No hay duda que nuestros barrios son tranquilos, y con rasgos campesinos de la ciudad de Concepción.
Pero un problema aqueja a todos los vecinos, la falta de respeto y la desubicacion por parte de conductores que transitan por nuestras calles en las noches de carrete, es decir, las noches del jueves, viernes y sábado. Aunque todos somos libres de conducir e ir a donde queramos, ¿se entiende que algunos manejen con el tubo de escape libre? Cuando los semáforos de nuestro sector (como el de Baquedano con Camilo Henríquez, y el de Diego de Oro con Camilo Henríquez) indican luz roja, los vehículos se detienen, pero llegada la luz verde arrancan con insoportables ruidos, y también pasa después de las doce de la noche. Otro tipo de ruidos son la presión a motor (en autos enchulados, motos), y los sonidos prolongados de alarma (muchos conductores encienden la alarma para “mosquear” a alguien sin motivo). Pasa todas las noches, no hay ni siquiera una noche en paz, ni una hora si quiera. Muchas de estas personas vienen de los pubs y discotecas de Barrio Norte y el Barrio Estación. Pero de verdad ¿Se entiende que muchos hagan carreras a las dos y cuatro de la mañana? Los vecinos quieren la noche para dormir, y para estar tranquilos después de un largo día de labores (gente que trabaja, adulto mayor, y jóvenes universitarios), y con suerte respiramos dos horas de paz. Eso si, de día no importa, porque hay que considerar que una cosa es poner limite a esto, y otra muy distinta es convertirnos en radicales extremistas sin sentido.
Además llama la atención que muchos vecinos sienten por años estos “mosquitos nocturnos que corren por Camilo Henríquez” pero nadie hace denuncias, o por ahora ninguna agrupación de vecinos da a conocer esta problemática a la opinión pública (Bio Bio la Radio , Canal Regional, Canal TVU, TVN Red Bio Bio, etc.).
¿Se acuerda vecino que en los últimos años en el cruce de Alonso de Ribera con Camilo Henríquez ocurrió una cantidad de colisiones y accidentes de transito? Muchos de estos locos en el volante recibieron su pago después de acelerar la velocidad por las noches, y así también evitaremos accidentes de transito.
Coincide además con la junta de narcotraficantes, flaites, borrachos y delincuentes en la esquina Patricio Lynch/Baquedano, y en la multicancha de Población Baquedano desde las 23 horas en las “noches de carrete”, muchos vienen desde la Villa San Francisco, Cerro La Pólvora y Teniente Merino para consumir alcohol en nuestro tranquilo barrio (hay que aclarar que lo de narcotraficante es algo relativo, si bien es verdad que un grupo de personas se juntan con los jóvenes en una conducta sospechosa, o se estacionan muchos vehículos por Patricio Lynch casi a medianoche, no tenemos la certeza de que realmente se instale una zona de microtráfico en Baquedano, pero muchos vecinos afirman que efectivamente ocurre).
Ni hablar del poco interés de nuestra juventud tanto en nuestras dos juntas de vecinos (Baquedano y Matadero), como en eventos artísticos o recreativos. Es verdad que si queremos recuperar los espacios, la plazoleta debe ser ocupada por todos nuestros vecinos, y no solo por el mismo grupo formado en una “amigo-cracia”.
Mas unidad, compartamos mas, conozcámonos mas, no nos cerremos a nadie, recuperemos el barrio, por mas participación. Nos preguntamos ¿existen ordenanzas municipales o policiales que pongan limites a los ruidos injustificados de los autos? Parece ser la única forma, si bien podemos pedirles por favor que cambien sus escapes, pero como es obvio…….. ¡Las gallinas cobardes salen arrancando y nunca dan la cara!
Y usted, ¿Qué opina?.
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