.  

Por harto tiempo hay Biblioredes en las bibliotecas de Tomé, Penco, Talcahuano, Hualpén, Chiguayante, Hualqui, Coronel, Lota, Los Ángeles, años antes de que éstos recién se instalaran en la de Concepción (Frente al Parque Ecuador). 




En lo que si se destacaba el centro penquista fue con el funcionamiento del infocentro INJUV (Instituto Nacional de la Juventud). La famosa esquina de Cochrane con Colo-Colo (donde funcionó) le traerá más de algún recuerdo a los denominados “jóvenes del ayer”, si bien funcionó entre el 2002 y el 2015 su tiempo de oro fue en los primeros años. Basta recordar un mes laboral cualquiera del año 2003 cuando en las afueras del Injuv había una larga fila de “chicos” (ahí estaba la moda “emo” ¿¡te acuerdas!?) esperando ocupar 45 minutos de internet. Al cateo podríamos calcular fijo unos 50 jóvenes, desde la esquina donde estaba el semáforo hasta el mesón atendido por el encargado. Recuerden que en ese tiempo los celulares sólo servían para llamar y enviar mensajes SMS. 
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Las intenciones de INJUV en un principio fueran mucho más amplias que de acercar la computación a la juventud, y es que la edad igual fue requisito (te pedían el pase escolar o el carnet para navegar). ¿Cuál era la mentalidad de dicha institución gubernamental? Antes se quiso hacer del lugar un multiespacio lúdico donde además te ofrecían mesa de ping-pong (tenis de mesa) y lectura del diario. Incluso, si podías agarrar asiento podías hojear la prensa mientras esperabas tu turno. Y como olvidar cuando el encargado escuchaba en cada tarde el programa radial “El Portal del web” de la Radio Rock & Pop, hasta parecía pub porque lo ponían a un volúmen no muy bajo que digamos. Pero fue en verdad entrete. 
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Y como olvidar el diario mural que estaba a la entrada, cuando las agrupaciones culturales ponían afiches allí, o simplemente avisos en caso de ofrecer casas en arriendo. Los jóvenes tenían su propio cambalache, busqueda de pega (trabajo), transcripción de textos, clases de matemáticas, etc. Finalmente el baño del infocentro sacaba de apuros a cualquiera sobre todo por ser gratis, aunque en el 2005 (o en la mitad de los 2000’s) las paredes de ahí estaban todas rayadas.

Si necesitabas que te imprimieran algún certificado, debías llevar tu pendrive (o disquette en otra época) para que allí te hicieran el favor. Esperabas que el encargado del infocentro mandara a imprimir, ¡y listo! Llevabas tu documento. Todo era sin costo.

A diferencia de los Biblioredes, los Injuv siempre estuvieron en el mismo lugar. Aunque el movimiento cambió a medida que la Wi Fi tendría sus primeros clientes. Ya desde el 2009, a diferencia de años atrás, bajaba paulatinamente el flujo de usuarios e incluso estos mismos “envejecerían” porque de ser un espacio para adolescentes terminó convirtiéndose (posiblemente sin querer) en un infocentro comunitario prácticamente sin límite de edad. Quizás había más gente con planes de internet en la casa, aun cuando faltaba algo de tiempo para comercializar los Smartphone (Que recién se masificaban desde el 2011).

U otra hipótesis arroja a que el sistema operativo de los computadores del Injuv no enganchaba mucho con los chicos, ¿la razón? allí no tenían Windows sino que Linux (Mozilla). Pero ¡ojo! que de primera los PC’s del infocentro si tenían instalado el modelo Microsoft, considerado el más popular hasta nuestros días. 



Ya desde el 2012 habían 15 equipos instalados en el laboratorio, pero apenas se veían unas 5 personas usándolo y casi con señales de revancha en comparación con los primeros años. Antes tenías que limitarte a navegar por 45 minutos, ahora podías llegar a las 9 de la mañana y terminabas a las 13 horas cuando el encargado recordaba que iban a cerrar. Luego venía la regalía de volver pasado la hora de colación (15 horas). ¿La dificultad? Era muy lenta la velocidad, por lo que si estabas todo el rato pegado allí era por la demora al buscar contenido en la web y no precisamente por vicio. Igual la Wi-Fi ya se estaba masificando, sobre todo en los teléfonos móviles.

De la misma forma, ya era 2015 cuando la demanda de laboratorios en las universidades era mucho menor (iba bajando). Todo eso se debía a que internet ya estaba en los Android y Iphone. Sin duda que el nuevo computador sería el celular. 

