RELATO LITERARIO. El chofer envidioso

"......y trataba de parecerse al treintañero mas acomodado
de comuna periférica"

En el mediodía-tarde del martes 5 de abril Enrique, quien estaba bien de animo y trataba de parecerse al treintañero mas acomodado de comuna periférica, caminaba por calle Barros hasta llegar a la Avenida Paicaví, sin inconvenientes en su camino hasta el momento. Cuando al llegar a la ancha avenida penquista vio que la micro Las Galaxias ya se habia adelantado a tomar pasajeros, pero como teme a que el chofer del taxibus hualquino pueda hacerle alguna pitanza prefirio esperar a la micro que venga atras aunque deba esperar algunos minutos. Enrique no estaba dispuesta a ser objeto de burla cuando una micro llega al paradero minutos antes que el peaton protagonista.

El hombre vestia una camisa con el primer boton abierto, aunque abrochado el resto y con las mangas arremangadas. No usaba gafas pero si unos blue-jeans azules con zapatos café, igual demasiado perfumado hasta en "las partes nobles". Como lo dije en el parrafo anterior, quiere parecerse al vecino mas acaudalado y privilegiado de su comuna de origen. Y es un mecanismo psicologico para que la mala onda externo no le penetre fácilmente.

Se que es superficial la descripcion, pero en realidad al resto de los chicos universitarios les interesa verse mas sencillos......no tan fachos de pinta.

En la vereda, antes de llegar al paradero, termina una barra que divide a la calle con la calzada. Terminada la reja la micro iba partiendo pero Enrique se detuve porque detras de la micro "Las Galaxias" venia otra de la linea "Biobus", decia en su mente:

- Deja no mas que se vaya esta micro para que asi pueda subirme a la otra-

Al final "Las Galaxias" se fue, y el Biobus que venia de doblar en San Martin llegó a la calle. Yo fui el primero que la hizo parar, el primero que movió su brazo para indicarle un dedo al frente del chofer, pero algo incomodo pasó, pues otro grupo de pasajeros estaba detrás mio y quizas esta sea la excusa del chofer para no detenerse justo donde me encontraba yo. Eso me llevó a caminar unos pocos metros hasta donde estaba el grupo, quedando al final como el último en subir.

Pero eso no fue lo único, pasó otra cosa además.

(Historia no terminada)