Rubén caminaba por la calle todo moreteado y machucado (hasta con un parche en el ojo). ¡Chuta! Hasta que en el camino se encuentra con Daniel.
Daniel:- ¿Y eso? ¿Qué te pasó hombre por Dios?
Rubén:- No sabi(s) nada viejo, me llamaron a Santiago engañado
Daniel:- ¿Engañado?
Rubén:- Si weon
Daniel:- Ahora que me acuerdo, tu días atrás me dijiste que te habían llamado por un puesto de trabajo en Santiago.
Rubén:- Era cierto
Daniel:- ¿Y?.....¿No me digay' que te asaltaron allá?
Rubén:- Algo peor hermano. Algo peor. Deja contarte
Daniel:- Aer?
Rubén:- Cachay que me llamaron de un canal de televisión?, soy periodista-
Daniel:- Ya? Si?
Rubén:- La weá es que el llamado me llegó a raíz de una columna que publiqué hace como un mes en Redes Sociales.
Daniel:- En esa donde hiciste un comentario sobre una periodista media sobrada, que también trabaja allá
Rubén:- Si poh, por esa columna me llegó un llamado de Whatsapp. Bueno, después me llamaron para decirme que querían verme en un canal...aunque debía ser presencial.
Daniel:- Si, si me acuerdo de esa parte. Pero ¿por que te dejaron así de mal? Mírate hombre, se nota que vienes llegando del consultorio-
Rubén:- ¡Ya! Sorry. La cosa es que llegué a Santiago, tomé el metro y fui al canal.
Daniel:- Ya?
Rubén:- Curiosamente no me hicieron entrar al canal, el guardia me dijo que esperara ahí afuerita.
Daniel:- Enserio?
Rubén:- Si poh'. De repente veo de lejos, que sale del canal la periodista a yo quien cité en mi columna. Se me acercó la weona, ¡me agarró de la casaca! y me pegó un combo en el hocico. Me sacó la chucha weón, ¡mira como me dejó!-
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