Era 2006 cuando la Universidad de Concepción tenía un laboratorio de computación, al lado de
la entrada de la Facultad de Ciencias Económicas (ingeniería comercial). 
Así mismo, los alumnos de dicha casa de estudios podían usarlo en sus carreras o facultades,
o también en el cuarto piso de la Biblioteca Central (Hemeroteca). Cuando la facultad estaba
en toma, podías regodearte usando los equipos incluso si tú trasnochabas toda la noche (aunque
moralmente eso era...indebido, pero entre los compañeros se protegían ¡la hacían pa' callao'!).

En 2016 seguía funcionando el infocentro, pero ante la poca gente que llegaba al lugar esta institución de gobierno decidió cambiar el foco a su uso. Desde allí empezaron a agendar las visitas de niños y jovenes en situación de vulnerabilidad, como el Injuv tenía como propósito acercar la conectividad a la ciudadanía empezaron a hacer convenios con el Sename...Y luego, un grupo de chicos provenientes de hogares (-de menores) llegaban con los “tíos” (o monitores) a usar los computadores. Igual la velocidad era lenta, y el sistema operativo era Linux. 

Hubo un momento en que el Injuv tenía infocentros en muchas otras comunas aparte del centro penquista (Cada ciudad podía contar con incluso 2 de estos puntos gratuitos donde conectarse a internet, en la biblioteca y casas de la juventud), pero luego desde el 2010 había uno sólo en todo el Gran Concepción. 

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 También se nos viene a la mente otros infocentros “piloto” que han estado muy poco tiempo en barrios más periféricos de la zona. En el sector Candelaria de San Pedro de la Paz había una sede con sus propios computadores, si bien ésta siempre fue una población popular curiosamente se cobraba por la conexión. Caso distinto fue en “Pedro del Rio Zañartu” de Concepción donde funcionó aproximadamente en el 2006 otro infocentro en la sede de ese lugar. Igual una buena forma de acercar este tipo de servicio comunitario a puntos algo aislados del centro.

Y está la Casa Joven de Barrio Norte que por suerte de coincidencia fue un espacio mucho más lúdico que el Injuv del centro (Aunque la intención de este último punto fue demasiado buena en un principio, reiteramos). Allí tanto jóvenes de manera particular como agrupaciones tenían hasta una sala de tocatas donde ensayar con bandas musicales, y es que lo dijimos en otro artículo Concepción es una comuna donde es bastante común ver y escuchar a grupos de amigos ensayando con instrumentos musicales alguna canción de rock en el "garage" de la casa. ¡Bien! En esta sede social barrionortina también había un laboratorio chico de computación, con cinco computadores cada uno en una mesa.  

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Si de recordar experiencias pasadas se trata, no podemos olvidar varios cibercafés que alguna vez abrieron en Concepción (¡Si! Esos mismos lugares donde tenías que pagar en promedio $500 para navegar por una hora). Habían en los pasillos de la Galería Giacaman, también en el segundo piso de la Remodelación Catedral (por Barros Arana), otro por calle O’Higgins (Al frente de la Galería Ymca), otro en un segundo piso cuya entrada estaba en Barros (Casi en la esquina con Rengo), incluso en poblaciones apartadas donde en sus mejores tiempos (2006) podían contar con 4 “cibers” dentro del mismo barrio, los cuales abrían hasta incluso la medianoche.

En Talcahuano también había uno cerca de la plaza, por calle San Martín a la entrada de una pequeña y solitaria galería comercial.  

Era 2008 cuando también había un cibercafé en el sector Andalién de CONCEPCIÓN, quedaba específicamente en la calle "Uno poniente" (Cerca de la cancha de fútbol amateur "John Kennedy").

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Otra cosa, los nacidos desde el año 2000 (Generación Z) quedan hoy algo extrañados cuando los treintones y cuarentones mencionan demasiado el concepto "Cibercafé", que era la forma de llamar a estos locales con computadores, pero ¿Por qué involucran el café como bebida, si en ese tipo de locales sólo habían equipos PC? La respuesta es simple, cuando este tipo de negocios surgió en el 2000 (en Santiago) ...se caracterizaban también por la venta de café para los consumidores mientras éstos navegaban por la web usando estos equipos. 



