Una cosa es ser precabido para no ser asaltados por delincuentes, pero con el respeto que merecen algunos penquistas...de verdad tienen que ir al psicologo, hay gente que tiene miedo POR TODO EL MUNDO. No hay que aparentar lo que no es para hacerle el gusto a la gente, el que nada hace...nada teme.
Asi paso en el primer dia de Marzo del presente año, en una fresca mañana, cuando dentro de una maquina de los buses Rengo Lientur una señora se subio en la calle Camilo Henriquez a la altura de la calle Fioretti, en Chillancito (Concepcion), la señora fisicamente era bajita, de pelo crespo y con pelo que le tapaba la frente. La pinta de esa señora estaba fuera del atractivo o de una mujer exitosa, vestia un chaleco blanco con una cartera y una falda larga, entra en los estereotipos de la nana o de la mujer evangelica. La señora se sube al bus, el chofer detiene el bus concentrado en hacer subir a la señora y en cobrar el pasaje para despues pasarle el boleto, y cuando el chofer acelera el volante la señora camina por el pasillo hasta sentarse en uno de los asientos de adelante, hasta ahi todo bien, pero cuando la micro desde uno de los asientos de atras (aun con mis gafas puestas) la señora me hace una mirada de enojada o frustrada, luego mueve su cabeza hacia su frente, sentada frente a la puerta delantera, y pasan varios minutos en que cada uno vive su mundo, yo estoy al lado de la ventana mirando las grises calles de Concepcion y la señora en medio de su propio hermetismo, con su apariencia de mujer humilde y poco sensual pareciera estar preocupada de ir al consultorio o de algun otro tramite, algo muy normal en el Chile comun y cotidiano de las ultimas decadas.
Asi paso en el primer dia de Marzo del presente año, en una fresca mañana, cuando dentro de una maquina de los buses Rengo Lientur una señora se subio en la calle Camilo Henriquez a la altura de la calle Fioretti, en Chillancito (Concepcion), la señora fisicamente era bajita, de pelo crespo y con pelo que le tapaba la frente. La pinta de esa señora estaba fuera del atractivo o de una mujer exitosa, vestia un chaleco blanco con una cartera y una falda larga, entra en los estereotipos de la nana o de la mujer evangelica. La señora se sube al bus, el chofer detiene el bus concentrado en hacer subir a la señora y en cobrar el pasaje para despues pasarle el boleto, y cuando el chofer acelera el volante la señora camina por el pasillo hasta sentarse en uno de los asientos de adelante, hasta ahi todo bien, pero cuando la micro desde uno de los asientos de atras (aun con mis gafas puestas) la señora me hace una mirada de enojada o frustrada, luego mueve su cabeza hacia su frente, sentada frente a la puerta delantera, y pasan varios minutos en que cada uno vive su mundo, yo estoy al lado de la ventana mirando las grises calles de Concepcion y la señora en medio de su propio hermetismo, con su apariencia de mujer humilde y poco sensual pareciera estar preocupada de ir al consultorio o de algun otro tramite, algo muy normal en el Chile comun y cotidiano de las ultimas decadas.
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