INVIERNO
DE 2005. Nelson era un joven de 18 años que tenia Síndrome de Asperger. Iba
camino a las clases del preuniversitario gratuito (gestionado por la
Municipalidad de Hualqui), cuando a su paso se encontraría con un episodio que
marcaría un antes y un después en su vida. Se encontraba con Jaime, un
veinteañero drogadicto que venía en sentido contrario, acompañado de dos chicas
y quien además lucía casaca verde, muy de moda en ese año. Esto ocurrió a pasos
del liceo, donde se impartían dichas clases.
Jaime:-
¡Wena cagao´ del mate! Ja ja ja
Nelson
no lo quiso inflar y pasó de largo en su caminar. Pero algo lo irritó, esto
porque Jaime se puso mas eufórico y lo quiso vulnerar psicológicamente.
Mientras la victima seguía su camino, su agresor le hablaba por detrás.
Jaime:-
¡Tonto culiao! ¡Tómate las pastillas!
Mientras
esto pasaba, las otras niñas se reian junto con él. Nelson empezó a acumular
rabia con este acto de prepotencia que perdió la paciencia y se acercó al
agresor, quiso pegarle un puño en la espalda (como una de desquitarse), cuando
el drogadicto muy vivamente se dio vuelta y se defendió de los ataques, Jaime
estaba contento de lograr su propósito: PROVOCARLO. Tanto que casi lo empujaba
a la calle, aunque Nelson siempre tuvo buenos reflejos. Luego lo escupe con
unos gargajos bien asquerosos y hediondos, marca inmunda que quedó pegada en la
polera de Nelson. Es evidentemente que luego el agredido partiría al baño del
liceo para “sacarse la mugre”.
Ese
acto marcó mucho la vida de Nelson, joven quien en ese año era un destacado
dirigente estudiantil en el liceo y aprovechó su condición para enviar un
correo electrónico a un conocido diario de Concepción. Dias después la carta
fue publicada en el diario, en la sección Cartas al Director, pero no tuvo demasiadas
repercusiones en el liceo (ni en los profes ni en los compañeros de curso) esto
porque en el diario donde se difundió era bastante culto para un medio bastante
popular, y flaite.
Jaime
no era ni siquiera compañero de Nelson, pero algo pasa que aparte de conocerse
todos con todos en el pueblo, los malos del lugar (muchas veces integrantes de
mafias y pandillas) siempre buscan la forma de dañar o atacar a alguien por
diversos motivos, por ejemplo motivados por la envidia.
No
queda mas que decir, que Jaime cometió algo muy grave, a costa de la euforia y
cocaína consumida: INSULTO AGRESIVO. Un crimen que lamentablemente no está
penalizado por la ley.
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