 Hasta el 2019 funcionaba el ciber-café “Full Planet”, que ante la evidente crisis de este tipo de locales durante mediados de los 2010’s (2015) sacaba bastante de apuros a quienes debían terminar alguna tarea universitaria, pero que por X circunstancia aún no estaban familiarizadas con las formas maneras de conexión. El lugar estaba al interior de la Galería Irarrázabal, ubicada en Barros Arana a pasos de la Plaza Independencia. La gracia del “Full Planet” es que atendía hasta bien tarde (en días de semana) e incluso en fines de semana, sobre todo si es que residentes de comunas aledañas veían pésimos servicios en sus lugares de orígen.

Hoy en 2024 ese negocio no está, pero al interior de la misma galería mencionada existe otro local atendido por jovenes colombianos (eso sí, decentes, respetuosos y bien educados). Aunque allí también hay computadores a disposición, en promedio sólo lo ocupan 1, 2 o máximo 3 personas habiendo un total de 15 equipos. En realidad la mayoría de quienes acuden a este negocio buscan sacar algún documento en particular, especialmente de otro inmigrantes (en condición de clientes) quienes con el propósito de regularizar su ciudadanía….también vienen a sacar papeles.


Hoy en 2024 el único infocentro gratuito que tiene Concepción es el de la Biblioteca Municipal, aunque algo dice que esta modalidad ya no es tan necesario aun con toda la urgencia para hacer o terminar tareas. Todo porque es mucho más fácil tener internet en el Smartphone, sea en prepago como pagando por un plan. Se dice que para tener Whatsapp ilimitado por un mes debes cargar $1.000 en alguna Caja Vecina, aunque si pones un poco más al saldo tienes algo de conexión prepago durante la primera quincena de cada mes, sólo que la condicionante son la cantidad de Gigas que ocupas (¡Y cuidado con esto!, Tik-Tok es la APP que te consume más en tu celular...mejor no abusar si andas algo apretado en el monedero).  



Dependiendo del chip que tengas puesto en tu teléfono móvil, recargas plata en negocios (Sencillito, Caja Vecina) como también en casi todas las cadenas de supermercados (Menos los GANGA). Si alguna vez funcionó la BAM prepago para el computador te contamos que este servicio hoy ya no existe, y para que alguna compañía te entregue un Router (Pendrive) sólo debes contratar un plan y eso significa que deberás pagar una mensualidad (Lo más económico te sale $13 mil, mes a mes).

Volviendo a la Biblioteca Municipal de Concepción afortunadamente opera otro servicio de internet gratuito que es parecido al ya mencionado infocentro, aunque mucho más acorde a las tendencias tecnológicas del futuro (o del presente mejor dicho), esa es la señal Wi-Fi. Cuando entras a este concurrido centro lector penquista, te acercas a la bibliotecaria (en el mismo lugar donde dejas tu cédula de identidad cada vez que pidas un libro) y allí si dices que usarás internet inalámbrica te pasarán (día a día) una clave que la anotan en un papelito.   



Esa hojita tú la llevas a cualquier parte donde te quieras sentar, o es recomendable que lo hagas en un rinconcito con enchufe cerca cosa que así cargues tu teléfono móvil. Allí en la pantalla te piden el ingreso de la clave para comenzar a navegar desde ya (idealmente tranquilo y cómodo, dependiendo ¡eso sí! de la cantidad de gente que entre a la biblioteca...no siempre estarás en cuartos o puntos solitarios).

Por lo general en todas las bibliotecas públicas (de las otras comunas) es posible conectarte a Wi-Fi, sentado tranquilo en algún sillón colindante con los estantes. 

Aunque eso sí, por cada una hora deberás volver a ingresar una y otra vez tu clave. Incluso por mucho que lleves tu Smartphone, sólo tendrás derecho a navegar por tres sesiones. Es decir, si llegas a las 9 AM podrías ocuparlo hasta las 12 del mediodía (re-ingresando después la clave a las 10 y 11 de la mañana). 





Sólo para terminar, hay puntos abiertos de Wi-Fi aunque la velocidad es algo lenta. Se dice que hay uno en la Plaza Independencia de Concepción, se supone que sentándote en cualquier rincón de dicho espacio basta que saques el teléfono móvil para agarrar la señal.  Pero el tema seguridad da para preocuparse, sobre todo si el teléfono móvil más barato en las tiendas cuesta recién $100 mil en efectivo. ¡Todos quieren cuidar sus cosas! 

Otro punto en la intercomunal donde agarrar Wi-Fi libre y gratis es en el acceso a la playa de Penco.  

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